Lan Zhan alcanzo la inmortalidad junto con su hermano, haciendo la promesa de buscar a Wei Ying, pero cuando por fin lo encontró, él jamas lo miro con amor, para él era solo un extraño.
Lan Zhan miro como una y otra vez el amor de su vida lo dejo p...
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El caos en la oficina de policías era evidente, innumerables llamadas de emergencia tenían a todos caminando de un lado a otro.
Nie Huai Sang estaba frente a la oficina con el sable de su hermano en una funda, lo tomó y lo dejo aún lado de la entrada.
Al entrar solo pudo mirar a su hermano gritando, dando órdenes a todos intentando aplacar el caos producido, seguía siendo el fuerte líder Nie MingJue, una triste sonrisa se dibujó en el rostro de Huai Sang, camino entre el caos hasta llegar a frente de su hermano quien le gritó.
—¿Que carajos haces aquí? Todo es un caos Huai Sang ─gritó alterado
—¿Podemos hablar? ─musitó
—¿No estas viéndo.... el caos? —el rostro de Huai Sang mostraba una oscuridad y cierto frialdad que hizo que MingJue no pudo seguir hablando —¿Qué pasa?
—Hablemos en tu oficina.
Los dos entraron a la oficina.
—Gracias hermano por cuidarme en está y en la otra vida, siento que siempre te he fallado, no cumplo tus expectativas, pero a pesar de que aveces peleamos, yo siempre te he amado hermano, por eso en esta vida, yo cuidaré de ti y de tu felicidad, yo me encargaré de todo, adiós hermano
—¿Que estupideces dices? ─bufó molesto
Huai Sang, tomó un pergamino y dibujo algo en el con su sangre.
—Cuando todo acabe esto te soltará por ahora solo debes quedarte aquí, perdóname.
Lo aventó al cuerpo de MingJue formando una cadena que lo agarró a su silla.
—Haui Sang ¿qué es esto?, ¡Suéltame carajo!, ¡Haui Sang! ─gritó intentando escapar
Al salir de la oficina un policía se acercó.
—¿Y el jefe MingJue?
—Esta dentro.
Al salir de la estación, cerro las puertas y pegó muchos pergaminos en ellas.
—No es necesario que mas personas mueran, aguarden aquí, que muchas de sus familias los esperan.
Tomo el sable y camino entra la fría noche, la lluvia cayó aquel día.
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Los jades peleaban, pero entre más peleaban más marionetas se levantaban, Jiang Cheng y Wei Ying, peleaban juntos, uno cubriendo la espada del otro, Song Lang buscaba en su bolsillo las balas para seguir con su ataque mientras Xue Yang peleaba a puños limpios, aunque aquello no sirviera de mucho.
Mo XuanYu camino entre las peleas, la oscuridad rodeaba su cuerpo, sus ojos se pintaban de rojo, sin quitar su mirada fija a Jin Guang Yao se acercó a él.
