CAPITULO 11 - La Mañana Siguiente

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Aurora abrió sus ojos, escuchando que volvían a tocar la puerta suavemente. Estaba acostada boca abajo con su cabeza enterrada entre la almohada. Ignorando que solamente una sábana le cubría de la cintura a media pierna.

"Señorita..." dijo Florencia del otro lado de la puerta, tocando nuevamente. "¿Se puede pasar?"

Eran apenas las siete de la mañana que quería esta mujer, ella se preguntaba al ver el reloj sobre su mesita de noche. Dios, su cabeza se sentía como si se fuera a explotar. De pronto todo lo que había pasado la noche anterior se le vino a la mente. El alcohol... y Andrés que estaba tranquilamente dormido, desnudo y compartiendo su misma sábana.

"Señorita, ¿está ahí?"

Ella golpeó a Andrés.

"Mm..." el se removió renegando. "Unos minutos más... unos más." murmuraba.

Parecía un niño que se aferraba a su almohada con tal de tener unos minutos más de sueño. Pero en vez de almohada era la cintura de Aurora.

"Levántese." dijo Aurora desesperada en voz baja quitándole la sábana que los cubriera ambos para enredarse ella misma, dejándolo desnudo sobre la cama. "Y cúbrase por el amor de dios." ella le aventó una almohada.

"Señorita Aurora?"

"Que pasa Florencia?"

Botas... camisa... pantalones. De todo había por el piso esparcido, Aurora tomó la primera prenda que encontró y la aventó contra Andrés que se sentaba sobre la cama señalándole el baño, mientras a él parecía hacerle gracia la situación. El, que tenía mucho más que perder si fuera descubierto.

"¿Está usted bien?" preguntó Florencia preocupada.

"Bien." Ella empujó a Andrés hacia dentro del baño mientras él la veía con esa misma mirada con la que le había hecho el amor. "Perfectamente." dijo mirando a los ojos a Andrés antes de cerrar la puerta. "Dame un minuto."

Recorrió la habitación escondiendo todo debajo de su cama, como una niña que acabara de cometer una travesura.

"Disculpe, lo que pasa es que tiene una llamada de la señora Sofía." dijo Florencia viendo que la puerta se abre repentinamente.

"Mi mama?"

"Si. Dice que es importante."

Aurora tomó el teléfono que la sirvienta le ofrecía, cubriendo la bocina.

"Gracias. Te puedes retirar." Trato de cerrar la puerta.

"Pero no va querer desayunar?"

"No. No quiero nada, gracias."

"Con su permiso."

La sirvienta se dio la media vuelta desapareciendo.

"Bueno..." dijo Aurora cerrando la puerta de la recamara. "Debe ser algo bastante importante para que me estés llamando a esta hora?" pauso escuchando las palabras de su madre. "Es una excelente noticia." ella sonrió levemente. "Esta tarde estaré por aya... si... todo está tranquilo, al menos por ahora."

Ella colgó el teléfono volviendo su pensamiento Andrés, se dio la vuelta para encontrarlo recargado contra el arco de la puerta del baño enredado entre una de sus toallas contemplándola tan provocativo.

"Espero que no te moleste que te haya tomado prestado el atuendo." dice refiriéndose a la toalla en broma con una sonrisa. "Pero es que me fue imposible caber en tus pantalones."

Efectivamente eran los de ella, dibujó una sonrisa sobre sus labios.

"Debe irse no cree?" Aurora dijo acercándose.

"Quizás." el volvió a caer en su mirada. Esa mujer lo hechizaba de tal manera que hacía que perdiera la noción del tiempo, de la cordura. La atrajo hacia él robándole un beso, lleno de intensidad y dulzura. Quería sentir el calor de sus manos y su cuerpo nuevamente, levantándola en sus brazos llevándola a hacer el amor debajo del agua de la regadera. Una aventura con cualquier otra la podía tener, pero lo que esta mujer despertaba en él, ni él ni ella lo podían explicar.

*

Pueblo San Francisco de los Reyes

"Fátima?"

Ella volvió a encontrar a Andrés entrando a la sala de la casa Del Valle con sombrero en mano. Tan despreocupado como siempre.

"Baya." ella dice con una amarga sonrisa. "Hasta que te apareces, llevo horas esperándote." coloca la taza de té sobre la mesa de centro colocándose de pie.

"¿Qué haces aquí?"

"Simplemente quería saber de mi prometido. Digo es normal después de permanecer desaparecido toda una noche, quisiera saber de él. Pero veo que eso no es lo peor... donde pasaste la noche?"

"Con unos amigos... se me pasó el tiempo."

"Porque no te creo? ¿Cuál fue la golfa que te llevaste a la cama esta vez?"

Andrés forzó una sonrisa sobre sus labios, no le gustaba que quisieran controlarlo. Y Fátima parecía tener el don para sacarlo de quicio.

"Si tu intención es iniciar una pelea te aconsejo que lo pienses bien. No estoy para una escenita de celos."

"Entonces no lo niegas? ¿Quién es?"

"Fátima."

"¿Quién es?!" dice perdiendo el control.

"Quieres bajar la voz y calmarte."

"Me importa un carajo, estamos a semanas de nuestra boda. Y no voy a permitir que una cualquiera me quite lo que es mío."

*

Hospital de la Ciudad de Guadalajara

"Aurora."

Aurora detuvo sus pasos por el pasillo del hospital dejando escapar una sonrisa al reconocer a David.

"Hola."

"¿Te acuerdas de mi?"

"David, ¿no es así?"

"Me alegra que no me hayas olvidado."

"Tu fuiste el médico que atendió a Sebastian?"

"El mismo. Cuando te dije que esperaba que nos volviéramos a ver bajo diferentes circunstancias jamás me imaginé que sería algo así."

Una leve sonrisa brotó de los labios de Aurora.

"Desafortunadamente."

"Tampoco que serias hija de Don Nicolás Olivier."

"Buenas tardes David. Disculpen si interrumpo?" la expresión en el rostro de Aurora cambió drásticamente. Esa voz, no... ella se dijo. Era la rabia la que se acumulaba en su mirada al voltear y encontrar a quien se temía Darío Montes en persona sonriendo descaradamente.

ACUERDATE DE MI (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora