XXX (Triginta)

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¿Sería cierta mi teoría? ¿Estaré dispuesta a creer en las palabras de August, sobre su protección? Todo ha sido planificado por Maggie Nash, su objetivo es hacerme desaparecer por un tiempo hasta que pueda ir a la universidad de Londres sin problemas y hostigamientos de la prensa. Pues, la forma que hablan los periodistas en base a mi actitud ante las cámaras, suena extremadamente cruel. Menos estoy preparada para ese tipo de interrogatorio, la televisión mentía sin pudor y sin miedo a recibir una demanda sobre sus narices.

Los breves minutos que pudimos observar la plana televisora, fueron para evadir un poco mis nervios, están a flor de piel. También, era el momento de despedirme de mi hogar antes que mi familia apareciera por la puerta. El tiempo corría, en cuarenta minutos debíamos estar en el aeropuerto para tomar el vuelo directamente al hogar de Zatterland para poder oír las explicaciones y obtener respuesta de muchas dudas que rondaban en la cabeza.

- Amelia, tienes diez minutos para revisar tu documentación, pasaporte, dinero y objetos básicos de un bolso – volvía a mirar su reloj de bolsillo – he hablado con un viejo amigo de la universidad, ha conseguido a un médico en el aeropuerto de Estocolmo, para monitorear tus contracciones antes de irnos al hospital.

- Está bien – apenas podía procesar sus palabras e instrucciones. Mi cabeza tenía pensado pasar por todas las habitaciones antes de marcharme de casa, para siempre

Subí los escalones pausadamente, viendo cada fotografía y premios de la escuela. Es difícil decirle adiós, a un lugar que te brinda alegrías, tristezas, dolores, risas y secretos. Pensé que la semana entrante estaría recibiendo llantos llenos de mucosidades de mi madre, los apretados abrazos de mi padre y los abucheos de Luke, ya nada de eso sería verdad, era momento de cerrar la puerta. Tal vez, por mucho tiempo deba guardar silencio, no contestar llamadas, menos tener contacto con el exterior, por lo mismo dejaría una carta.

Familia:

Perdón, perdón y más perdón. Decirles adiós se ha quedado corto con lo que estoy haciendo en estos minutos, tomando un vuelo con un destino diferente. Espero que puedan entender, pues sigo anonada con todo lo que salió en la televisión. Por lo mismo, Maggie Nash decidió enviarme con el mejor amigo de su difunto nieto, August Zatterland. Se encargará de cuidarme hasta que pueda hacer posible el viaje a Londres. Ustedes saben perfectamente que estoy bien y siempre lo estaré. Si Alexander nace antes de lo previsto serán informados por mí. ¡No sé qué mierda más escribir!

Mamá, gracias por cada consejo de limpieza y lavado de los atuendos de tu nieto. Orgullosa estoy de la mujer que me enseño todos los valores, la valentía y la fuerza para saber emprender este camino nuevo que apareció de sorpresa. También tu contención en mis tiempos más difíciles, tu dedicación para visitarme en rehabilitación, te prometo que la última vez que esté en un hospital será para el nacimiento de mi hijo. ¡Si, mi hijo! ¿puedes creer que ya le tengo más afecto a un ser que ni siquiera ha salido?

Papá, espero que entiendas mi apresurado viaje. Ni siquiera pude estar en tu cumpleaños, ni hornear unas rejillas con frambuesa, tan favoritas de Mila como tuyas. Déjame decirte que cada investigación me sirvió como experiencia en rehabilitación para crear esos dibujos y bocetos que hay en el sótano. Sabes, lo primero que hare cuando este estable en Londres, será llamarte y que escuches los llantos de tu nieto. Mismos llantos, cuando mi abuela estaba mal y por dentro te estabas destrozando. Esos llantos que escuchaste de mi boca salir cuando en verdad mi mundo se estaba derrumbando por completo.

Los quiero muchísimo, me harán falta.

Luke, a veces eres demasiado insoportable, bocón, niñato y cansino. Sin duda alguna, fue buena la llegada de Bobby a tu vida y a la familia. Por mucho que hayamos peleado de niños, siempre serás mi hermano. Por cada noche que escuchaba tus borracheras y tus bailes orinándote en los pantalones, la gran mayoría del tiempo te cubría las espaldas sin que tú lo supieras. Y si pronto te enteras de la verdad, es mejor que abras bien los ojos antes que te sigan ocultando tanta maldad. Se que no has sabido protegerme, pues ahora es momento de hacerlo, guarda silencio.

Amelia Walker, Muerte© Parte 1  PRÓXIMAMENTE EN AMAZON (EBook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora