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Lisa terminaba de ordenar su flequillo con el alisador cuando tocaron la puerta.

- ¡Adelante! - grita, la puerta se abre - ¿Desde cuánto tocan? - pregunta sin mirar quién entró - Escuché el timbre, ¿llegó Jungkook?

La chica apaga el aparato y voltea a mirar, casi lo deja caer al encontrar al nombrado mirándola desde la puerta.

- Sí, Jungkook llegó - dice él, acercándose con una sonrisa socarrona dibujada en el rostro - ¿Me extrañabas?

- Por supuesto que sí - Lisa se lanza a los brazos del chico - Pero, ¿qué haces acá? No deberías verme hasta que bajara.

- Suenas cual novia antes de la boda - bromea él, sacándole una carcajada.

- Estás guapo, Jeon.

- Al lado tuyo no se nota, Manoban.

- Me sonrojas - Lisa se suelta del agarre del chico y vuelve al espejo para terminar su look añadiendo algo de brillo labial - Llegaste temprano.

- Más bien tú te atrasaste - contraataca el chico.

- Verse así de bien conlleva cierto trabajo, ¿de acuerdo? - dice en lo que camina a la puerta - No lo entenderías.

- Claro que no, yo solo me levanto y ya luzco así de bien.

Lisa niega con la cabeza divertida antes de salir de la habitación, Jungkook agarrándola entre sus brazos antes de que baje las escaleras, iniciando un bombardeo de besitos por todo el rostro de la chica.

- Jeon Jungkook, juro que si arruinas mi maquillaje te las verás conmigo.

El chico ríe y Lisa deja un rápido y casto beso en sus labios antes de bajar a la sala de estar. Jungkook tarda unos segundos en reaccionar e ir tras ella, encontrándola bailando junto a Rosé y Jimin. Verla tan contenta mientras bailaba con sus amigos lo alegraba a él también.

Sí, Jungkook se había enamorado, se había enamorado de la forma en la que Lisa bailaba, en cómo expresaba sus emociones a través de sus movimientos. Se había enamorado de la sonriente chica que siempre hacía reír a su amiga en clases, de sus caras raras y sus sobornos con comida. Se enamoró de su gusto por probar cosas nuevas al igual que él, y de su similar búsqueda de la perfección en lo que hacía. Pero por sobre todo porque Lisa lo quería por ser él, sin pedirle nada a cambio. Ella lo hacía sentir completo, a gusto, porque a su lado podía ser realmente él, sin ocultar ni fingir nada.

Y no sabe cuánto rato se la pasa observándola hasta que la tailandesa agotada se sienta a su lado y apoya su cabeza en su hombro, observándolo en silencio unos segundos. Hace días no se veían y Lisa quería apreciar sus bellas facciones antes de volver a separarse. Su anguloso mentón, sus grandes ojos, la pequeña cicatriz en su mejilla, sus oscuras pestañas y, por supuesto, más que apetecibles labios.

- ¿Qué me ves? - pregunta Jungkook.

Lisa solo sonríe y lo besa en respuesta, dando gracias internamente porque el chico hubiese llegado a su vida.

- ¡Consigan un cuarto! - exclama Namjoon, quién viene recién llegando con unas cajas de cerveza en los brazos.

- ¿Algún lugar que nos recomiendes, hyung? - Jungkook se separa de Lisa y camina hacia él para ayudarlo con las cosas - Tú conoces varias posadas en la ciudad.

- Ya no hay respeto - Namjoon niega con la cabeza y saluda al resto.

- No lo niega - dice Jungkook divertido.




Jennie mira el reloj en la pared por milésima vez. Ya son pasadas las diez y Taehyung aún no da señales de vida. Le había dicho que vendría luego de cenar con su familia pero ni un solo mensaje le ha mandado. Y Jennie teme que no llegue.

† 𝕷𝖆 𝖕𝖔𝖘𝖊𝖘𝖎𝖔́𝖓 † (𝖇𝖑𝖆𝖈𝖐𝖕𝖎𝖓𝖐𝖝𝖇𝖙𝖘) (𝖇𝖑𝖆𝖈𝖐𝖙𝖆𝖓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora