Miel quiere encontrar el verdadero amor, ella quiere sentir aquella felicidad de aquellas parejas que ve en la calle pero ¿qué es el verdadero amor? todo empezara a alocarse en su vida cuando quiera saber esa respuesta partiendo por acercarse a aque...
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Lina sentía que todo era su culpa...
¡Pero como no comprenderla! Había sufrido mucho durante estos años, con la muerte de su hermana gemela y luego la separación de sus padres, como su madre al verla no la miraba como Lina Martínez si no como lucia Martínez y eso es lo que ella más le dolía. Era como si su mera existencia fuera como una copia de su hermana muerta, la cual les servía como consuelo ahora que ella no estaba, "su cabello es tan largo como lo fue tu hermana "eres tan hermosa como lo fue tu hermana" decía su madre siempre y luego terminaba en un "ah si tu hermana estuviera aquí, si tu hermana siguiera viva"...
Después de su muerte ya no vio razones de mantener esa eterna mascarilla de su hermana así que utilizo todos sus ahorros en teñirse el pelo, ponerse maquillaje, cambiarse la ropa y ponerse a la moda. Aun así, todos los que la veían no paraban de decir que se parecía a su hermana, aun en su lecho de su muerte no la dejaban en paz.
Lina era una chica que quería que el mundo la viera como es en realidad, no su hermana, no su madre, solo Lina. Pero cuando supo que su padre, la única persona que la miraba como era, tuvo un accidente en su propia casa, las dudas empezaron a emerger dentro de ella, ¿qué es mejor seguir, que las expectativas de personas que te acogieron a alguien que te dio la vida y ahora está por los suelos, arrastrándose en la sombra de su familiar? algo dentro de si se lo decía constantemente, el fantasma de su hermana muerta que le anunciaba constantemente la horrible persona que era con tan solo de verlo de esa manera
—Ese hombre ha tenido deudas y deudas hasta el cuello, ¿Qué le pasa que aún no encuentra trabajo? Ese idiota...
—Déjalo Matilde, si se quiere morir asunto de él, si quiere ser cobarde, allá el
Constantemente aterrorizada a los deseos y pensamientos de su madre muerta la seguían sin poder aclararse correctamente
"Ese hombre tiene que pagar, por todo el sufrimiento que ha hecho, se lo merece ¡se lo merece!"
"Ay madre, tan desgraciada fue tu muerte que ahora no soportar que nosotros sigamos adelante"
Ciertamente había pensado en ayudar, había sido buena idea gastar todas las cuotas que le dieron sus tíos, comprar boletos a Miami o una zona tranquila y pacifica e irse a estar sus últimos días de vida allí. Sería mejor para todos, incluso para su papá, pero nuevamente ese fantasma no la dejaba en paz.
— ¡Señor Martínez viudo del cementerio fantasma!
Al llegar a la intemperie del cementerio donde los autos ya son casi inaudibles y los ruidos lejanos y silenciosos, una voz resonó entre las murallas de mármol blanco espantando a los pájaros que descansaban entre sus ramas, al no haber gente a su alrededor se pudo escuchar claramente y sin interrupción curiosamente cerca de donde se encontraba. Planeaba visitar la tumba de su madre, pero lo que vio seguramente le traía más sorpresa. La chica del hospital.
