Al llegar a su casa, Jinwoo se dejó caer en su cama, no queriendo ir a bañarse ni nada, estaba con el corazón hecho un motor, palpitando rápido por todo lo que estaba ocurriendo y por todo lo que estaba sintiendo por Mino.Quería que este fuera SU chico malo, que no lo tuviera nadie más, que esa sonrisa de encías solo fuera para el menor, que esos ojos de lujuria se dirigieran solamente a él, que esos sentimientos y pensamientos, que tanto daban vueltas en su cabeza ahora mismo, lo sintiera el moreno.
Se sentía un poco cansado, pero con su cabeza dando vueltas sin poder dormir.
Lo había hecho nuevamente con el moreno, y este le había dicho "bebé", algo que aún el castaño no podía quitarse de la mente.
Para él, las parejas se ponían sobrenombre, se decían cosas en el oído, y se lamían en partes que no fueran solamente para el simple placer, sino que demostrando algo más que una simple satisfacción. Todo eso había pasado ese día, Mino lo había llamado de una forma totalmente exquisita, después diciéndole cosas en su oreja, y para finalizar con tiernos y delicados besos en su hombro, como si estuviera cuidando al que tenía en sus brazos.
Un suspiro apareció en los labios entrecerrados del castaño, mientras dejaba el agua caliente resbalarse por su cuerpo.
Ya había anochecido hace un tiempo atrás, y el castaño aún no podía dormir. Podía sentir esos calientes besos pasar por toda su espalda, y esos susurros íntimos contra su oído, mientras que no podía quitar de su mente la imagen de su chico malo con esa cara de placer total, con esas cejas juntas, con esos labios carnosos rojos, con esa mandíbula dibujada, y esos ojos negros, oscuros y lujuriosos mirándolo a él... solo a él.
Después de un atareado día de ayer, lleno de preguntas sin respuestas, y con unos dolores un poco intensos por todo su cuerpo. El menor se levantó con una sonrisa de oreja a oreja, dándole un poco de preocupación a su madre por el hecho de un, demasiado, feliz ciervito.
Con una mirada un poco incómoda, Jinwoo se despidió con un beso en la frente de su madre, diciéndole un "te quiero mucho" en su oído, para después irse de allí, aún un poco sentido por tener que conocer al novio de su omma.
Al llegar a la escuela, todos los chicos lo comenzaron a mirar con un rostro de enojo, al menor se le había olvidado por completo lo que había pasado antes de que un excitado Mino llegara a su rescate. Se le había olvidado que había suspendido al mejor estudiante en el campo de fútbol, y que un malvado GD lo había obligado a usar ese disfraz de gato.
Su cuerpo tembló al ver a la pandilla de GD, junto con Taeyang y sus amigos, al frente de él. Con la cabeza gacha, pasó entre medio de los muchachos, que lo miraban con odio, y antes de poder librarse, alguien habló.
-Es lamentable que no hayamos podido verte vestido de esa forma, Jinu.- Comentó Taeyang. -Pero espera a que estés solo.- Se acercó, susurrándole en oído del desesperado menor. -Y tu mono no esté cuidándote...- Siguió, ronco de ira. -Ahí sí que verás lo que verdaderamente podemos llegar a ser.-
Después de decir esa sentencia, el castaño siguió su camino, pero con un cuerpo tembloroso y lleno de nervios.
Tal vez Mino era el más rudo de toda la escuela, pero este no estaría cuidando al menor por siempre, y eso era lo que le aterraba más al castaño. Se sentía en pánico por el hecho de que algún día, GD y sus amigos, lo pillarían solo, sin nadie que lo mire, en un callejón oscuro, el mismo que podía llegar a ser la perdición del ciervito de Imjado.
Ya habían pasado algunas clases, y no vio a Mino en todo el día, sentía que cada vez suspiraba más fuerte y profundo, podía recorrer mil veces la escena por su cabeza, de un moreno con sus ojos entrecerrados, llenos de placer, y esa boca voluptuosa, tentándolo a besarlo, y después... despertar de ese sueño, y encontrarse con una pizarra llena de caracteres.
ESTÁS LEYENDO
BAD BOY || Minwoo/Songkim ☾
Fiksi PenggemarEl chico perfecto existe. Ese es Kim Jinwoo. Buenas calificaciones, bueno en el deporte, conocido por todos y atractivo para los ojos de cualquiera. Aunque, la muerte de su padre marcó un antes y después en él. Una mudanza de Imjado a Seúl le cambió...