Capitulo 9

979 96 1
                                    

Busqué a Ángela entre todos los presentes, ella tenía que explicarme qué hacía Rosy aquí, Erick estaba devastado y quizás en un descuido podría cometer alguna estupidez.

Afortunadamente la conseguí en la cocina, tomando una copa de vino, me acerqué y la tomé del brazo furioso.–Me vas explicando, de una jodida vez que mierda hace la ex novia de mi amigo, en las piernas de ese asqueroso viejo.

Ella sonrió de lado divertida– Hola bebé.-me saludó.– La verdad, es que no comprendo tu pregunta.- mintió.

–No quieras jugar conmigo Angela.- le advertí.

–No estoy jugando contigo, esa muchachita trabaja para mí, desde hace poco más de un año.- quede sorprendido, eso era un golpe bajo para Erick.

–¿De que estás hablando?- la tome con algo de fuerza y comencé a sacudirla para que me respondiera.

–Por favor, cuando vas a entender, que en ese barrio, lo único que hay es prostitutas y ladrones...

–Estás equivocada.- le dije.

–Si, se me olvidaba que eres el novio de una de las santas, pero temo que decirte, que eso no será por mucho...

–¿A qué te refieres?

–Resulta, que tu noviecita, tiene un admirador, uno de un bando muy peligroso y en cualquier momento tendrá que ceder a sus encantos, o su familia podría pagar las consecuencias.

–Tienes que estar jodiendome.- me burle.

– No Marcus, no lo hago.- ella acaricio mi mejilla y le quite la mano de mi rostro.

–¡Habla de una maldita vez!

Ella sonrió coqueta, como si lo que iba a contarme fuera muy satisfactorio.–Resulta que me han ofrecido mucho dinero, si pongo a tu novia en la cama de un alto mando militar.- obviamente Katy no aceptaría.–Es un narco peligroso escondido en esa facha, pero no cualquier narco... uno internacional.

–¿A qué te refieres?- pregunté sin rodeos.

–Resulta que su amiguita, fue a una de las fiestas conmigo, ya sabes a las afuera de la ciudad, en su celular tenía una foto con ella y desde que ese hombre la vio, no ha dejado de pedirme que la ponga en su cama.- la sangre me estaba hirviendo, como fue tan estúpida de enseñar una foto de Katy.–El ha ofrecido mucho dinero y te puedo asegurar, que ella si no es tan estúpida como creo, terminara aceptando.- seguramente era lo que ella más deseaba.

– Te equivocas, ella no es de ese tipo de mujer.

–Aquí el equivocado eres tú, deberías darte cuenta finalmente, de que ella es una más del montón, quieras o no, te puedo asegurar Marcus, que no te comerás ese dulce.

Recuerdo la noche que habíamos pasado juntos y quise reírme en su cara, pero sería incapaz de hablar acerca de mi intimidad, con una zorra como ella.–No me importa lo que quieras decir, sólo dime de una jodida vez, que hace ella aqui, sabes perfectamente que mi amigo trabaja para Walter y si el la ve aquí, se volvería loco y podría cometer alguna estupidez.

–Es correcto, por si no te has dado cuenta, Walter ya comienza a tenerte rabia y está buscando las maneras de joderte, sin tener que poner precio a tu cabeza y gastar su dinero, deberías darte cuenta Marcus que ese hombre ya no siente ningún tipo de aprecio por ti, lo único que quería de ti es lo que ya le diste y ahora como ya no le sirves y cometiste la estupidez de enamorarte de una insignificante cucaracha perderás todo lo que tanto te costó tener.

Ella estaba hablando pura mierda, así que decidí ignorarla y sali furioso de la cocina, busque a Erick y no me sorprendió conseguirlo fumando hierba, con otros más a las afuera de la finca, había una tensión algo extraña era como si algo fuera a ocurrir y solamente yo pudiera percibirlo.

...Eran pasadas algunas horas, desde que habíamos llegado y yo me encontraba en el suelo, observando como mi amigo se tranquilizaba fumando, como si su vida dependiera de ello, me aseguré de que al quedarse dormido fuera en un lugar donde nadie pudiera verlo, tenía un mal presentimiento y sabía que no me estaba equivocando, cuando escuché un par de disparos adentro, Erick estaba prácticamente inconsciente y no se movió, cosa que me tranquilizó mucho, tomé mi arma y salí corriendo hacia dónde estaban todos, había una lluvia de balas, no era capaz de descifrar quiénes disparaban, puesto que era un todos, contra todos sin ningún tipo de orden.

Vi la oportunidad y no la desaprovecharía, subí a las habitaciones, específicamente a la de Walter y lo vi en la cama con una de las chicas que Angela había traído, ellos estaban ya vistiéndose, seguramente para salir a esconderse.

–Marcus.- al verme vi un poco de tranquilidad en su rostro.-Muchacho pensé que nadie vendría ayudarme.-se relajo.

La chica estaba temblando asustada.–Vete le ordené a la chica y está salió huyendo asustada.

–No me digas que vas a aprovechar todo esto, como una rata cobarde.–al parecer entendió mis intenciones.

–No me digas que pensabas que no me iba a dar cuenta, de tus planes...

–¿Que planes?- pregunto nervioso.

–Se perfectamente, que quieres deshacerte de nosotros y sabes perfectamente, que yo lo quiero hacer contigo.

–Vamos muchacho, son sólo malos entendidos.-observaba como nervioso, noté que buscaba su arma, pero el muy idiota, como de costumbre, la había dejado sobre su pantalón, que para mí fortuna estaba más cerca de mí, que de él.

No lo pensé dos veces y enseguida le di un disparo, justo en medio de sus cejas dejándolo caer inerte al suelo, vi un bolso en el suelo, donde él solía guardar el dinero de las vacunas y me lo puse, estaba muy pesado y sabía que había una gran cantidad de dinero en el, cuando me disponía a marcharme, me tropecé con Rosy ella al verme quedó en shock, tenía los ojos humedecidos y estaba semidesnuda, maldije por lo bajo al verla en esas fachas y le lancé una de las camisas de Walter para que se las colocará, ella al ver el muerto sobre la cama quedó en fría y me observó sorprendida, como si se hubiera dado cuenta que había sido yo.

–¿Que hiciste?- preguntó asustada.

–¿Yo?, nada.- mentí.–Yo no te dejaré aquí, para que otro venga y te atrape.

–No por favor.- suplico.

Me sabía a la perfección, todos los escondites de la casa y no fue para nada difícil llegar nuevamente a dónde estaba mi amigo, él estaba en el suelo aún dormido plácidamente.

Ella al verlo agachó la mirada.–No quiero que me vea así.- me dijo.

En cierto modo tenía razón, no era buena idea.-Si te vas por este camino.- le señalé.– Saldrás en una calle, podrías pedir ayuda o si quieres caminar unas 3 cuadras y saldrás cerca del barrio - le expliqué.

–Gracias.-me dijo y la vi perderse entre la noche.

Desperté a mi amigo como pude y me lo llevé, en uno de los autos, hacia mi casa, nadie se había percatado de lo que yo había hecho y afortunadamente en todo el desastre, pude observar como grandes cabezas de la banda estaban muertos en el piso, era oficialmente la desintegración de este grupo y agradecí no tener nada que ver con ellos.

​​​​​​

El Mafioso Marcus HawkinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora