VII

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—¿Dónde estaban? —Regaña Alissa.

—A alguien le dio depresión al ver un demonio —tose Vlad.

—¿Un demonio?

—Sprengen —respondo—. Nuestro amigo se llama Sprengen y ocupa una máscara de demonio.

—Nuestro pintor de Pegeas y Azkeel —sonríe Alissa—. Y hablando de ello, descubrí de qué está constituida la pintura ocupada en los cuerpos.

—¿De qué es?

—Talco, vaselina, látex, harina y pinturas acrílicas.

—Parece una buena receta —ríe Vlad.

—Mejor que eso, es verdaderamente un artista, tal vez uno arruinado.

—Segundo, las huellas de camélido son de una llama —Alissa revisa una tabla.

—¿Qué más? —pregunto mientras pienso.

—Las plumas son de ganso.

—Trabaja en un zoológico o una granja.

—Nos costará encontrar algún sospechoso en esos lugares —propone Vlad.

—Es por eso que dejaremos que haga una nueva pintura —sonrío.

—¿Otra muerte? —Se sorprende Alissa—. ¿Para qué?

—Para saber el motivo. Sólo por eso.

SprengenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora