Una chica celosa

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Miel no volvió a despertar hasta el día siguiente, en donde lo primero que vio al abrir sus ojos fue a su madre tomándole la temperatura, sus recuerdos de la tarde y noche eran confusos y borrosos, recordaba que había despertado para tomar el desa...

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Miel no volvió a despertar hasta el día siguiente, en donde lo primero que vio al abrir sus ojos fue a su madre tomándole la temperatura, sus recuerdos de la tarde y noche eran confusos y borrosos, recordaba que había despertado para tomar el desayuno y volvió a quedar dormida, volvió a despertarse para tomar la medicina y volvió a quedarse dormida, así hasta ahora en donde tenía la percepción completa de que su madre le estaba tomando la temperatura y luego la miraba con el ceño fruncido.

—37.4 —puso una mano en su frente y luego los cachetes, estaba caliente pero la fiebre le estaba bajando, le sonrió al verla despierta y se levantó —, te voy a traer el desayuno querida —dijo y dejo el termómetro arriba de la mesa de noche

— ¿Qué hora es? —pregunto acurrucándose entre las sabanas, miro el clima por la ventana y noto que aún seguía nublado, el paso de los días también era confuso, no estaba segura que fuera sábado o domingo

—Son las 10, ayer dormiste todo el día, me preocupe porque no despertabas en la noche, trata de no quedarte dormida ahora. Ya vuelvo

— ¿Y Kei?

—Kei fue a comprar al frente, le pedí que trajera también una bolsa de zanahorias, hare un caldo de verduras de almuerzo

—Wuek —exclamo con una mueca de disgusto

—Te lo vas a comer todo —sentencio su madre seriamente y bajo hacia la cocina. Miel suspiro sin nada más que hacer así que hojeo su habitación, deteniéndose en la caja en donde dejo los tomos de los libros que había comprado hace algunos días. Ah~ las lecciones del futuro, si tan solo el tiempo avanzara más rápido, ya estaría en la universidad estudiando lo que quiere.

¿Pero por que pensaba eso ahora?

Se tapó con las sabanas para no contestar esa pregunta y un celular vibro en el escritorio de Kanel

— ¿Eh? ¿Qué, que es eso? —se preguntó destapándose de las sabanas, miro hacia el extremo del escritorio donde un celular se movía desenfrenadamente encima de unos cuadernos. Una llamada entrante se había iniciado en su habitación.

Miel se quedó mirando el techo mientras la llamada corría y corría hasta que la vibración se detuvo, nuevamente volvió a sonar y una y otra vez. ¿Quién estará llamando desesperadamente?

Kanel no era un chico que hacia muchas amistades, de hecho se podría decir que no tiene ninguna, un chico bastante callado y sereno no atraía mucho la atención, pero si tenía una amistad en problemas, sería bueno contestar ¿no?

Una inesperada preocupación se apodero de su cabeza, si llamaba tanto tal vez estuviera pensando que él no quiere contestar, quizás se podría terminar la pequeña relación que tenían. Kanel no tendría más amigos, Kanel estaría solo.

Miel se sentó en la cama con la preocupación de hermana mayor, era verdad, ella era la hermana mayor y aunque no lo pareciera había momentos en que si actuaba como una hermana mayor. No se le ocurría ningún momento ahora pero eso no es lo que importaba, se levantó de la cama con cuidado y se acercó hacia el aparato tecnológico que seguía vibrando.

Una llamada desconocida. ¿Estará llamando por otro teléfono?

Tomo la llamada y se la coloco en la oreja. Su intensión solo era hacerle saber que su hermano no se encontraba en casa...una mujer intervino en la llamada

<< ¡¿Por qué no me respondes las malditas llamadas Wilson!?>>

Una mujer histérica quizás menor de lo que se aparenta escuchar había entrado a la llamada, Miel quedo sin habla

<< ¡Dame una explicación ahora Wilson, dime ahora, ya, ya! ¡Habla! ¿Dónde estás?>>

— ¿D-disculpe?

La voz se calló de repente, como si otra personalidad hubiera emergido desde la oscuridad, su respiración se escuchó más serena pero no más tranquilizadora, parecía la misma persona pero con otra postura

<<Ay perdón ¿con quién hablo?>> Pregunto la voz femenina actuando como una niña inocente

—Eh...hola—hizo una pausa— , Wilson no puede contestar ahora, por favor llame más tarde

Se escuchó un bufido desde lo más profundo de la llamada, un suspiro de lo más desesperado que había y que no era solo coincidencia, la mujer ya había perdido la paciencia mucho antes de que pudieran contestarle

<< A ver, a ver ¿Dónde está Kanel Wilson? Porque hubiera jurado que había escuchado una risa a lo lejos >> Pregunto mientras alzaba la voz, Miel miro atrás suyo y no vio más que su cama desordenada y las persianas levantadas

<< ¿Estas segura que estás sola?>> volvió a preguntar

—S...si, kanel fue a comprar algo, volverá enseguida— respondió nerviosa en la línea

<< ¿Estás de broma cierto? ¿Qué haces en la casa de Kanel? ¿Acaso eres de esas zorras que van tras él? ¡Eh! ¡Responde maldita!

—So...soy su hermana — dijo mientras temblaba de coraje y miedo. Tenía ambas manos en el teléfono y no esperaba la hora de que alguien abriera la puerta para dar fin a esta conversación

<<No creeré tu mentira maldita perra mentirosa, dile a tu "hermanito" que iré ahora mismo a su casa ¡me entiendes!>>

<<E...espera yo>>

Se escuchó el golpe de la puerta tan fuerte que los marcos de los cuadros familiares se movieron de tal forma que hubiera jurado que en cualquier momento se caerían

— ¡Que haces fuera de la cama!

— ¡Ah!

Grito Kei delante de la puerta con una bolsa en manos, Miel lo miro con una mueca de risa, el susto de su presencia fue más grande que la propia conversación. Se acercó a miel rápidamente y le arrebato el teléfono de sus manos

— ¡Aló! Samanta... — suspiro mientras estaba en la llamada—, ¡deja de llamar este número maldita seas! —corto la llamada, preciso y conciso posó su cara de furia hacia Miel y apunto hacia su cama en señal de que se fuera ahora antes de que le dijera a su mamá. Estaba harto de ser cómplice de sus locuras adolescente

— ¡Y para ti! —Gruño apuntándola cuando ya estaba arropada en la cama — ¡si vuelves a desobedecerme romperé esos malditos libros que tienes! ¿Me entiendes?

— ¡Sí!

A veces las personas no pueden soportar estar tranquilos luego de un día agitado. Kanel se fue al comedor luego de revisar su teléfono para ver si ella no se había metido en otra de sus cosas y la habitación volvió a estar sola. Ahora, esta vez, miro su celular.

Sasha aún no la llamaba

Sasha aún no la llamaba

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Flip Flop: consejos de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora