Lan Zhan alcanzo la inmortalidad junto con su hermano, haciendo la promesa de buscar a Wei Ying, pero cuando por fin lo encontró, él jamas lo miro con amor, para él era solo un extraño.
Lan Zhan miro como una y otra vez el amor de su vida lo dejo p...
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Lan XiChen miro al menor quien parecía nervioso, sus mejillas y las puntas de sus orejas tenia aquel tinte de color rojo, se acerco y beso sus labios con tal suavidad, intentando saciar sus mas profundos deseos.
Separo sus labios del menor y lo miró, el chico aun tenia los ojos cerrados, sus deseos mas profundos golpeaban su corazón, como un martillo, suspiro, tenia que controlarse, no quería dañar a quien estaba enfrente, a la persona que mas ama en este mundo.
—Comamos, pidamos cualquier cosa yo la pago —sugirió para soltar al menor, para sentarse en el sofá
Las piernas de Jiang Cheng temblaban de manera que parecía que no podría caminar, respiro profundamente para controlarse, acomodo su ropa y tomo la fuerzas necesarias para caminar.
—Yo te cocinare, si no te importa. ─musitó
La mirada de Lan XiChen volvió a ser la misma, aquella cálida sonrisa y amable, volvieron a su rostro.
—De acuerdo, ¿quieres que te ayude? —preguntó
—No, solo quédate ahí. ─indicó
Después de varios minutos, XiChen no pudo mas y camino hasta cocina, donde miro la espada del menor quien estaba picando las verduras, se acerco y lo abrazo por la espalda, envolviendo su pequeña y delgada cintura en sus brazos, coloco su barbilla en el hombro del menor.
—Si yo pudiera morir en este instante, lo haría feliz ─pronunció
—No digas tonterías —bufó el menor sin dejar de picar
—Estar tu lado, es lo mas hermoso de mi vida, déjame quedarme así, solo unos minutos mas —cerro sus ojos abrazando al menor, mientras sentía el aroma a la comida, combinada con el perfume del menor, aquella mezcla le hacia sentir un sentimiento agridulce, sentía que era feliz, pero recordaba aquel pasado y el miedo de aquella tragedia se repitiera, lo hacia sentir inseguro.
Quería encerrarle para protegerle como Lan Zhan a Wei Ying.
La ironía de la vida es que después de tanto logro sentir lo que su hermano sintió en aquel entonces. Ese sentimiento agridulce.
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