CAPITULO 10 - Un Trago Dulce

111 5 2
                                    

Iglesia de San Francisco de los Reyes

"Buenos días." El rostro de José María se iluminó al encontrar a Soledad terminando de poner la mesa.

"¿Cómo amaneció padre?"

"Muy bien. ¿Cómo pasaron la noche?"

"Gracias a usted. Mejor de lo que nos esperaba."

Él sonrió dulcemente. "Huele delicioso." dijo frotando sus manos.

"Espero que le guste." Sobre la mesa había unos deliciosos chilaquiles, con queso fresco y un vaso de jugo servido. "Quería agradecerle que nos haya ofrecido un techo por noche."

"No tienes nada que agradecer. Es cuestión de bondad, no podía dejar que la pobre criatura y tu durmieran bajo esa tormenta."

Una leve sonrisa iluminó el rostro triste de la muchacha.

"Quiero ayudarte..."

*

Hacienda La Oliviera

La camioneta de Andrés llegó a un alto ante la entrada de la casona Olivier. Aurora desabrochó su cinturón saliendo de ahí lo más pronto que pudo. Él se apuró a llegar del otro lado antes de que ella saliera.

"Ve, llegó sana y salva." dijo Andrés extendiendo su mano al sostener la puerta de pasajeros. Ella ni siquiera lo miró al descender de la camioneta, ignorándolo.

"De nada." dijo él con una sonrisa causándole gracia al verla alejarse.

"Andresito..." él se dijo entre dientes a sí mismo mordiéndose el labio recargándose contra la puerta. "De esa agua no se debe beber."

Su mirada decae conteniéndose.

*

Dentro de la casona Olivier...

Aurora recostó su cabeza sobre la suave almohada, perdiéndose en sus pensamientos. Claro que su cama era diez mil veces más cómoda que la que compartió con Andrés la noche anterior. Parte de ella volvía a revivir estando recostada sobre la orilla de esa pequeña cama en la oscuridad con esa ridícula sábana colgada entre ambos. Su cercanía... su calor... la mantuvieron despierta por varias horas. Que demonios le estaba pasando con ese hombre, ella volvía a la realidad. Su propósitos eran otros, no el enamorarse.

"¿Me puedes explicar donde estaban metidos mi prometido y tú?" dijo Fátima arrojando la puerta de la recamara, estremeciendo a Aurora.

"Que acaso a ti no te enseñaron a tocar las puertas?"

"Contéstame."

Una cínica sonrisa brotó de los labios de Aurora al ver la desesperación en la mirada de Fátima. Se notaba que la sola idea la estaba volviendo loca.

"Si tanto te interesa, ¿por qué no le preguntas a tu prometido?" Aurora le respondió tranquilamente.

"Qué es lo que traes con él? Quieres metértele por los ojos tal y como tu madre lo hizo con mi padre?"

"A mi madre la respetas! Es la última vez que te lo repito."

"Te duele escuchar la verdad? Debe ser difícil asimilar que eres la hija de una cualquiera."

Sin que Fátima lo pudiera prevenir Aurora le soltó una fuerte bofetada.

*

Pueblo de San Francisco de los Reyes

"Andrés." Este escuchó su nombre a sus espaldas.

Andrés cerró la puerta de su camioneta viendo en asombro a la mujer que se le aproximaba.

"Soledad? ¿Qué haces aquí?"

Ella sonrió levemente al verlo ante ella. "Podemos hablar?"

"Por supuesto, ¿gustas pasar?"

"Preferiría que fuera aquí si no te molesta?"

Él sonrió. "Te admito que me sorprende verte."

"Huí." ella dijo con los ojos llorosos. "No podía soportar un día más de los maltratos de mi marido. Y me escapé junto con mi hija con la esperanza de que tú nos pudieras ayudar?"

*

Casona de la hacienda La Oliviera...

Fátima estrelló la puerta de su habitación detrás de ella con rabia. Aún le ardía parte de la cara después de la bofetada que le había dado Aurora sacándola de la habitación a empujones.

"Maldita." ella se vio en el espejo de su tocador. "Te vas a arrepentir de haber puesto un pie en esta casa, te lo juro!"

Con una mirada macabra acarició el lado batido de su rostro.

*

Tierras de La Oliviera...

Aurora bebió de su botella de tequila. Estaba sentada sobre un arrecife de piedras con el maravilloso paisaje de las cascadas ante ella respirando el fresco aire del atardecer.

"No es bueno beber solo." escucha a sus espaldas.

"Usted, qué hace aquí?"

Andrés sonrió acercándose a tomar asiento al lado de ella.

"Digamos que aquí vengo cuando quiero pensar."

"Me siguió?"

"No todo el mundo gira alrededor de usted, señorita Olivier." le dijo sarcásticamente.

"Puedo?" él tomó la botella de tequila de sus manos. "Muy buena marca." dijo mirándola. "Busca una buena borrachera."

"Eso a usted no le importa."

Andrés dejó salir una risa.

"Me importa, porque siendo así tengo el deber de quedarme a acompañarla. Muy a su pesar..." dijo mientras sus miradas se volvían a encontrar.

*

Entre una y otra las copas de alcohol se fueron multiplicando para Andrés y Aurora que terminaron completamente ebrios y muertos de la risa...


Casona de la hacienda La Oliviera...

Una tras otra prenda de ropa caía al piso dentro de la oscura habitación donde Aurora y Andrés estuvieran envueltos en un apasionado beso. Ella se dejaba llevar por sus caricias sostenida de su cintura, mientras él iniciaba a explorar cada centímetro de su cuerpo...

ACUERDATE DE MI (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora