02 - Dejarse Llevar

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—Recuerda, salimos a las 4 de la mañana— recordó Hoseok y salió por la puerta.

Al salir, Jungkook se cambió su incómodo traje por una pijama más cómoda, se recostó en su cama y miró el techo, admirando las estrellas gracias a la pequeña ventana en el techo que él mismo hizo hace unos meses, todas las noches las miraba antes de dormir, si se puede decir dormir cuando prácticamente se tiene que drogar.

Le recordaba a su departamento de Michigan, donde su cama estaba justo al lado del balcón y siempre antes de dormir las observaba, pero lo que más recordaba gracias a esas estrellas era a quien abrazaba al momento de verlas antes de dormir, recordaba a esa persona que le acariciaba el cabello mientras las miraba, recordaba cuando lo veía debajo de él siendo iluminado por las estrellas y la luz de la luna mientras disfrutaban el uno del otro, recordaba lo perfecto que era verlo con esa iluminación, aunque para Jungkook, él siempre fue perfecto y lo sigue siendo en cada uno de sus recuerdos.

Estas estrellas además de darle alegría igual le traían dolor, odio y remordimiento, algunas veces y más cuando estaba triste, se imaginaba lo que tal vez estaría haciendo el, que tal vez ya tendría a alguien más, o qué posiblemente... se olvidó de él.

Pero hoy a cambio de todos esos pensamientos, tenía esperanza, era lo que su mejor amigo siempre le daba, por eso le decía Hope. Tenía la esperanza de que todo saldría bien, de que al fin pueda escapar de este infierno pero sobre todo, tenía la esperanza de recuperar a él amor de su vida, de abrazarlo besarlo y nunca más volverse a separar de el.

Está noche no recurrió a los sumniferos, sólo se levantó para hacer su maleta y se volvió a recostar en su cama volviendo a mirar por la ventana sobre el.

—Regresaré por ti amor—  susurro mirando las estrellas por última vez para luego cerrar sus ojos y dormir.


(...)

A la mañana siguiente, como Hoseok le había indicado, se levantó a las 4 de la mañana y rápidamente se vistió con algo cómodo para el largo viaje, solo unos pantalones amplios, sudadera negra y sus fieles botones negros.

Salió de su habitación haciendo el menor ruido posible y se dirigió a la habitación de Hoseok sin antes tomar sus cosas con todo lo necesario. Abrió la puerta y al no ver a Hoseok en su habitación se alarmó.

-Bu! - dijo de repente Hoseok saliendo de atrás de la puerta sacándole un gran susto a Jungkook.

—Maldito, me asustaste— tocándose el pecho a la altura de su corazón - Ya nos vamos?— preguntó acomodándose su mochila en su hombre y alcanzó a ver en el interior del cuarto de su amigo sus maletas de este.

Hoseok asintió —Si, no hagas ruido, vamos— dijo Hoseok tomando sus maletas y saliendo de la habitación.

Bajaron las escaleras lo más lento posible para no hacer ruido, fueron a la cocina y tomaron algo para desayunar rápido. Lo menos que querían era que una sirvienta piense que un ladrón se había escabullido al interior de la casa alarmando a la familia hechando a perder el plan de los jóvenes.

—Otra vez tu leche de plátano?— preguntó Hoseok con burla al ver cómo su amigo tomaba del refri la bebida.

—Es lo único que me gusta de Corea— encogiéndose de hombros —Ya es hora de irnos, no tomaremos ningún auto ni moto, así casi no sospecharan— dijo viendo a su amigo con advertencia antes de dar su última sorbo de la leche para luego tirarlo al bote de basura que se encontraba a su lado.

—Está bien— canturreo Hoseok y se dirigió a la puerta junto a Jungkook.

Corrieron hasta las rejas de la entrada sosteniendo su mochila con fuerza y salieron de la propiedad lo antes posible aprovechando que no había nadie gracias a la hora. Caminaron un rato por las calles esperando un taxi para que los lleve al aeropuerto pero no había nadie y las calles estaban desiertas pero la vista era muy bonita, apenas iba a salir el sol entonces el cielo estaba de unos tonos rosas y naranjas.

𝐿𝐸𝑇𝑇𝐸𝑅𝑆 | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora