CAPITULO 41 - Culpable

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Esa noche Andrés, David y tres amigos más habían seguido la noche en la cantina del pueblo. Brindaron por el amor y la felicidad que ahora llenaba la vida de Andrés. Bebieron hasta no poder y cada uno se fue por su rumbo... todos menos los dos hermanos Del Valle...

Casa Del Valle

Aurora contemplaba la madrugada desde la ventana de la sala. Extrañando a Andrés.

"Aurora?" dijo David apareciendo por la puerta. "Qué haces despierta?"

"Esperaba a tu hermano." dijo ella esperanzada de ver a Andrés aparecer por detrás de él. "No llego contigo?"

"Andrés?" David sonrió levemente con amargura pasando su mano entre su cabello demorando su respuesta. El cansancio era evidente en su mirada. "No. El..."

"Paso algo?"

"No. Solo que... Andrés bebió más de lo previsto."

"Y? Esta bien?"

"Si. Digo me imagino. No debe de tardar."

"Me da el presentimiento de que me quieres decir algo, así que dilo de una buena vez donde precisamente está tu hermano?"

"Aurora no creo que sea ni la hora... ni estés en el estado para darte cuenta de las babosadas de las que mi hermano es capaz de hacer."

Ella lo miró fijamente.

"Me vas a decir o voy a salir a buscarlo yo misma?"

*

Pueblo Vecino

David detuvo su camioneta frente a una casa. Antes de que pudiera decir algo Aurora había salido apresurada.

"Creo que no fue la mejor idea traerte." dijo el siguiéndola. "Porque no nos vamos... y mi hermano y tú pueden arreglar todo esto cuando él llegue."

Aurora tocó la puerta fuertemente ignorando las palabras de David. Tocó una y otra vez, insistiendo con David a su lado suplicándole que se marcharan. Y quizás lo hubiera hecho si esa puerta no se abriera en ese momento...

"Que horas son estas de andar madrugando por la calle querida?"

Era Victoria tan segura y con una cínica sonrisa dibujada en sus labios, detenida ahí ante la puerta con una bata que dejaba poco a la imaginación.

"Aurora vámonos." David dijo suavemente a sus espaldas queriendo tomarla de su brazo, pero ella resistió. Quería evitarle el dolor y la humillación. Ella aun se negaba a creer que después de todo, Andrés pudiera hacerle una cochinada como esa.

"¿Se te perdió algo?" preguntó Victoria. "Tu marido por ejemplo?"

"Dónde está?" preguntó Aurora fríamente.

"De verdad quieres saberlo... o prefieres verlo por ti misma?"

Aurora la apartó de su camino entrando, en contra las súplicas de David que veía con resentimiento a Victoria sonreír.

*

<< Que había hecho? >> Andrés pensaba perdiendo sus dedos entre su cabello. Estaba sentado a la orilla de la cama enredado en una sola sábana blanca, desnudo. Había una desorientación en sus ojos, al ver a su alrededor.

Vagos recuerdos de esa noche se le venían a la mente y no eran nada a su favor. Él tomó sus pantalones del piso y se los puso apresuradamente, seguido por la camisa. Tenía que salir de ahí, pensó dejándosela desabrochada tomando las botas. Chocando miradas con la figura que se detenía ante la entrada...

"Aurora."

Sus miradas permanecieron entrelazadas en un momento de silencio.

"Aurora. Déjame explicarte..."

"No te molestes." ella sonrió amargamente. "Ahórrate tus malditas explicaciones."

Ella se dio la media vuelta, necesitando salir de ahí.

"Espera." él soltó las botas y corrió tras ella, deteniéndola en el pasillo. "Aurora, espera por favor!"

"¡Suéltame!!" ella le gritó enfurecida. "¡No vuelvas a tocarme!"

"Mi vida..."

Lo abofeteó fuertemente desahogando la rabia que sentía.

"¡Eres un infeliz!" ella lo empujó, pegándole. "¿Cómo pudiste?"

"No es lo que estás pensando."

"No?? Tu de verdad me crees una estúpida verdad?"

"Te juro que no sé cómo llegué aquí. Te lo juro..."

"Para que le mientes?" dijo Victoria apareciendo por detrás de él, como una serpiente en celo. "Porque no le repites lo que me decías anoche mientras hacíamos el amor."

Aurora los miro a ambos con asco. Y salió. No supo cómo pero lo hizo. Se encerró en la camioneta escuchando a Andrés discutiendo afuera con David al intentar abrir la puerta. No sabía si llorar o sentir lástima por ella misma. Solo quería morirse del dolor y la desilusión, al acariciar su vientre.

ACUERDATE DE MI (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora