Miel quiere encontrar el verdadero amor, ella quiere sentir aquella felicidad de aquellas parejas que ve en la calle pero ¿qué es el verdadero amor? todo empezara a alocarse en su vida cuando quiera saber esa respuesta partiendo por acercarse a aque...
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La chica que iba allá al frente es Miel, no es un nombre que cualquiera pueda tener y la verdad es que ella jamás pensó que su mundo cambiaría en torno a eso, su nombre, de hecho se le ocurrió a su madre poco antes de que ella naciera, cuando descubrió un panel de abejas que había estado en su casa por mucho tiempo y en silencio, de ahí su nombre, tan dulce como la miel y la verdad es que su mundo estaba por cambiar por completo sin que se diera cuenta
—Miel es hora de irnos —intervino una voz entre sus pensamiento, al girar su cabeza hacia la puerta de su sala una chica de cabellos marrón y sujetado con una coleta se apareció en ella, ella era Sasha, la mejor amiga de Miel y a pesar de que la distancia las separaba en todo sentido han sido unidas desde que ella llego a esa escuela, ya hace mucho tiempo.
— ¡Sí! — había pasado mucho tiempo desde que ambas salían de su escuela juntas, sin preocupaciones a sus alrededores, esperaban a que este día pasara con total normalidad, llegaron juntas hacia la intersección vial hacia la otra avenida quedándose a observar el gran recinto escolar donde un bullicio las atrajo más rápido de que ellas esperaban, muchos autos estaban estacionados al lado de la calle, en una cola que parecía no tener fin. Esa era una de las escuelas más famosas de la ciudad e incluso de todo el país, era el famoso instituto elemental para señoritas.
—Estoy segura que debe ser el partido de Alicia, ¡ay! ¡Que emoción! no puedo esperar a que gane
— ¿Alicia? ¿Y quién es ella?
— ¡Una amiga!
—Te haces amiga de todo el mundo Miel, nunca cambiara, un día de estos te jugara una mala pasada —dijo ella en respuesta de su amiga, decidieron seguir caminando en dirección al paradero que ambas tomaban para ir a sus casas, al llegar ambas miraron el cielo en busca de ese avión que jamás apareció
—Así que —pensó Sasha en voz alta y soltó un suspiro —, ¿no te arrepientes?
—Claro que no, sería un lío ¿no? —Respondió ella sonriendo —, ahora siento que me he liberado de algo que solo acarrearía problemas, pero ahora tengo mejores cosas que pensar que en el amor ¿verdad?
—Tal vez
— ¡Como el futuro por ejemplo!
—Yo creo que no hay que pensar en eso ahora mismo... —dijo y ambas quedaron en silencio.
— ¡Aah!
— ¿Ahora qué pasa?
— ¡Mi pase! ¡Me distraje y lo olvide en el asiento de mi puesto!
— ¡Pero que eres tonta! Apúrate antes de que llegue el autobús—dijo ella agarrándole ambos brazos, cada cosa ocurría en ella...
— ¡Voy ahora!—exclamo y salió corriendo de vuelta a la escuela
