11.

2.7K 316 27
                                    

Pasaron un par de semanas donde no hubo día en el que Yuta no las acompañara a casa y, en ocasiones, acompañaba a la mayor a recoger a Liah. La presencia de Yuta traía mucha calidez y calma a su corazón, a pesar de todo el tormento que vivía en casa y que tristemente se volvían más constantes.

En el trascurso de esos días tuvo un par de encuentros con su papá, pero gracias al cielo no fueron más que gritos y agresiones pequeñas sin pasar a mayores.

Precisamente ese día, Yuta se reunió con sus amigos para almorzar sólo entre ellos, pues la salida con la chica todavía no se daba debido a su apretada agenda. Aún en sus días libres se le hacía difícil hacer tiempo para ellos.

—Yuta, cuéntanos. ¿Cómo va todo con tu nueva amiga? —preguntó Johnny de forma curiosa— No hemos sabido nada de ella desde esa primera y única que vez.

—Normal. Siempre la acompaño a casa y la visito en su trabajo cuando tengo tiempo.

—Mhm, ¿cómo fue que la conociste? —ahora fue Doyoung quien preguntó.

—Oh, la señora Choi me habló de ella en distintas ocasiones y me sugirió conocerla, entonces un día me acerqué a ella.

—¿Fue ese día en la práctica? Cuándo lanzaste el balón lejos. —habló Jaehyun, dando justo en el clavo.

—Sí, ese mismo día.

—Oh, y ¿qué te agrada de ella? Se ve que te interesa mucho. —añadió Mark, cada vez sintiéndose más curioso por la identidad de la castaña.

—No lo sé. Me gusta cómo persona.  Tiene una personalidad muy reservada y tímida, pero es atenta... y muy bonita. —musitó esto último, pero los chicos pudieron escucharlo.

—Se me hace que cupido ya flechó a alguien. —canturreó Jaehyun de forma graciosa.

—No es eso —chasqueó la lengua mientras negaba—. Es sólo que cuando la veo y me doy cuenta de lo genuina que es, es cómo si me entraran ganas de cuidarla. —admitió, sintiendo sus latidos acelerar luego de decir aquello, algo que no había sentido antes.

—Bueno, si tú dices que no te gusta... —Sicheng lo miró de forma incrédula, elevando las cejas.

—En realidad no tiene nada de malo tener una amiga y que te parezca bonita. No necesariamente significa que te gusta —añadió Johnny—. Y pues, sólo la he tratado una vez y entiendo a lo que Yuta se refiere. ¿Que no notaron lo nerviosa que estaba? Se ve que es tímida.

—Lo es. —aseguró Yuta, recordando las incontables ocasiones en las que la hizo sonrojar.

Sentía una muy agradable sensación en su pecho al hablar de ella y no sabía porqué. Tal vez por el hecho de que, en tan poco tiempo, les cogió mucho cariño a las dos. Aún cuando ella no le compartía muchas cosas que para él podrían ser importantes saber, bastó con conocer su personalidad para querer mantenerla cerca y construir una amistad.

La señora Choi jamás se equivocaba con respecto a una persona.

Después de esa pequeña platica, ninguno volvió a mencionar a la castaña y, mientras los otros chicos charlaban entre sí, Johnny se acercó sigilosamente a Yuta.

—Hey, Yuta... —lo llamó en voz baja, e inmediatamente consiguió la atención del japonés.

—Dime.

Johnny vaciló unos segundos en hablar, cosa que se le hizo extraño a Yuta pero esperó de forma paciente a que el otro ordenara sus pensamientos.

—No quiero parecer entrometido ni nada, pero es sobre ___. —mencionó en un tono ligeramente consternado.

Si había alguien con quien Yuta había compartido algo de información sobre la castaña, era a Johnny. Le mencionó cómo la conoció, sus actitudes y cómo le parecía un tanto extraño que la mayor pasara todo el tiempo con Liah, cómo si fuese ella quien velara por la niña.

—Claro, ¿qué pasa con ella? —el semblante de Yuta se volvió serio y miró atento al estadounidense.

—¿No notaste algo en ella?

—¿Notar algo cómo qué?

—Tenía cómo... unas pequeñas marcas en su cuello; apenas se veían y parecían aruñones o algo así. No estoy seguro. ¿Alguna vez ella te ha mencionado algo? 

—Realmente no. Se rehúsa a hablar sobre su familia y a veces de ella misma.

—¿Y eso no te preocupa?

—... ¿No? —respondió dudoso, ni siquiera él sabía lo que sentía—. ¿Debería? No le pregunto mucho respecto a ese tema porque, cómo te dije, ella no me cuenta nada.

—No lo sé. Piensa en ello: Eran tres marcas, cómo si fueron hechas por una mano, y que ella no te comparta de su vida personal deja mucho en qué pensar.

—Me estás preocupando, Johnny.

—No trato de preocuparte, sólo asegúrate de que esté bien. Si tanto la quieres cuidar, cómo dices, asegúrate de que su casa también sea un lugar seguro para ella. Además, que siempre esté a cargo de su hermana menor puede significar algo también.

—Tienes razón. Jamás encuentro la oportunidad de preguntarle porque la única vez que lo intenté, ella evadió el tema y se despidió de mí.

—¿Ya ves? Podría ocultar algo. ¿Y si necesita ayuda? ¿Y si su timidez no es más que miedo causado por alguna razón alarmante? —inquirió serio. Yuta tragó ruidoso— No soy adivino, pero su tristeza también se nota a millas.

—Hablaré con ella. No te preocupes. —asintió seguro, para no continuar con el tema.

Lo cierto es que las palabras de Johnny le dejaron muy consternado. ¿Ella necesitando ayuda? Sí, lucía muy frágil e incapaz de aguantar algún tipo de sufrimiento, pero tampoco mostraba alguna señal de estar pasándola mal.

No obstante, Johnny tenía razón en algo: la tristeza que se manifestaba por medio de su rostro. Su mirada y expresión tan apagada le inquietaban bastante y le hacía preguntarse porqué ella no querría abrir su corazón a él.

Mientras tanto, la castaña se preparaba para la hora de salida y así pasar por Liah. Le pareció extraño que Yuta no apareció en todo el día, pero supuso que estaba muy ocupado, así que se encaminó sola a la escuela.

Más tarde ese día, casi al anochecer, Yuta caminaba de regreso a casa con la cabeza hecha un lío. La posibilidad de que ella estaba atravesando por una situación difícil se plantó en su cabeza desde el principio, pero no quiso creerlo hasta que Johnny lo mencionó.

Tenía muchas cosas que aclarar con ella y quería hacerlo lo más pronto posible porque, de ser cierto, él estaba dispuesto a ayudarla con lo que fuera.

Healing Smile ; Nakamoto YutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora