XVI

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Camino hacia la tumba de Arusa, junto a Vladdimir y Alissa.

—Hola amor, acá están las flores…

—Y también mis saludos, amiga —interrumpe Alissa—. He cuidado muy bien de este muchacho, tal cual como lo dejaste.

—Amor, creí que tal vez perdería la segunda mujer que me importa, pero sin importar los demonios, sigo siendo honesto.

—Vamos muchachos, puede suceder cualquier caso interesante y nos lo vamos a perder —interrumpe Vlad.

—Adiós amor, cuídame desde el cielo. 

—Y yo te cuido aquí —los labios de Alissa se alojan en los míos.

—Doctora y detective ¿Nos vamos? —tose Vladdimir.

—¡Vamos! —Alissa toma de mi mano.

No entiendo, pero Alissa me recuerda a veces a Arusa, pero nadie se comparará con ella.

Coloco mis manos dentro de los bolsillos de la chaqueta y encuentro en el bolsillo izquierdo la imagen del ángel, ya me había olvidado de él, la reviso descubriendo algo escrito, algo que no estaba escrito antes.  

“No permitas que te aleje de la vida o que te vuelva loco, quiero que seas más fuerte de lo que fui yo, quien debe volar de la peor manera debe ser el demonio que está en mi interior, deja que vuele, que de una vez por todas pueda volar como debe ser, como un asesino.”

Gracias honesto amigo.

Sprengen

Guardo la imagen del ángel y camino hacia mis fieles amigos, mis grandes compañeros.

SprengenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora