Miel quiere encontrar el verdadero amor, ella quiere sentir aquella felicidad de aquellas parejas que ve en la calle pero ¿qué es el verdadero amor? todo empezara a alocarse en su vida cuando quiera saber esa respuesta partiendo por acercarse a aque...
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El amor para Tomas era algo objetivo, le gustaban las mujeres, mucho, y sentía gran atracción hacia ellas, no era interesado ni vacío, pero se aburría con facilidad. Tanto así que podría estar con dos chicas a la vez y a penas notaria la diferencia, la adrenalina para él era un estilo de vida, así que jamás creía que alguien se daría cuenta de su pequeño secreto
Hasta que aquella chica sonriente salió de este estúpido basurero
— ¿¡Pero qué esto?! —pregunto mientras se hacía para atrás como un gatito asustado. Miel se tropezó con la basura que había dentro y cayo junto con el basurero —, un demonios, eres un demonio
—Auch
— ¿Quién eres tú? —pregunto mientras se alejaba con gran rapidez
— ¡Hola! Tu sabes mucho de amor ¿cierto? ¡Enséñamelo! ¡Por favor!
— ¿Amor? Que es eso no lo entiendo —dijo mientras empezaba a sudar, Miel se levantó del suelo de un tirón poniendo sus manos en ambas caderas
—Yo te vi, tienes dos novias ¡tienes mucho amor para dar!
Un pequeño cristal de su consciencia se rompió mientras escuchaba esas palabras, Tomas había oído de sus palabras lo que no se debía decir a nadie, esa chica sabía su secreto
"Buen momento para silenciarla"
Como un zorro en la noche le tapó la boca a para evitar que dijera otra cosa más sospechosa y la empujo hacia un callejón cercano lejos de la casa de su segunda novia que apenas recordaba su nombre, ese chico tenía agallas
—No te atrevas a decírselo a nadie —dijo amenazadoramente —, o lo lamentaras —saco su mano de su boca suavemente
—Mi nombre es Miel, es un placer —dijo ella extendiendo su mano haciendo caso omiso a su declaración poco sana y buena. El chico quedo congelado, ¿acaso ella le dio su nombre? Y por otro lado ¿Qué clase de nombre es ese? —. ¿Tú te llamas Tomas?
— ¿¡Qu...?! ¿Cómo lo supiste?
—Los escuche mientras los seguía —dijo con una radiante sonrisa y cero preocupación
— ¿Cómo que me seguiste?
Tomas se sentía confundido por una parte, omitiendo lo poco inteligente de aquella chica, que no se cuestionara que alguien anda con dos personas diferentes al mismo tiempo y por otra parte que se interese de eso de una forma poco sana. Sabía que estaba en peligro de que lo dijera a unas de sus amigas y entonces todos se derrumbaría, la suerte de encontrar otra chica serian casi nulas
Así que le siguió la corriente.
—Hmm si querida señorita —dijo con una voz de galán —, debes de estar al corriente de la naturaleza humana pero ¿en qué quieres que te ayude?
—Quiero saber cómo sientes el amor —Miel estaba entusiasmada y sus ojos creaban chispas de aquel entusiasmo, las energías de esa jovencita le pareció casi extraordinario
