CAPITULO 13 - La Feria

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Pueblo de San Francisco de Los Reyes

David se dejó caer sobre uno de los sillones de la casa Del Valle mirando a su alrededor el silencio de que dominara la sala.

"Que..." El pensamiento de David lo transportó a estar ante Aurora y Darío, en aquel pasillo del hospital. "¿Acaso se conocen?"

"Más que conocernos, Aurora y yo estuvimos casados. No es así cariño?"

David salió de sus pensamientos sonriendo amargamente.

"Claro..." Él se dijo. "Tenía que ser tu maldita suerte. Porque tuviste que poner los ojos en esa mujer?" En ese momento volvió a revivir el primer instante en que se vio en esos hermosos ojos y quedó encantado con esa dulce sonrisa. Amor a primera vista se podría decir?

"Hijo." escucho la voz de su padre. "¿Ya estás de regreso?"

"Si, el nieto de Don Nicolás ya está estable."

"Me alegra oírlo." dice Don Armando tomando asiento al lado de su hijo. "Pero qué haces aquí solo y tan pensativo?"

"Yo?" dijo David inocentemente.

"Te estaba viendo. ¿Te ocurre algo?"

"Nada papá." su mirada se bajó. "Solo son tonterías."

"Cuando son tonterías suele ser una mujer? O me equivoco?"

David tomó un fuerte suspiro mirando a su padre.

*

Por las calles del pueblo vecino a San Francisco de los Reyes se llevaba a cabo su feria anual. La música en vivo, la gente, el ruido, los juegos mecánicos, y los pequeños puestos de dulces, artesanías y comida rodeaban su colorida plaza.

Entre las multitudes de personas los pasos de Aurora y Andrés caminan lado a lado disfrutando del ambiente.

"Bien, ¿con que quieres empezar? Tenemos el remolino... las sillas voladoras... los caballitos de carrusel ... o mi favorito personal el martillo."

Andrés había apuntado hacia él y Aurora tuvo simplemente con los gritos desesperados que habían tirado los que estaban a bordo al ver que la máquina daba vueltas en el aire.

"Está usted loco si cree que me voy a subir a esa cosa."

"Pero por qué no? La vida está hecha para disfrutarla momento a momento."

"Prefiero vivirla y disfrutarla aquí, con mis pies en la tierra."

"De acuerdo." le dijo con una sonrisa de oreja a oreja. "Entonces serán los caballitos de carrusel."

"Pásele, pásele amigo..." les llamó el hombre de un puesto que pasaban. "Ande y anímese a llevarse el osito para su novia."

Andrés y Aurora se miraron riéndose entre sí.

"¿A cuanto?" preguntó Andrés acercándose.

"A cinco la jugada, solo tiene que tumbar esas tres botellas y se lo lleva... así de simple."

"Así de simple?" sonrío "Claro." dijo intercambiando el dinero por tres pelotas. "Sabes sin querer presumir de pequeño fui bastante bueno para el béisbol."

"Solo recuerde que está en juego el pobre osito." dice Aurora en un tono burlón inclinándose sobre su hombro.

El aventó la primera pelota fallando en la intentada...

*

Casona de la hacienda La Oliviera...

"Patrón que bueno es tenerlo de vuelta." dijo Vicente acercándose hacia el escritorio en el despacho de Don Nicolás. "¿Cómo ha seguido el niño Sebastian?"

"Bastante mejor Vicente. Muy pronto lo tendremos nuevamente por aquí."

"Esa si es buena noticia."

"Bueno, ahora dime como van las cosas? Mis hijas?"

"Todo está como siempre. Tengo entendido que la señorita Fátima está encerrada en su recamara y..."

"Y Aurora?"

"Creo que salió."

"¿A esta hora?" dijo con preocupación ante una mirada nerviosa de Vicente.

*

Feria del pueblo vecino...

"No lo puedo creer." dice Aurora riéndose. Cargando el osito color café bajito en su brazo. "Dos mil pesos después."

"Bueno ya te puedes parar de reír no?" dijo Andrés riéndose junto con ella. "Ya tienes el mono en las manos, eso es lo que cuenta."

Ella se volvía a reír y él no podía parar de mirarla.

"Entonces, ahora qué sigue?"

Ella parecía una niña envuelta entre el ambiente que la rodeaba. No era ni la sombra de aquella prepotente mujer que había llegado a sus vidas semanas atrás.

"Creo que esos caballitos de carrusel están llamando nuestros nombres." dijo el.

"Son para niños."

"De qué estás hablando soy un niño de corazón."

Él tomó su mano llevándola. Horas después habían recorrido casi cada puesto, y disfrutado de varios de los juegos mecánicos...

*

Jardín de la hacienda La Oliviera...

"Creo que no me había divertido así desde... nunca." dijo Aurora deteniéndose ante el árbol, donde se encontraba Andrés hace algunas horas atrás.

"Me vas a decir que jamás habías asistido a una feria?"

"Digamos que nunca tuve tiempo para hacerlo."

"Para divertirte?" dijo el sorprendido.

"Mi madre fue bastante especial con mi crianza."

"Me imagino." continuo en un tono burlón. "Tenias que ser digna llevar el apellido Olivier?"

"Aunque te cause gracia." dijo con una leve sonrisa.

Andrés tomó un paso más cerrando el espacio que había entre ambos. Tenía el terrible impulso de besarla, clavando su mirada fijamente sobre sus labios.

"Creo que es hora de despedirnos." ella dijo suavemente.

Al verlo aproximarse ella se alejó repentinamente jugando con él. Dejándolo con las ganas y el perfume de su ausencia. Cualquiera podría pensar que ella lo tenía exactamente donde ella lo quería... en sus manos.

Pero la realidad era que si lo besaba no lo iba poder dejar ir...

Pero la realidad era que si lo besaba no lo iba poder dejar ir

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