23. El Gigante.

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Rosa estaba en lo correcto, o bueno, a medias.

Los muelles no se encontraban lejos, así que corrimos a toda máquina, en unos dos minutos estaríamos allí.

Dimos una curva tras un almacén y al girar, inmediatamente tuvimos que dar la vuelta y buscar otro camino. ¿por que?, Todo estaba lleno de soldados.

Tomamos un pequeño callejón. En este tuve una idea.

—¡Ya se!, Vamos por los techos, pensarán que estamos corriendo entre los almacenes como pequeñas ratas.

—Buena idea —dijo Guapol.

—¡Esperen, yo no soy una super humana como ustedes dos!.

—No te preocupes—. Levanté a Rosa cómo si fuese un costal de papas y salté hacia él de lo que parecía un taller de barcos. Guapol siguió mis pasos.

—Andemos con sigilo. Hay una amiga en el muelle que nos ayudará a salir.

Guapol cortó mi voz.

—Capitan, ¿Que mierdas es eso?—. señaló entonces a una enorme caja metálica que se encontraba cerca de los muelles, estaba custodiada por varios hombres fuertes que forzaban la puerta para abrirla, desde adentro se escuchan golpes y gruñidos.

De ésta celda, por decirlo así,  una mano enorme con cadenas,  sujetó el marco de la puerta y de ella salió lentamente un ser humanoide, muy alto, fornido, con la piel de tono verdosa. Esto me recordó al aspecto del general Li  hace trece años atrás. Esta cosa media almenos unos siete metros de alto, portaba un casco metálico que le cubría toda la cabeza y la cara.

—SS1, aquí reportándose, los fugitivos no han sido encontrados, arma biológica 345 liberada con éxito para el nivel de amenaza 5 que presentan los individuos —dijo un soldado a un radio de comunicaciones que portaba en sus manos.

—Guapol, ¿que es SS1?, ¿que es un nivel de amenaza 6? —lo miré con extrañeza.

—SS1  es un nombre clave que porta el comandante de algún pelotón, y un nivel de amenaza  5 es una fuerza hostil que no puede ser contenida por un gran número de hombres. Los niveles de amenaza se miden de 1 a 10,  podríamos decir que 1 es simplemente algún ladrón o alguien armado, pero en general es un civil normal, 5 vendría a representar una fuerza equivalente a un grupo revolucionario o algún ser fuerte, estos aún son contenibles.

Un nivel de amenaza 10 es algo que pondría en riesgo a todo el gobierno.

—Wow, somos amenaza 5 —dije con estrellitas en los ojos—. Una vez más Guapol  me miro con una expresión de "qué imbécil".

—¡LEILA, VEN POR NOSOTROS!—. Rompí en silencio de forma abrupta. Guapol y Rosa me miraron con los ojos desorbitados y lanzaron gritos de horror.

Llamé la atención de todos los soldados hacia nosotros, incluyendo a ese gigante. Se acercó hacia el edificio y con  un solo golpe derribó la pared frontal del taller donde nos encontrábamos.

De pronto los soldados  dirigieron su mirada hacia la izquierda de donde nos encontrábamos. Eran los presos que había liberado, se encontraban armados y estaban  replegando a un escuadrón de soldados que estaba repartido en la zona izquierda del gran muelle.

Guapol aprovechando estos segundos valiosos apuntó su rifle, en un movimiento rápido dio un disparo hacia el casco del gigante. Este no le hizo absolutamente nada.

—Es imposible. Mi rifle potencia las balas  usando mi energía. Ese casco debe estar super blindado.

—Eso ya no importa, ¡vamos!—. Tomé a Rosa y salté sobre la cabeza del gigante, en mis hombros estaba Rosa disparando hacia cualquier objetivo visible.

Guapol  asintió con la cabeza y saltó seguido de mi. 

Llegamos al suelo y corrimos por toda la estructura del muelle donde se posicionan los barcos para zarpar. El gigante corría hacia nosotros. En un momento se detuvo y quedó estático.
Creímos que se detendría al ver que su enorme peso quebraría el muelle, pero no fue así. Procedió a destruir la entrada del muelle, este quería dejarnos encerrados. Dio un gran salto hacia donde estábamos, así bloqueaba nuestro paso. Guapol en su afán disparaba una y otra vez  junto a Rosa. Me encontraba despreocupado, sabía lo que pasaría, estaba observando el combate que libraban los presos  y los soldados en los muelles.

El gigante levanto sus puños listo para aplastarnos. Guapol y Rosa gritaron despavoridos.

De pronto(...) Del agua saltó Leila, tomando al gigante entre sus fauces y llevándolo  hacia el agua.

—¡¿QUE PUTAS HA SIDO ESO?! —gritó Guapol en una completa crisis de nervios.

Rosa se encontraba llorando de nervios en el suelo, o quizás lloraba de alegría, enrealidad no lo sé, reía mucho mientras lloraba.

—Tranquilos, es la amiga de la que les hablaba.

Guapol y Rosa: —¿AHHH?

Leila asomó su cabeza fuera del agua y me dijo:

—Vámonos Iros, veo que ya conseguiste compañeros nuevos para tu aventura—. Sonreí.





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