El carácter espontaneo, liberal, carismático y único de Eva Duprey le tocó aterrizar al otro lado del mundo, el oriente. Llega a un país y una ciudad opuesta en muchos aspectos a los que deberá acostumbrarse, pero en ese transcurso pasan cosas. Entr...
Me retoco el labial antes de salir finalmente de mi habitación porque si no mis padres me sacaran a empujones por no darme prisa. Ya me han gritado unas seis veces y aún no he bajado y ya comienza a hacerse tarde para la gala. Antes de anoche mis padres recibiendo una invitación para la gala de un 100 aniversario de una empresa mundial pero originaria de Corea del Sur. Según mi padre es tercera empresa más importante de todo el país ya que la primera es Samsung, la segunda LG y pues esta empresa pues la tercera. En realidad, me anima el poder asistir a esta gala porque finalmente podré salir de casa a cosas no normales y si a ver, conocer personas nuevas y divertirme. Aunque no creo que sea muy divertida porque no conozco a nadie a excepción de mis padres, mi cunada y mi hermano, pero, aun así, intentaré el comenzar a agrandar mi circulo social aquí en Seúl. Quiero tener amigos con los que poder ir a restaurantes, cine, pasear, tomar café, comer helado, ir de compras y asistir a discotecas. Porque créanme que con mi hermano no iré a la discoteca ¡JAMAS!
-¿Y cómo me veo? -pregunto a mis padre mientras bajo por las escaleras.
-Sin duda alguna bellísima, mi princesa -expresa mi madre.
-Será la más bella de todas -me alaga mi padre.
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-¿Luces bonito? Esta indecisa entre este o uno color crema. Pero decidí este porque es más discreto y cubre más. Leí que los coreanos no miran bien a las mujeres que visten demasiado expuesta. No quiero que esa sea la primera expresión que tengan de mí. -explico cuando salimos por la puerta del apartamento.
-Tranquila mi amor. A ti todo te luce bello y aún más con esa altura y ese cuerpo tan perfecto que tienes. Las medidas exactas en todos lados, ya quisiera yo volver a tener ese cuerpo tuyo nuevamente.
-¡Mamá! ¿Está diciendo que tus amados hijos tuvimos culpa de perder tu cuerpo?
-Así mismo es. Cuando uno se convierte en madre, nada vuelve como era a su lugar.
Mi padre y yo echamos a reír.
Cuando Dongwon estacionó frente al lujoso hotel donde seria llevada la fiesta en la entrada había muchos periodistas y fotógrafos. Como esperábamos pues nadie conoce a mi familia aun en Seúl por lo que no se formó nada de revuelo por tomarnos fotos. Eso nos facilitó entrar al lugar con rapidez. En la entrada mi padre entregó la invitación al asistente que controlaba la entrada al salón de la gala, una vez nos dejaron pasar la elegancia, buen gusto y lujo se hizo presente. Hay mucha gente presente por todos lados hablan en grupos y otros se mantienen hablando en sus mesas y la orquesta toca música clásica en el escenario. Todos los hombres visten con tuxedo colores negros y hechos a la medida, mostrando una vez más que aquí está solo la alta sociedad de todo Corea del Sur. Las mujeres por otro lado visten al igual que yo pues con vestidos de gala y claramente pues imagino que diseñadores. He asistido a fiesta de alta sociedad en Estados Unidos, pero nunca había sentido tanta elegancia y educación en un solo lugar, una vez más demuestran lo sobresaliente que desean ser ante el mundo en ser mejores y no lo digo en mal aspecto ni nada por el estilo, al contrario, me parece muy bien por ellos.
