#2 Proposición

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—De acuerdo — comenzó prontamente Stan cuando estaba mirando a su amiga (t/n) actuando más fuera de lo normal que en otras ocasiones —, ¿por qué sonríes de esa forma? Es anormal ver una sonrisa tan grande y tonta en tu rostro. 

—Oh — ella contesto prontamente volviendo a la realidad —. ¿Lo es?

Le pregunto ahora mientras salía de la escuela pisando escalón tras escalón hasta donde Stan estuvo esperándola de forma paciente. Ella quería intentar disimular la cantidad de felicidad que sentía en ese entonces, pero técnicamente ocultar su sonrisa e incluso leve rubor coloreado en sus mejillas era imposible. No podía esperar el momento en que llegase a su casa para llamar a Richie y contarle todo el suceso en sí. Finalmente había hablado de forma oficial hacia la chica que le gustaba.

Y mejor aun: ¡Fue todo un éxito! 

—Primero que nada, punto uno llegas más tarde que de costumbre, punto dos, el resto ya se marcho. ¿Qué tanto tomo de tu tiempo? 

—Nada — ella contesto prontamente —.

—¿Nada? Si claro, no soy un idiota como el resto — el menciono rodando sus ojos —. En fin, mañana iremos...

—¿A la cantera? — pregunto (t/n) con emoción ante la idea —.

—Cambio de planes — continuo Stan —, iremos a los baldíos. 

(t/n) asintió silenciosamente. No era una mentira que la idea no le era atractiva en lo absoluto. Continuaron caminando al lado de sus bicicletas. Pero prontamente cuando (t/n) decidió que no quería ir caminando en completo silencio se atrevió a preguntar el porque de esos cambios de planes.

—¿Por qué?

—Es Bill... dice que...

Pero (t/n) lo corto prontamente cuando su cerebro proceso acerca de porque el chico querría ir a ese sitio. 

—Georgie — dijo ella —, podría estar ahí...

—¿Crees que siga con vida? — le pregunto Stan —.

—Ha pasado mucho desde que desapareció, pero... si hay o existe una posibilidad de que lo este, espero que si, he leído casos... en donde niños desaparecen, que sorpresivamente son encontrados con vida o ellos mismos encuentran su camino a casa, espero ese sea el caso con él.

Stan asintió ante la idea en si. Había escuchado igualmente que esos casos se daban, eran esos casos que sin duda podían esperanzar a cualquier persona. Y una vez más la sonrisa en el rostro de (t/n) apareció cuando recordó su conversación con Beverly mientras ambas limpiaban su mochila, no podía ser demasiado capaz de ocultar sus emociones de felicidad, pero siempre estaba ese temor, ese temor de ser rechazada por el resto.

Pero no importaba que hiciera. No era capaz de ponerle freno a esas emociones, sin importar que, solo parecían incrementar y incrementar. 

—¿Richie vendrá a tu casa más tarde? — pregunto de pronto Stan, mirándola de reojo —.

—No sé — le contesto prontamente —, posiblemente nos reunamos en el parque. Teníamos pensado ir al cine u algo así, llevamos ahorrando dinero por un buen rato para este verano en si.

—Después no andes llorando de que tienes pesadillas por el "buen" gusto de Richie acerca de películas. — se burlo Stan —.

—Como si me asustaran los hombres lobos — ella se rio prontamente —, ese es solamente y nadie más que el asustadizo Richie, yo soy mucho más valiente que él. 

Ambos dejaron escapar una carcajada. Y muy pronto se encontraron frente a la casa de (t/n) que se encontraba al lado de la de Stan. Con ello ella se detuvo frente a esta, con su molesto hermano mellizo Bradley que estaba jugando en completa soledad en el jardín. 

New Romantics {Beverly Marsh & Lectora} FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora