CAPITULO 2 - Las Intrusas

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Había un silencio que parecía eterno dentro del privado de la casona Olivier. Gustavo permanecía mudo después de haber escuchado la confesión de su padre, mientras los ojos de Fátima se inundaron en lágrimas de coraje. Que aumentaba más al ver la figura de Aurora que contemplaba la escena con un gesto burlón.

"No, no, y no!" grito Fátima al circular a su padre. "Yo no pienso aceptarlo. Estas dos se pueden ir al demonio, pero aquí... aquí no van a vivir." vio a Sofía de pies a cabeza. "No pienso permitir que esta meretriz..."

"Mide tus palabras querida hermanita." la interrumpió Aurora rápidamente brincando en defensa de su madre.

"Acaso no habló con la verdad? Usted 'señora' se metió con mi padre sabiendo que era un hombre casado, y tu eres prueba de ello."

"¡Ya basta!" Don Nicolás se interpuso. "No voy a permitir que se agredan."

"Entonces qué esperabas papá?"preguntó Gustavo por fin saliendo de su silencio. "Que las recibiéramos con los brazos abiertos?"

"Les guste o no, comparten la misma sangre. Pensé que por lo menos en ti Gustavo podría encontrar un poco de comprensión y sabiduría."

Una sonrisa amarga llena de decepción se formó sobre los labios de Gustavo. "Lamento defraudarte. Pero más tristeza me da a mi... al darme cuenta que nunca fuiste el hombre íntegro y honesto que mi madre tanto adoro."

*

Los pasos de Martina han entrado por la puerta de la recamara de Victoria respirando con alivio, al verla sentada ante su tocador.

"¿Se puede saber dónde te habías metido?" preguntó Martina en voz baja aproximados a la mujer.

"Por hay." Victoria respondió despreocupada.

"Estabas con él verdad?"

Victoria clavó su vista sobre el reflejo de la sirvienta detenida detrás de ella. Martina había estado a su lado prácticamente toda su vida y la conocía como nadie en esta vida. Esta mujer era más que una empleada, era su amiga, confidente, la hermana mayor que nunca había tenido.

"Para que preguntas si ya sabes la respuesta." ella respondió pasando el cepillo por las puntas de su cabello.

"Es demasiado riesgoso lo que estás haciendo."

Victoria sonrió satisfechamente."Vale la pena te lo aseguro."

"Vale la pena arriesgar todo lo que tienes por una simple calentura? Si Gustavo llega ha siquiera sospechar."

"Pero no lo ha hecho o si?" dice con una cínica sonrisa volteando a verla.

"Porque te adora y sería incapaz de dudar de ti. El hombre vive y respira por ti... Victoria, ¿para qué tentar a la suerte? Lo tienes todo en la vida para ser feliz."

"¡Pero no lo soy!" exclamó en un arranque poniéndose de pie. "Estoy harta de que siempre salgas con la misma cantaleta."

"Lo hago porque tu estas empecinada en arruinarlo todo. Yo me muero de los nervios cada vez que tu te desapareces y yo tengo que justificar tu ausencia ante todos. Pon distancia entre tu y ese hombre antes de que sea demasiado tarde. Antes de que Gustavo, Sebastián y hasta el mismo Andrés Del Valle terminen odiándote."

Victoria volteo y miró fijamente su reflejo sobre el espejo con seriedad. No... ella pensó. Andrés y Sebastian jamás podrían odiarme.

*

Gustavo se detuvo contemplando silenciosamente entre la oscuridad de la habitación a Sebastián mientras dormía.

ACUERDATE DE MI (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora