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Avergonzada y agradecida, así se encontraba Lisa, ambas por la misma razón: le había pedido alojo para esa noche a nada menos que Jeon Jungkook, su compañero que apenas conocía.

Luego de que el azabache accediera y que su transporte llegara no intercambiaron palabra alguna durante todo el trayecto hasta la casa del susodicho. Y es que la tailandesa seguía en su propio mundo, lagrimeando cada tanto al recordar todo lo que había pasado, tratando de convencerse a sí misma que todo fué producto de su imaginación y del alcohol.

Por otro lado, Jungkook se mantuvo en silencio, limitándose a solo abrazar a la chica durante todo el viaje, esperando pacientemente a que ella fuese la que se animara a hablar, pues sabe que no tienen el nivel confianza como para sacarle información al respecto y no quiere presionarla tampoco.

Y Lisa en cierto modo lo agradece, porque ¿cómo se supone respondería a lo que pasó? Lo más probable era que Jungkook la tachara de loca, y no lo culparía ya que, como las imágenes se mantenían en bucle en su cabeza, ella misma comienza a pensar lo está. Y es que el ver a su amiga flotar en el aire le resultaba irreal... tanto que temía volver a casa de la castaña y que lo que vió se pudiese repetir...

Así que quedarse a dormir en casa de un chico que apenas conocía no sonaba nada mal en estos momentos.

Ni siquiera se cuestionó el decirme que sí, ¿debería preocuparme?

Lisa observa a Jeon de reojo, él va concentrado en ver que el conductor vaya por el camino correcto, con uno de sus brazos rodeándola cálidamente.

Jungkook no parece alguien malo... pero se sabe que es popular entre las chicas, debe estar acostumbrado a llevarlas a casa...

Oh Lalisa, ¿en qué te metiste?

Debería avisarle a las chicas a dónde iré para que no se preocupen...

Acto seguido saca su móvil de su chaqueta y envía un mensaje de texto al grupo que comparten entre las cuatro. Luego de eso lo apaga, pues no quiere lidiar con un posible bombardeo de mensajes y/o llamadas.

Lisa pega un bostezo justo cuando Jungkook voltea para avisarle que han llegado. Luego de despedirse y agradecer al conductor ambos bajan del coche, haciendo una pequeña reverencia al hombre, quién les sonríe cálidamente antes de partir.

El azabache le hace una seña para que se adentren al complejo de edificios que Lisa reconoce de inmediato, ese que último tiempo se había vuelto bastante popular gracias a que varias figuras del entretenimiento vivían allí debido a exclusividad y seguridad del sector.

La chica observa el lugar asombrada, todo allí encaja perfectamente, la vegetación, las farolas, incluso las marcas en el cemento parecen haber sido perfectamente diseñadas para no romper con la estética.

Quizás cuánto cuesta vivir aquí...

Un carraspeo la saca de su admiración, Lisa parpadea para espabilar, caminando rápidamente hasta alcanzar a Jungkook, pues éste ya se encuentra entrando a uno de los edificios. El chico mantiene la enorme puerta abierta para que ella pueda entrar para luego pasar de largo hasta el ascensor, ignorando cómo Lisa observa alucinada la pequeña recepción.

Una vez dentro de la caja metálica, Jeon pulsa el botón con el número nueve en él, las puertas cerrándose de inmediato para comenzar a subir. Lisa se mantiene quieta en su lugar, con sus manos escondidas en la chaqueta de cuero que lleva puesta y la mirada clavada en sus zapatos, no sabiendo si era cosa de ella o el ascensor realmente se tomaba su tiempo en subir, como pidiéndole permiso a cada piso por el que pasaba para llegar a su destino.

† 𝕷𝖆 𝖕𝖔𝖘𝖊𝖘𝖎𝖔́𝖓 † (𝖇𝖑𝖆𝖈𝖐𝖕𝖎𝖓𝖐𝖝𝖇𝖙𝖘) (𝖇𝖑𝖆𝖈𝖐𝖙𝖆𝖓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora