Zane.

Capítulo 16.

-Escucha, Maddie, ¡esta canción es genial!- gritó Beth en el coche, subiendo el volumen de la radio a tope cuando empezó a sonar alguna canción de One Direction.- Mis primeros novios, cómo olvidarlos.

-Esto parece un flashback de mi yo de hace unos cuantos años. Aunque perdona que te diga, ¡ellos eran mis novios primero!

Seguimos riendo en el camino hacia el hospital que ya era casi una rutina en nuestra vida. Había pasado ya tres días desde ese día fatídico en el que me besé con Zane (quién ya no hablaba conmigo como antes, y eso me bajaba los ánimos un montón) y la conversación que mantuve con Amber seguía rondando en mi cabeza. Lo positivo era que mi vida en la casa del terror, también conocida como la casa de los dioses griegos o mi actual vivienda, era bastante tranquila, ya que la única que me dirigía la palabra era Melissa y Kai, cuando todas las mañanas me iba a despertar.

Un gesto bonito por su parte.

Después de algunas risas más, el semáforo se puso en rojo, y un coche se posicionó a nuestro lado. Sorprendida, vi que era Amber. 

-Mm, mira Maddie, ¿no es esa Amber?

Asentí y levantamos nuestra mano en gesto de saludo. Ella, mirándonos con mala cara, pisó el acelerador, ignorando nuestro saludo y el semáforo ya de paso.

-¡Será borde! Encima de que intentábamos ser amables. Esa zorra... No me pongas esa cara, no nos merecemos que se porte así, ¡si ni siquiera la hemos hecho nada!

Sus palabras me sorprendieron y no pude evitar una hacer una mueca de desagrado, aunque no me extrañaba que pasara de nosotras, ya que había mencionado que Beth se portó fatal con ella y Zoe cuando era amiga de Kenzie. 

-Ya, bueno, estará dolida por lo de Zoe. A mí me da mucha pena y no la conocía mucho.

-Pues ya es hora de que lo supere.

-¿Qué demonios te pasa? Solo nos ha ignorado, no es para tanto. Déjalo estar.

No muy convencida, quitó la radio y el silencio reinó entre nosotras, dejando un claro malestar por su parte. Aunque yo también estaba enfadada, ¿por qué se comportaba de ese modo? Aprovechando la oportunidad y mi capacidad para hacer preguntas en los peores momentos, decidí cambiar de tema a la operación de investigación de Zane. 

-Oye, por cierto, ¿sabes algo más de Zane? Aparte de lo que me dijiste cuando nos conocimos.

Eso definitivamente la puso de mejor humor.

-Ajá, sabía que estabas totalmente loca de amor por él.

-¡Claro que no! Solo quiero conocerle. Para saber si convivo con un asesino en serie o con un tío bueno con problemas sentimentales.

Su risa me confirmó que no me creía para nada, aunque eso último era verdad.

-Bueno, mucho de él no sé. Nadie lo sabe, en verdad, ya te dije que es como un solitario mujeriego. No sé muy bien si eso existe, pero él es así. De todas formas, ¿por qué no le preguntas a él?

Hice una mueca de desaprobación.

-Sinceramente, dudo mucho que me cuente esas cosas. Es cierto que nos llevamos bien, o al menos no nos caemos mal, pero nunca me ha dicho nada sobre su vida, más allá de algunos datos para nada importantes.

-Pues sigue intentándolo, boba- comentó con cara obvia, mientras me daba algunas palmaditas en el hombro.

-Qué remedio- contesté con un suspiro. 

Tras unos minutos de trayecto en silencio, una pregunta rondaba mi mente, y necesitaba sacarla de mí para ver cómo sonaba decirla en voz alta.

-¿Tú crees que Zane es malo?- se escapó de mis labios.