Capitulo 21

1K 83 1
                                    

La carga estaba lista, observé nuevamente los autos y sonreí satisfecho. Todo estaba en orden, le marqué al teniente coronel para verificar mis planes y respondía rápidamente.

—Hawkins— me saludo.—¿Que sucede?

—¿Está todo listo?— pregunté sin rodeos.

—Si, si, todo ya está en marcha. Mis hombres ya saben qué hacer y si surge algún inconveniente no dude en llamarme.

—No quiera pasarse de listo, esta mañana su mujer luce hermosa. Créame que no quiere ver toda su casa hecha un desastre, manchada de sangre y a toda su familia masacrada.

—No, eso no será necesario...

Estaba nervioso y si que debía estarlo. Yo no andaba con jueguitos y si todo salía como estaba acordado el y sus hombres iban a beneficiarse con una excelente comisión.

—Más le vale.— colgué el teléfono y di la orden para que todos los vehículos se pusieran en marcha.

Llevaba aproximadamente 5 camiones llenos de mercancía. Necesitaba llegar con ellos a la finca de un capo mexicano al que le había negociado toda la carga.

—Vamos.— ordene a mis hombres y estos se subieron a los camiones para ponerlos en marcha.

En el camino nos encontramos con algunas alcabalas de policías, pero estos al mostrarles la orden firmada por su teniente coronel no nos ponían pero y nos dejaban continuar. En la vía todo estuvo calmado, las primeras horas de camino fueron relajadas, pero hubo un momento en el que estábamos a escasas dos horas de llegar a la finca del mexicano y nos interceptaron un par de patrullas policiacas.

Maldije por lo bajo y apreté el volante con fuerza, observando seriamente a los sujetos que habían atravesado sus patrullas para prohibirnos el paso. Decidido are solventar esta situación bajé de mi camión, acompañado por uno de mis hombres para intentar conversar con estos sujetos, que por el número de sus vehículos y sus uniformes no me quedo duda, estos no se trataban de los hombres que manejaba el teniente que tenía comprado.

—Buenas noches.— lo saludé y ambos sujetos se limitaron asentir con su cabeza, en un intento vago de saludo.

Pude observarlos fijamente y darme cuenta de que no eran más que un par de creídos, por algunas estrellas que decoraban su uniforme.— Papeles por favor, ciudadano.—exigió uno de ellos y le extendí la guía que nos había facilitado el teniente, el sujeto hizo una mueca y le extendió el papel a su acompañante para que también le hiciera una revisión.

Observe detrás de las patrullas, habían aproximadamente 5 policías, más estos dos eran siete, no sería tarea difícil deshacernos de ellos. Aunque quería llegar sin ningún tipo de inconveniente, pero en caso de que se pusieran agresivos tocaría liquidarlos.

—Tenemos que hacer una rápida inspección... a cada camión.— hablo uno de ellos.

—Claro, no tengo ningún problema.— Mentí, la verdad es que esto me puso algo incómodo.

Yeremaya uno de mis fieles hombres, se tensó y lo observe fijamente para que se relajara o podrían descubrirnos. Los llevamos al camión y abrimos las puertas, la mercancía estaba escondida dentro de unas paletas de madera enormes.

—¿Que hay dentro de las cajas de madera?—preguntó el tal Sánchez, pues era el nombre que tenía en su placa.

—Mercancía.— el me observó no muy convencido.— Ya sabe, abono para plantas, alimento para mis animales, y todo lo demás que necesito para mi finca.

—¿Por qué lo transporta en estas paletas de madera? pudiendo llevarlos en cajas de cartón.

—Es mi mercancía, yo decido de qué manera la puedo trasladar.— respondí algo fastidiado por la manera en la que esté patrullero estaba hablando.

El Mafioso Marcus HawkinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora