El Mafioso Marcus Hawkins

capitulo 25

Dos años después

Junto con mis empleados desintegramos la organización de “Los rojos" acabamos con la mayoría de sus hombres, así que logramos hacer que Frédéric cayera en la ruina, compre altos mandos militares e hice que lo encarcelaran.

Nada más y nada menos, que en una cárcel de máxima seguridad en Venezuela, según me habían mencionado esa cárcel, era temida por muchos y me aseguré de que Frédéric se pudiera en esta, por el resto de su vida, ya que la muerte para él, sería demasiada misericordia de mi parte.

Merecía vivir con el recuerdo de toda su familia estaba muerta, aunque jamás supe qué fue lo que ocurrió con su hija o dónde estaba.

Por otro lado decidir radicarme en Rusia y hacer que mi negocio allí, creciera, por petición de mí Nana, tome algo de rehabilitación y deje de consumir drogas por completo, tenía alguien de confianza quién se encargaba de probar la mercancía y me dediqué no sólo a traficar drogas, sino que también armamento, no me fue difícil conseguir el mando rápido en este país y logré vivir con el recuerdo de mi esposa y mis hijos torturándome a diario e impidiéndome ver en otra mujer lo que vi en Kathy.

Comprendí que nunca más volvería a intentar tener otra familia y las mujeres que llegaron a mi vida, no era más que para ser portadoras de placer para mí, no me interese nunca más en ninguna mujer, sentimentalmente sólo las engañaba y les hacía creer que me gustaban, para que intentaran llenarme de amor, pero jamás logré que alguna de ellas me satisficiera por completo, haciéndome sentir pleno y feliz.

Cinco años después.

—Creo que deberías tener hijos.— sugirió mi nana por millonésima vez

—Nana, te he dicho muchas veces que no volveré a tener familia jamás.

—Lo sé, pero mi niño, quieres irte de este mundo sin haber dejado un hijo que heredé todos tus bienes, acaso quieres terminar igual que el pobre de Kosov.

Lo pensé y la verdad es que no me gustaría terminar tan sólo como él, pero por todo lo que había vivido hace 7 años atrás, no lograba conseguir la felicidad al lado de ninguna mujer, todas demandaban un cariño del cual yo me sentía incapaz de ofrecer, mi nana me repetía una y otra vez, de que yo si era capaz de ser un portador de sentimientos, pero la verdad es que no.

En lo absoluto me sentí así.—Nana, comprende de que yo creo que no seré capaz de amar como una mujer lo espera y no creo que exista mujer en este mundo, que pueda vivir siendo la mujer de alguien como yo, adicional, que no la ame y de pasó tener que darle hijos.

—Bueno, escuché por ahí que acá en Rusia, hay una academia de mujeres para mafiosos.

—¿Me estás jodiendo?— sonreí.

Luka entró en ese momento a la cocina.—¿Que, de que hablan?, No sé queden callados, hablen.

Él ya estaba bastante adulto, aunque mi nana no quiso que se convirtiera en uno más de mis hombres, terminó haciéndolo, era de mi entera confianza, desde que Yeremaya decidió salirse del mundo de la mafia y volver a Colombia, me había sentido solo. Sin un mano derecha, pero Lucas en este último año había logrado sustituir el lugar que Yeremaya había dejado en mis filas.

Lucas era como mi hermano y hasta podría decir que casi como un hijo, ya que lo había visto crecer, me hubiese gustado que en su vida todo hubiese sido diferente. Pero él tomó esta decisión y yo prefería que estuviera en mi grupo y no en otro, donde pudieran hacerle el daño que me hicieron a mí durante tantos años.

—¿Que están hablando?— preguntó curioso.

—No seas metiche.— le dije y él sonrió.

—Vamos jefe, cuénteme, ¿De qué están hablando?