"Soy precavida con el resto del mundo,
pero contigo sé que no está bien.
Y podría esperar con paciencia,
pero realmente desearía que tú...
Lo dejaras todo,
te reunieras conmigo bajo la lluvia,
me besaras en la acera,
te llevaras el dolor".
(Sparks Fly – Taylor Swift).
Tenía mil asuntos rondando en su cabeza y tras ellos, la voz de Rose que hablaba entusiasmada sobre una fiesta el próximo sábado. Madison hubiera querido responder con el mismo entusiasmo, pero su tiempo no le permitía hacerse un lugar para esas cosas. El problema de su hermano era el principal factor que la consumía, a ella, a sus pensamientos, a sus ánimos, incluso a su dinero. Se sentía tan triste, aunque de a momentos, creía ser merecedora de una oportunidad para distraerse un poco como lo haría cualquier chica de su edad.
— ¿Y? ¿Qué dices? ¿Vienes con nosotras el sábado o no?— insistió Rose, quién tenía la intensión de divertir a su amiga.
—Lo siento, ¿De qué hablabas?— Madison dejó de ordenar los cubiertos para girarse y mirar a la chica, quién suspiró frustrada por tener que repetir las cosas.
—De la fiesta. ¿No estás escuchando, Madison?
—Oh si, la fiesta. Rose, me encantaría, pero ya sabes que no puedo.
— ¿Por qué no? Haz una excepción, solo una noche. Todo el mundo estará allá, la pasaremos bien, te lo prometo— continuó insistente, no pensaba parar hasta oír una respuesta afirmativa de su amiga. Madison conocía a Rose y sabía aquello mejor que nadie. Entonces, se dio cuenta que por un momento podía dejar sus responsabilidades de lado y aceptar. —Eso es, estás poniendo justo la cara de sí, ¿vas a ir, no?
Madison sonrió, su amiga descubrió su respuesta antes de que pudiera pronunciarla.
—De acuerdo— respondió. Rose largó un pequeño alarido de emoción, Madison se rio de aquello y volvió a su trabajo, dedicándose a terminar sus tareas.
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Revisaba su guardarropa intentando hallar algo decente para usar en la fiesta del sábado. Aún faltaban dos días, pero necesitaba asegurarse antes de que al menos iba a tener algo lindo para usar. Se echó en la cama indignada cuando se dio cuenta de nada le servía, definitivamente tenía que comprarse algo. Lo haría al día siguiente, porque los negocios ya estaban cerrados. Vigiló su celular, como de costumbre, buscando alguna notificación nueva, pero aún no había nada. Releyó la conversación que tuvo la noche anterior con Thayer y se decidió a enviarle un nuevo mensaje.
Madison: Hey, ¿cómo están las cosas con tu hermana?
Thayer: Nada bien.
Thayer: Hablé con ella, estoy seguro de que algo pasa, pero evitó contarme.
Thayer: Incluso saldrá está noche otra vez.
Madison: ¿Ni siquiera sospechas de que puede tratarse?
Quizás no es tan grave o malo como piensas.
Thayer: Puede ser.
Thayer: Puede que esté saliendo con alguien y no quiera decirme.
Thayer: La voy a seguir esta noche.
Madison: ¿Qué? Estás loco.
Thayer: Necesito saber qué pasa con mi hermana.
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Mi salvación
RomanceLa vida de Thayer siempre ha sido un caos. Con un padre ausente y una madre que lo abandonó, se vio obligado a hacerse cargo de su hermana menor, Maxine. Pero cuando finalmente todo parece ir bien, los problemas retornan. Maxine comienza a comportar...