La confesión

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Las clases del 30 de julio concluyeron con un suave vals en los altavoces, atrás de la escuela ambas chicas se ocultaban del resto del mundo

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Las clases del 30 de julio concluyeron con un suave vals en los altavoces, atrás de la escuela ambas chicas se ocultaban del resto del mundo

—Animo chica, hoy es el día —Yune que en ese entonces no sabía si esperar o irse apoyaba a su amiga con todas sus buenas vibras del mundo, o de su mundo

—Te estaremos esperando afuera del recinto, si aún no se ha ido debería estar guardando los instrumentos hacia la sala de música

—Si —dijo la chica dándose media vuelta —, aquí voy

— ¡Suerte!

— ¡Que los dioses te amparen!

.

.

.

Los impulsos que ella sentía en su interior habían sido tan ajenos hasta ese momento y que cuando caminaba podía escuchar todo lo que tenía dentro, el movimiento de sus músculos, la suave respiración de su pecho y los latidos de su corazón. Le pareció aquella sensación casi surrealista pero también tan real, que si no hubiera sido por esos pensamientos confusos que sentían las personas seguramente cualquiera sentiría lo mismo que ella estaba sintiendo ahora.

Aun así hasta ahora no había sido fiel a sus emociones, dudaba en sí misma y en lo que estaba por hacer ahora, puede que incluso estaba equivocada, quizás no estaba lista, existen tantas personas en este mundo con ese mismo problema, tantas personas que quieren superarlos y que sufren por ello.

Pero ella estaba confusa, ¿de verdad lo que sentía era amor?

Se detuvo entonces frente a la cancha de futbol y clavo su mirada hacia la bodega de instrumentos de la escuela, un poco más allá vio el cuerpo de un chico de ojos azules, conversando con una chica de su estatura. La chica era muy bonita.

no sentía nada

Fue entonces que supo que fue demasiado tarde. Debió suponerlo...

debió suponer que no era la única que sentía lo mismo

ya que para el amor todo era como una competencia...

— ¿Qué paso Miel? —pregunto Yune al verla saliendo del recinto sin nada entre sus manos Sasha no sabía dónde estaba — ¿Qué paso?

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— ¿Qué paso Miel? —pregunto Yune al verla saliendo del recinto sin nada entre sus manos Sasha no sabía dónde estaba — ¿Qué paso?

Se acercó hacia ella preocupada poniendo ambas manos en su mejilla, Miel alzo la vista, sonrió y negó con la cabeza

—No...—dijo y Yune bajo las manos aturdida

— ¿Acaso te...?

—Lo que yo sentía...—le explico—, no era amor...lo siento...— Miel siguió caminando, esta vez sola hacia su casa, el tiempo avanzo tan rápido, que cuando levanto la vista para ver a donde iba ya estaba a mitad del camino. Yune no quiso responderle y la dejo que se fuera sola, mientras la miraba a la lejanía, se sacó los lentes que traía puesto, y miro hacia el cielo, ella también había pensado en que algo en ella estaba cambiando "quizás sea eso..."

Pero Miel había sabido que su suerte no era del todo mala. Si no conseguía aquel amor en que consideraba la felicidad aun tenía la plena felicidad, la que había estado construyendo toda su vida, así como esa hermosa telaraña que vio alguna vez, de miles de colores y formas

Pero también había descubierto algo en la intersección del camino, una felicidad se iba...

—Lo siento...—giro su cabeza hacia el sendero de entrada al cementerio y vio a dos personas paradas al frente de la otra, la chica, de cabello largo y lacio miraba a su par como si su mundo se hubiera roto en mil pedazos, ella lloraba, el lloraba. Ambos se abrazaban —, no sabia lo que decía, todo esto es mi culpa, todo esto es mi culpa

Los miro y su mente se aclaró, padre e hija se habían reconciliado y ahora lloraban juntos como si hubieran recuperado algo que estaban buscando, algo que seguramente era su felicidad...

Si, su felicidad era reencontrarse, quizás en esta o en otra vida, y cuando al fin lo hicieron, no hubo nada que los pudo separar, ni nivel socioeconómico, ni la familia, ni nada que quisiera evitarlo...

Si, una felicidad se iba... pero uno también volvía...

y siempre volvía

y siempre volvía

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Flip Flop: consejos de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora