El DJ anunció por el altoparlante, el siguiente número de la noche, para la concurrencia. De pronto apareció una bailarina apenas vestida y recorrió el escenario completo. La música acompañaba Los movimientos de su cuerpo sinuoso, mientras se frotaba contra el poste y bailando.Tenía la atención de su audiencia, quien la observaba con ojos hambrientos. Kris desde su asiento, la miraba perplejo.
No pretendía esconder lo mucho que esa bailarina le llamaba la atención. Desde que apareció en escena, no podía alejar sus ojos de ella. Algo tenía, pero no estaba seguro de que era.
—Parece que nunca has visto tetas ¿ah? Es de esperarse, a ti tu madre no te dio pecho, te dio la espalda— y Bracco se rio de su comentario.
Kris ignoró sus palabras. En esos momentos, su atención era para las caderas que se sacudían al ritmo de la música. Bracco sacudió la cabeza y Chris rodó los ojos mostrando su fastidio hacia sus dos compañeros. En ese momento y como enviada por el cielo, Lexi regresó con las bebidas que ordenaron y no venía sola.
—¿Me extrañaron? —les preguntó juguetona y se sentó al lado de Bracco.
—No sé dónde quedó la receta, pero esto es justo lo que me mandó el doctor —Bracco subió a Lexi sobre sus piernas y ambos estallaron en risas —Veo que nos trajiste compañía. A Brittany ya la conozco, ¿quién es tu nueva amiguita?
—Ella es Cherry. Entre las dos se van a encargar de atender muy bien a tus amigos.
—Ah, esos idiotas ya quisieran ser amigos míos. No, Lexi. Sólo vienen conmigo, cosas de trabajo, tú sabes...
—Aww... Bracco, bebe, trabajas demasiado... —Lexi le acariciaba el rostro con un dedo mientras que con el otro le abría la camisa —Mejor nos vamos a otro lado a que te relajes un poco... ¿si?
—Espera, espera... Lexi, espera... No puedo dejar a estos dos solos por dos segundos, sin que hagan algo estúpido.
—Awww, Bebe, pero mira, parece que a uno de tus chicos le gusta Breezy. Cuando termine su baile, que le haga un numerito especial...—insistió Lexi frotándose descaradamente sobre Bracco —uno privadito como el que te voy a hacer...
—A mi se me va a salir mi número especial si sigues, Lexi...—Bracco se levantó bromeando con la muchacha —Oye, novato, deja de babear y anda a ver a Breezy, dile que vas de mi parte.
Kris volteó a mirarlo visiblemente avergonzado. Se negó por supuesto, pero Bracco le apuntó con el dedo.
—Esas son las mejores tetas del club, después de las de mi Lexi —añadió Bracco —Levanta el culo y ve a buscarla. Cherry, encárgate ¿quieres?
Un billete de tres cifras apareció en los dedos de Bracco y Cherry saltó de su asiento. Si la hubiera mandando a destripar a Kris, seguro lo hacía con la misma deferencia.
Kris masculló entre dientes y no tuvo más remedio que seguir a Cherry.
—Uno menos... Chris, vete por ahí y no me causes problemas. Échale un ojo, ¿quieres, encanto?—otro billete fue a dar a manos de Brittany y Bracco dio el asunto por terminado.
—Los dos ojos y lo que tú quieras, Bebé —Brittany se marchó sonriendo de regreso a sus asuntos.
Chris no esperó que Bracco continuara. Tomó la botella de la mesa y se alejó maldiciendo entre dientes.
Tenía los ojos fijos en alguien, alguien que se ocultaba tras la barra y fingía trabajar. Seguro pensaba que se le iba a escapar. Ese enano estaba mal de la cabeza, murmuró Chris avanzando a trancazos por el local.
ESTÁS LEYENDO
Rapsodia entre el cielo y el infierno
General FictionLlegamos al mundo sin pedirlo. No elegimos nuestro destino, porque viene escrito por manos ajenas. Mientras Dominick sobrevive al infierno, ayudado por su viejo violin, Chris convive con sus demonios, incapaz de exorcizarlos. La vida es como una r...