EL CRIMEN

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Capítulo #4

    Aunque solo estaba buscando conocer la escena, me preparé para cualquier imprevisto, revisé mi lista de posibles herramientas y elegí algunas, entre ellas estaban: cloroformo, una pistola con silenciador, gasolina, un cuchillo, luz oscura, por supuesto verificar que mi traje protector, no tuviera daños.
   El cloroformo realmente no me fue difícil conseguirlo, la pistola con silenciador ya la tenía, pues dentro de algunos de mis pasatiempos que para mis padres eran extraños, estaba practicar tíro. Como ya mencioné, sabía varias cosas de balística debido a mis estudios en ciencias forenses, al menos conocimientos básicos. La compré varios meses antes de ese día, por lo que no me preocuparía que supieran sobre mi pasatiempo, y respecto a el registro del arma a mi nombre, lo solucioné también hacía bastante tiempo atrás, pues la declaré como extraviada al mes de haberla comprado, había pagado una multa y ya todo parecía haber quedado resuelto.
    Respecto a los posibles avistamientos de mi persona en casa del hombre, ya muchas personas sabían que yo lo visitaría, por lo que sería poco probable que fuese yo el culpable. Mi ropa esta aspirada, pues incluso compre una especie de aspiradora portatil o al menos ese fue el uso que le dí al objeto. Tomé mis precausiones con mi calzado e higiene personal, y dejé mi auto lo suficientemente lejos para NO ser identificado, incluso escondido en una zona boscosa, pero también el auto estaba lo suficientemente cerca para no tardar demasiado trayendo y llevando las herramientas.
   En serio no pensé en matar al señor ese día, solo preparé todo esto, por si surgía un contratiempo, así que tomé aire antes de bajar del auto, traté de dejar mi mente en blanco para recordar lo mejor posible el sitio, porsupuesto que llevé conmigo mis notas en el bolsillo para anotar cada detalle. Claramente, no llevaba mi traje puesto al bajar del auto, porque sería demasiado llamativo, pero lo llevé en un bolso esterilizada , con un cambio de ropa inmaculada, para cambiarme si sucedía.
   Al llegar, Don Willson se encontraba frente a la puerta de la casa, me dijo:

-¡Entra, el portonsillo está abierto!

   Halé del portón y caminé por el pequeño sendero de unos metros que daba hasta la puerta. El señor Willson estaba de brazos abiertos y soltando una pequeña risa comentó:

- ¡Al fin un visitante!- diciéndo en tono alegre.

   Le saludé con entusiásmo, debo decir que en ese momento llegué a sentir algo de tristeza por el viejo, pero pensé en que de alguna manera acabaría con la soledad, dolencias y enfermedades del viejo, para que descansara en paz, dejando a su vez un gran legado en la ciencia, sin siquiera saberlo.
   Don Willson fue a preparar una pequeña merienda a la cocina, que estaba dividida de la sala por una gran pared.     Mientras el hombre se hayaba ocupado, procuré revisar con la mirada, cada espacio de la sala y noté 2 puertas al costado derecho, presumí, que eran habitaciones. Abrí lentemente el cerrojo de la primera puerta y efectivamente era una habitación, luego abrí la segunda puerta y descubrí que era una oficina, con un sofá-cama desplegado y sin ordenar; presumí que era la habitación para invitados y claramente había sido utilizado hace poco:

-¿Te visitará pronto algún amigo? No puedo creer que nadie pueda o quiera visitar a un sujeto tan amable como tú. - dije en voz alta para que escuchara

- Mmm... realmente no estoy muy seguro, pero creo que mi hija me visitará el día de mañana.

-¡¿TU HIJA?! -estaba completamente sorprendido y no pude ocultarlo muy bién.-

-¡Así es amigo! ¡Tengo una hija y me visitará pronto! Al menos eso espero. Tienes que conocerla.

-Creí que no tenías familia.

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