CAPITULO 37 - Tu Hermana

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Sofía y Don Nicolás entraron apresurados al dispensario, encontrando en la pequeña sala de espera a Don Armando.

"¿Cómo está mi hija?" dijo Sofía angustiada. "Quiero verla?"

"Andrés está con ella en este momento." la detuvo Don Armando.

"¿Qué ha dicho el médico?" preguntó Don Nicolás.

"La herida ha hecho que Aurora pierda mucha sangre, necesita una transfusión. Pero hasta ahora ninguno de nosotros ha sido compatible."

"¿Y nosotros? Somos sus padres?"

"¿Cómo le va Don Nicolás?" dijo David saliendo de su consultorio.

"¿Quiero saber el estado de mi hija? Hay posibilidades de transferirla al hospital de Guadalajara?"

"La condición de Aurora es bastante grave. Francamente no creo que pueda resistir el viaje."

"Por carretera quizás no, pero por helicóptero?"

"Aun así, el hospital de Guadalajara no cuenta con la sangre que Aurora necesita. Eso es lo importante ahora, conseguirle un donante."

"Pero cómo pudo ver sucedido esto? Quién fue?" preguntó Don Nicolás.

David miró a su padre quien dudaba en decirles.

"Tu propio hijo." finalmente dijo.

"Gustavo?" preguntó Don Nicolás en asombro.

"El y Andrés se agarraron a golpes afuera de mi casa y al ver que Gustavo le apuntaba el arma... Aurora se interpuso."

"No puedo creer que esto esté pasando..." dijo Sofía soltándose en llanto.

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Andrés beso la frente de Aurora, acariciando su rostro entre su palma. Susurrando suavemente las letras de la primera canción que le cruzara el pensamiento, queriendo quebrar el silencio de la habitación.

"Hay unos ojos..." el susurro viéndola. "Que si me miran... hacen que mi alma, tiemble de amor... son unos ojos tan primorosos. Ojos mas lindos no he visto yo..."

Ella sonrió levemente sin fuerzas.

"Cantas horrible." dijo acariciándolo. "Pero me gusta mucho esa canción..."

Poco a poco el cansancio fue venciéndola nuevamente hasta cerrar por completo sus ojos, ante la tristeza de Andrés.

Momentos después escuchó decir... "Hijo."

"¿Qué pasa papá?" dijo Andrés espantandose el cansancio.

Don Armando estaba detenido al lado suyo mirándolos.

"Porque no vas a descansar un rato. Yo me puedo quedar aquí con ella."

"No." tomó la mano de Aurora. "No quiero separarme de ella."

"Te entiendo. Pero has estado aquí toda la noche. Tú también necesitas descansar." Andrés parecía no escucharlo, perdido en sus pensamientos. "Hijo?"

"Yo tengo la culpa de que ella esté aquí. Y si la pierdo papá... me voy a morir con ella."

*

Iglesia del Pueblo San Francisco de los Reyes

"Pobre Andrés." dijo Soledad caminando al lado de José María rumbo a la salida. "No se ha movido de su lado."

"Si, es una pena que todo haya acabado de esta forma. Jamás creí a Gustavo capaz de llegar hasta ese punto."

"Y esa mujer? Aun sigue aquí? No me la he encontrado."

"Te agradezco que hayas mantenido la cordura por el tiempo que ella ha estado aquí."

La mirada de Soledad se desvía del cura.

"Lo hice simplemente por usted. Porque usted ha sido muy generoso con mi hija y conmigo. Además es su casa y usted puede hospedar a quien desee."

José María sonrío levemente mirando a la joven a unos pasos de él. Y por primera vez en su vida sintió nervios al tener a una mujer tan cerca.

"Andrés me pidió que la resguardara aquí unos días más. Pero con todo lo que ha sucedido, dudo que mi hermano tenga cabeza para pensar."

"Es increíble lo que ha causado esa mujer."

"No la juzgues totalmente que mi hermano tiene igual de culpa."

*

Dispensario de Pueblo San Francisco de los Reyes

"Le agradecería que esto quedara entre usted y yo." dijo el hombre elegantemente vestido. Levantándose de la silla ante el escritorio de David, dentro de su consultorio. "Me gustaría que nadie se enterara de mi presencia aquí."

"Como usted desee." dijo David intrigado. "Y en nombre de mi familia, gracias por lo que has hecho. Le ha salvado la vida a una madre y su hijo."

Una leve sonrisa brotó de los labios de Antonio Montes.

*

Casona de hacienda La Oliviera...

"¿Qué hiciste qué?" dijo Fátima sorprendida deteniéndose detrás de Gustavo quien perdía la mirada en su bebida de alcohol.

"Lo que escuchaste."

"Y esta viva?"

"No se."

Una frívola sonrisa brotó de los labios de la joven, riéndose.

"Esto amerita un brindis." Fátima fue y se sirvió una copa. "Mira que si has dado una vuelta drástica hermanito, mira que decidir acabar así con nuestro enemigo... por la muerte de la bastarda." brinda con la copa de Gustavo.

La puerta principal se estrella fuertemente estremeciendo a los hermanos Olivier. Don Nicolás se ha detenido ante la entrada de la habitación.

"¿Cómo fuiste capaz?" dijo tomando unos pasos hacia sus hijos. Sus miradas frías y serias lo seguían. "Qué demonios estabas pensando?"

"Padre..." Gustavo pronunció al momento que él lo abofeteaba fuertemente.

"As atentado en contra de tu propia sangre, tu propia hermana."

"Esa, no es mi hermana." dijo Gustavo fríamente.

"¡Si lo es! Claro que lo es." Don Nicolás lo tomó de la ropa sacudiéndolo. "Porque tú también eres hijo de Sofía."

ACUERDATE DE MI (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora