Era oficial: me había vuelto loca, y la razón era Zane. Bueno, más bien una sombra que se parecía a él. Me había pasado toda la noche pensando en teorías sobre por qué había un tío mirando por mi ventana: desde que yo era una paranoica y alguien solo pasaba por allí hasta mi teoría de que el chico me estaba observando para analizar todos mis movimientos y matarme.
Con pesadez, me levanté de la cama, cogiendo el primer conjunto que vi y bajé a desayunar, esperando ver por fin a mi padre. Sin embargo, una nota en el frigorífico me daba la noticia de que hoy tampoco estaría aquí. Genial. Cansada ya del día, y solo llevaba despierta media hora, decidí ir al instituto antes de que me volviera a meter en la cama.
***
-Porfii Maddie, tienes que venir, ya verás como te lo vas a pasar genial- me dijo medio suplicándome. Al parecer, había una fiesta hoy por la noche para empezar el curso.- Sé que no conoces a mucha gente todavía y una fiesta es el momento perfecto para ligar.
-No quiero ligar-dije, rodando los ojos- es que llevo un día muy largo hoy y no sé...
-Vamos, ya llevas casi una semana de instituto y no te has enrollado con nadie. ¿A qué esperas cariño?
-¡Pero si solo llevo una semana, tú misma lo has dicho! ¡A cuántos quieres que me tire por Dios!
-Mmm-puso cara pensativa, y añadió- pues yo ya llevo 5-dijo con una sonrisa traviesa.
Abrí mi boca en una perfecta o, y me entró la risa floja.
-Ya decía yo que Beth no se escribe con "v" de virgen...
Nos reímos un rato mientras hablábamos de cómo el pintalabios de Beth hacía juego con una de mis pulseras lo que, según ella, significaba que estábamos destinadas a ser mejores amigas, y aprovechó para convencerme una vez más.
-¿Sabes quién nunca se salta estas fiestas?- me interrumpió, con una sonrisa perversa.- Zane.
Un escalofrío que no supe muy bien cómo interpretar me recorrió todo el cuerpo. Me pensé un segundo cuáles eran mis opciones: o quedarme en casa viendo alguna serie o ir a una fiesta con Beth e intentar hablar con el chico misterioso.
-Bueno, está bien. Pero que sepas que voy por ti, no por él.
-¡Genial! Paso a buscarte a las 10- dijo con una sonrisa- Ah, por cierto, hoy no creo que vaya a matemáticas, he conocido a un chico majísimo, se llama Troy ...
Siguió hablando sobre cómo ese chico la iba a llevar a comer y dijo, con su mirada traviesa "quizá algo más pasara" hasta que nos separamos para ir a clase. La verdad es que me encantaba esta chica, hacía muchísimo más felices mis días.
Cuando entré en el aula de matemáticas, lo primero en lo que me fijé es en que el grupo de ex amigas de Beth, por así llamarlo, me miraban como si me estuvieran echando una maldición. Dispuesta a no dejarme pisotear por ellas, pasé por su lado y me senté al final de la clase, en mi sitio. Estaba terminando los deberes que nos habían mandado (sí, en la escuela no era la mejor) y sentí que alguien se sentaba a mi lado. Levanté la vista y sentí un escalofrío, era Zane. Dejó sus cosas y, como si no hubiera notado mi presencia, me lanzó la sonrisa más alucinante que mis ojos habían visto jamás. No voy a mentir, me derretí en ese momento.
-Hola bombón, eché de menos quitarte mi sitio esta mañana en el aparcamiento-dijo con una voz sarcástica.
-No me llames así, soy Maddie- contesté, devolviéndolo una sonrisa falsa- Tú eres Zane, ¿no?
-Maddie, que bonito, pero te seguiré llamando bombón, te pega más. Además, parece que tu amiguita ya te ha contado de más sobre mí, ¿eh?
-Sí bueno, lo suficiente para saber qué clase de persona eres.
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Zane.
Teen FictionNueva ciudad. Nuevas amigas. Nuevos chicos. Cuando Maddie llega al pequeño pueblo de Mind Falls, está dispuesta a pasar el mejor último año de instituto, alejada de problemas y de su pasado. Hasta que se encuentra con Zane: misterioso, guapísimo...