XIX (Decem Et Novem)

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El aroma de flores recién cortadas del jardín de Marta, podía sentirse hasta la cocina. Mi madre coloca un jarrón de vidrio con un cuarto de agua para adornar el centro de mesa. Esas petunias, quedan hermosas. Además era la excusa perfecta para entablar una conversación con ella, respecto a la cita que tendría hoy.

Después de los estruendosos gritos de Bob, mi familia pensó que se trataba de un accidente, por lo que, tuve que dar una estúpida excusa, arañas. Y aunque no era novedad ver ese tipo de insectos en casa, en calles, en Australia. A ellos les sonó extraño, debido a que no les temo, más bien las aborrezco. Por eso, le comente a Bob que no dijera ni una palabra a mis padres, sería la primera cita formal que tenía, tampoco quiero deseo que exageren conmigo al momento que Jacob llegue a la puerta principal.

- Por favor, ni una palabra – comenté en su oído a la hora de almuerzo – No quiero que papa lo lleve a su oficina, conozco sus técnicas. Mismas que hacia Marta con Oliver cuando traía chicas a casa, lo he visto en vivo ese tipo de humillación o malos comentarios.

La promesa no duró ni cinco minutos guardada en boca, porque terminé contándole a Blue sobre la cita con el Ginecólogo, pensó que era en base a mis exámenes, hasta que entendió las intenciones. Con los emoticones de WhatsApp, los audios y la llamada de una hora con quince minutos no fueron suficientes con todos los consejos.

Entre tantas ideas, motivación y consejos, ¿Estoy a tiempo de olvidar a Matt?, ¿Es un capricho temporal? ¿O sus buenas acciones, han llevado a decir "si" a esta cita? La verdad, no tengo la menor idea cómo resultara esta noche. Si valdrá la pena, o será algo de una noche.

Muchas preguntas rodean la mente, bloqueando de forma permanente la idea de salir con Jacob.

Con mucho coraje, dirijo los pasos hacia mamá. Donde seguía organizando la mesa con sus rituales de limpieza. Consistía en cloro, alcohol y limpia muebles, esto lo hacia todas las tardes antes de merendar o cenar. Aprovechan una parte del día para conversar o ver películas en la sala de estar con una digna taza de té, así mismo lo hacia mi abuelo cuando leía el periódico antes de dormir la siesta.

- Má, ¿Podemos hablar? – las manos me sudan

- Cariño, esta es la única hora que puedo organizar la sala y el comedor – no quita la vista de la brillante mesa de madera – Podemos hablar más tarde

- Más tarde no podré – trague saliva – Porque...Tendré una cita – susurré las últimas tres palabras

- ¿Qué cosa? No escuche – entrecierra la vista

- Tengo una cita – modulé las palabras sin entonar algún sonido

- Amelia, no soy tu padre para leer labios – coloca sus manos en la cintura, desafiante.

- Bien, hoy en la noche no podré cenar con ustedes – calle unos segundos – Porque, tendré una cita – confieso

- Hoy cenamos con la familia James – parece que no entendió – ¡¿Qué dijiste?! – exclama, si había escuchado.

- Una cita – sonreí

- ¿Quién es el afortunado? – coloca su mano en el pecho, sigue sorprendida.

- Un amigo de Blue – mentí

- Amelia, eres fatal mintiendo sobre chicos... ¿Lo conozco? – deja completamente de limpiar para proseguir con la interrogación

Asentí.

- Bien, diré la verdad. Por favor, no te desesperes – suplico

- Jamás lo haría – alza sus cejas

Amelia Walker, Muerte© Parte 1  PRÓXIMAMENTE EN AMAZON (EBook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora