-¡No me puedo creer que tenga una amiga tan genial, por Dios! Su cara ha sido un cuadro, has estado fabulosa Maddie, vas a ser mi nueva musa, mi inspiración para ser la más perra del mundo.
Beth no dejaba de decirme un millón de cosas tras mi rechazo a Zane. He de decir que sí que me apetecía ir con él, no iba a mentir, pero si de verdad quería él, entonces seguiría intentándolo. Después de todo, él fue el que me dijo que le gustaban los desafíos. Aunque conocía a los chicos, que se rinden fácilmente, así que tampoco tenía muchas esperanzas.
Nunca olvidaré su cara de incredulidad cuando le dije que no, pero antes de irse por su camino me había dado las rosas, con aire enfadado pero divertido, que me hizo sonreír muy a mi pesar. Aún así, no es que confiara demasiado en él. Ojalá hubiera podido mantenerme fuera de su alcance, pero había un problema: era increíblemente seductor. Me embelesaba cada cosa que hacía. Incluso el resto de ese día, no pude dejar de pensar en él. Solo teníamos matemáticas juntos, así que no le vería hasta el día siguiente.
Tras las primeras horas del día, fui con Beth al comedor, donde se respiraba un ambiente pesado, triste. Casi que me alegré de que esa mañana, Zane hubiera dado un espectáculo para animar un poco el ánimo del instituto. En una mesa, otra chica que había conocido en la fiesta, Amber creía que se llamaba, lloraba.
-¿Qué te parece si nos sentamos con ella?- pregunté a Beth, señalando en dirección de la chica.
Asintiendo con la cabeza, nos dirigimos a su mesa. Según nos vio venir, se secó las lágrimas con disimulo y forzó una sonrisa.
-¿Cómo te encuentras, Amber?- preguntó Beth, mientras nos sentábamos a su lado.
-Bueno... no muy bien. No me puedo creer que Zoe ya no esté. Es que... era mi mejor amiga. Siempre estábamos juntas. ¿Cómo se supone que tengo que superar esto? ¡Ni siquiera tengo a alguien más a mi lado!
-¡Claro que sí!- la dije, apoyando una mano en su hombro-. Nos tienes a nosotras, y mucha gente aquí está triste por Zoe, todos estamos unidos.
Beth, en frente de mí, asintió y puso una mano encima de la suya, con compasión. Sin embargo, Amber quitó su mano, ahora con una expresión de enfado en su cara.
-No, ¡no! No lo entendéis- exclamó, furiosa. Beth y yo compartimos una mirada de confusión-. La gente ni siquiera sabía que existíamos. Nos trataban fatal, especialmente las zorras de Kenzie y las otras dos- miró a Beth y prosiguió, señalándola con un dedo acusatorio- incluso tú te portabas mal con nosotras. Siempre en la sombra de la sociedad, de la jerarquía de esta mierda de instituto. La gente solo se siente culpable por haberla tratado así. No se lo merecía.
Miré a Beth, que tenía una mirada cargada de culpabilidad en su cara, e intentaba mirar hacia otro lado. Vale, yo no era la más santa, pero eso era muy cruel. Se levantó de la mesa y salió, apresurada del comedor. Quise seguirla, pero no podía dejar tirada aquí a Amber llorando.
-Zoe estaba tan contenta el viernes, en la fiesta-. Se dirigió a mí-. Tú nos viniste a ver, te acercaste a nosotras sin tener prejuicios por tener las mejores notas del instituto. Se alegró tanto de que nos tratases como personas, y no como frikis...
-Yo...-empecé diciendo, pero ni siquiera sabía qué decir-. Lo siento tanto. Se la veía bien esa noche, nunca hubiera dicho que tenía problemas cardíacos.
Al parecer eso confundió a Amber. Su expresión era dudosa, como si no supiera muy bien qué estaba diciendo.
-¿Qué?
-Sí, bueno, en las noticias comentaron que había muerto mientras dormía, por unos problemas que tenía en el corazón.
-Ah, ¿así que eso es lo que dicen, eh? Pues te voy a ser sincera. Cuando me enteré, fui corriendo a casa de Zoe, con sus padres, quienes siempre me habían tratado como una hija más. Créeme, llevo...- se mordió la lengua, con dolor- llevaba casi diez años siendo amiga de Zoe, y nunca en la vida había tenido problemas de salud.
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Zane.
Teen FictionNueva ciudad. Nuevas amigas. Nuevos chicos. Cuando Maddie llega al pequeño pueblo de Mind Falls, está dispuesta a pasar el mejor último año de instituto, alejada de problemas y de su pasado. Hasta que se encuentra con Zane: misterioso, guapísimo...