Un rico pastel de nueces

3 0 0
                                    


La familia de Miel era cualquier cosa excepto normal

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La familia de Miel era cualquier cosa excepto normal. Su madre, una mujer joven y hermosa fue una repostera innata en su juventud. Las delicias que creaba hacia que el mundo fuera más dulce y feliz, su padre, un fotógrafo profesional, había viajado a muchos lugares antes de conocer a su esposa. Ambos se encontraron por una casualidad y su amor floreció como las flores de primavera y de entre esa unión nacieron dos encantadores niños. Miel y su hermano menor Kanel.

Al llegar a casa percibió un olor dulce que provenía de la cocina. Miel ya sabía el origen de ese olor y luego de dejar sus zapatos al lado de la puerta, como le era de costumbre corrió hacia el lugar de aquel exquisito olor

—¡Pastel de nueces! —dijo sonriendo de alegría, su madre que tenía el pelo amarrado con un tomate le devolvió la sonrisa

—¡Sí!

Cada día su madre hacia cada cosa deliciosa para la mesa, al ser amante de lo que hace y con sus dotes de conocimiento de cocinas, deleitaba el paladar de su familia con un solo mordisco, pero ella también era bastante sofisticada en lo que hacía, así que prefería hacer cosas saludables para que estén siempre fuertes y de buena salud, aunque un regalito dulce un día a la semana no hacía daño a nadie.

—¿Ya llegaste Miel? —Pregunto su padre desde el comedor —, ven que ya llego tu paquete

—¿En serio? ¡Wua que alegría! —Miel corrió hacia el comedor y dejo su mochila encima de la silla, su padre estaba sentado en la silla y su hermano jugaba en su celular en la otra. Una caja la esperaba encima de la mesa

"Que hacer en el futuro" eso es lo que decía en los cinco tomos que había comprado en internet gracias a los ahorros del mes, estando en una súper oferta no espero más y los compro todos y allí estaban, encima de su cama con bonitos colores y elegantes portadas. Una entretención más para el mes.

Y es que ella estaba en busca de conocerse a sí misma, a parte de todos sus dilemas juveniles quería hacer algo con su vida, algo grande y que ella ame con locura. Aunque no sabía ni que es lo que quería ser cuando crezca

—¡Ahh todos son tan bonitos! —Decía mientras los miraba —, ¡y huelen tan bien! ¡Cierto que huelen bien Kei!

Miel compartía el 50% de la habitación con su hermano menor y como siempre él se encontraba en su computador jugando videojuegos. Su relación entre ambos podría ser normal si no fuera por la extraña personalidad de ambos, viéndolo de una expectativa desconocida, los papeles se estarían invirtiendo

Kanel, se bajó sus audífonos y la miro desinteresadamente, Miel estaba sentada en la cama y extendía el libro hacia él. El libro brillaba de colores

—Si —fue lo único que dijo y volvió a su partida

—¡Yai! —dijo y los ordeno por colores, primero el azul, luego el verde, el rojo, el naranja y el amarillo. Una imagen de un pingüino aparecía en todas las portadas, cada una con un instrumento diferente en su mano. Era simplemente bonito.

Flip Flop: consejos de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora