Encontré un amor
para llevar más que solo mis secretos,
para llevar amor...
Cariño, solo toma mi mano,
sé mi chica, yo seré tu hombre.
Veo mi futuro en tus ojos.
(Perfect – Ed Sheeran)
Miró una última vez a Madison, quién cayó dormida al instante que apoyó la cabeza en la almohada. Ya no se escuchaban sus risas a carcajadas, ni el tono de su voz pidiendo que siguiera besándola. Era pura tranquilidad y en el ambiente no se oía más que el ligero sonido de su respiración. A Thayer los ojos también se le cerraban, pero no se permitió quedarse allí, tenía que volver a su casa. El dorso de su dedo índice acarició el contorno del rostro femenino, con sutileza para no despertarla.
La quería.
Estaba atrapado en ella y ya era demasiado tarde para retroceder.
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Cuando despertó, después de una larga mañana de siesta, encontró a su hermana desayunando en el comedor. Al fin. Era el momento ideal para hablar con ella, después de tres días, estaba seguro de que Maxine había bajado la guardia y lo escucharía. Además, él tenía muchas cosas que quería preguntarle.
—Lamento lo que pasó la otra noche, O— tomó asiento frente a ella.
—Ya es tarde para que te lamentes. No tenías por qué seguirme. Solo demostraste que no confías en mí— recriminó, dejando el vaso que contenía jugo de naranja, a un lado. Olvidó el desayuno, tenía algunos detalles que aclarar a su hermano.
—No es así— aclaró. —Hace meses que no hablamos como antes, no tenía idea de lo que estaba pasando contigo. Quería asegurarme que estuvieras bien, eso es todo— buscó su mirada, esperando que lo comprendiera. Se sentía culpable por haberla seguido, traicionado su confianza, traspasando su espacio personal. Se sentía como un mal hermano y lo asumía, pero luchaba por ser uno mejor cada día. — ¿Podemos arreglar esto, O?— había algo de lo que si estaba seguro, eran familia y siempre encontrarían una solución para superar los momentos difíciles.
La chica no respondió de inmediato. Bajó la mirada, trayéndola de regreso a los ojos de su hermano, cargando una expresión de seriedad. Había tomado una decisión.
—Hay algo que tengo que decirte— mencionó. —Si lo que quieres es arreglar las cosas, tendrás que comprender la decisión que tomé— anticipó, realmente temía que su hermano se enojara con ella, pero tendría que entenderla.
— ¿De qué decisión hablas?— preguntó, desconcertado. No alcanzó a imaginar nada, no tenía idea de lo que su hermana diría.
—Voy a irme a vivir con mi papá— reveló sin complicaciones. Así era Maxine, directa. Thayer frunció apenas el entrecejo, aún más confundido. Jamás imaginó que su hermana tenía intenciones de entablar el vínculo con su padre. —Como sabrás, estuvimos reuniéndonos mucho últimamente. Quiero conocerlo mejor. Y antes de que digas que no, ya hice planes. Voy a estudiar y trabajar allá— agregó, esperando así despejar cualquier duda que el tuviera. No permitiría que le impidiera irse.
Thayer tardó unos extensos segundos en asimilar que su hermana estaba hablando en serio. Le costaba procesar aquella idea, le costaba creer que era real. Ella era la única familia que le quedaba, así lo sentía él, porque llevaba años sin ver a su madre y a su padre jamás le importó su existencia. Ver a su hermana marcharse sería difícil, después de todas las cosas difíciles que habían superado juntos, alejarse de ella nunca estuvo en sus planes. Maxine en cambio, tenía un espíritu diferente, siempre estaba en busca de algo nuevo, corriendo los riesgos sin importarle el precio. La conocía y debió haber imaginado que en algún momento la chica ya no se sentiría a gusto con la tranquilidad del pueblo.
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Mi salvación
RomanceLa vida de Thayer siempre ha sido un caos. Con un padre ausente y una madre que lo abandonó, se vio obligado a hacerse cargo de su hermana menor, Maxine. Pero cuando finalmente todo parece ir bien, los problemas retornan. Maxine comienza a comportar...