XVIII (Decem Et Octo)

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El recibimiento en casa, no fue muy silencioso. Mis padres celebrar a lo grande mi regreso, pero rechace la idea por una razón, Oliver. No podía tenerlo frente a mis narices presumiendo un embarazo, cuando hace unos meses él obligo a abortar para que nada se interpusiera sus planes. Aún no cabe en la mente, tanta maldad, obsesión y manipulación con todo lo que ocurre a nuestro alrededor.

Incluso miente para quedar como una víctima, y no siendo el victimario.

Magnus recomendó quitar los medicamentos por unos días hasta que mi cuerpo volviera a equilibrarse y estabilizarse con los antibióticos para calmar la acidez y los vómitos. También se comunicó con la doctora Bell, necesitaba nuevamente hacer mis análisis, porque los primeros salieron alterados.

Ella jactó un régimen con los alimentos hasta que este recuperada del todo, evitar las comidas con tantas grasas – eso son las más deliciosas –, las gaseosas y conciliar bien el sueño, porque el insomnio está produciendo una alteración con mi rutina. Recomendó hacer deportes con mi mascota, servirá para quitar estrés, congeniar con los horarios, buscar ideas para programar mi ingreso a la universidad.

Subí a mi habitación, para descansar un poco. Por mucho que detestaba el silencio en el hospital, la estadía por tres días después de despertar fueron agradables, gracias a Jacob. En sus tiempos libres, solía acompañar por unos minutos y sacar una sonrisa del rostro, tuvo que intentar dos veces hasta lograrlo. Vestido de payaso, contó unos horrendos chiste y anécdotas, terminé riendo por su disfraz.

Y con esa risa acepté una cita para los próximos días.

Aunque no he comentado nada a mi familia, preferí mantener en secreto esa idea. Hice lo mismo con su número, está oculto con un seudónimo "Holmes". Él quería ese nombre porque era fanático de las novelas policiales de Sherlock Holmes, entonces entendí que quería que fuese Watson. Así mismo, dejamos todo como un juego y no como una cita de dos.

- Mel, cariño ¿Bajaras a la mesa? – entra mamá con un bolso de mis pertenencias

- En unos minutos, estaba chequeando un par de cosas – revise la última conexión de Apgar

- ¿Cómo qué? – consulta curiosa, buscando ver mi conversación

- La universidad, creo que es momento de presentar mi portafolios – cambié el tema

- Bueno, te parece que después de cenar lo hablemos con tu padre – aconseja – Además, queremos saber con exactitud tus propuestas, también donde estudiaras.

- De acuerdo – asentí sonriente

- Estas muy silenciosas, ¿Qué ocultas?

- Nada – mentí

- Te esperamos para cenar – entrecierra sus ojos – ¡Mantén esa puerta abierta! – grita desde las escaleras

¿Qué tan entretenida será esta cena? Nada malo podría pasar.

Otra vez el incómodo silencio. Es que no puede ser más desagradable, lo mismo ocurrió cuando desperté, nadie habla, todos pendientes de sus platos. Esta vez cocino Luke, pastel de patatas con lomo de cerdo al horno y salsa barbacoa.

- Da gusto volver a verte – comenta Bob cortando un trozo de carne

- Gracias – solo fije la vista en el plato

- Pensé que te dejarían en el loquero, otra vez – agregó Luke

Mamá golpeo con su pierna a su hijo, está haciendo incomoda la mesa

Amelia Walker, Muerte© Parte 1  PRÓXIMAMENTE EN AMAZON (EBook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora