Enogtyve.

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— Jeon — habló el peli rosa mientras caminaba hacía el más alto.

Jungkook estaba de espaldas cerrando los ojos al oír su apellido.

Todo el día evadió al mayor, incluso en la cafetería el se fue muchísimo antes, ¿cómo le podía explicar que era un error haberse acercado a él?

Sin mucho por hacer subió a su motocicleta, se puso el casco y arrancó de prisa.

Jimin quedó estupefacto.

— ¿Ya no se hablan? — preguntó Kim llegando a su lado — ¿Jimin?

— Solo olvídalo — soltó el peli rosa y siguió su camino al auto.

Las manos posadas en su volante comenzaron a picar así que rascó un poco, los nervios se estaba haciendo costumbre desde que conoció a Jungkook.

Dejó a Taehyung cerca de su casa y el fue directo a la suya y una vez estando ahí subió con rapidez las escaleras para poder aventarse a su suave colchón.

¿Qué diablos le pasaba a Jeon?, él enserio no deseaba pensar mal del peli negro pero quizá este solo buscaba sexo, aunque no fue por completo, tal vez Jungkook solo quería bajar su calentura.

Frustrado, Jimin negó con la cabeza y se sacó sus zapatos para hacerse bolita entre sus cobijas, se sentía débil y mal, algo que jamás le había pasado, antes solo sentía vacío pero ahora ese lugar se llenó de ciertos sentimientos tristes.

Trató de ignorar todo aquello pero esta ocasión fue más difícil, tanto que quedó dormido por lo agotado que fue sacar los pensamientos de su mente.




— ¡Señora Xan! — gritó Jungkook en la puerta puesto que no tenía llaves del departamento de la anciana — soy Jungkook —.

La mayor abrió la puerta enseguida con JungMin en brazos.

— Hola hijo — sonrió la anciana — pasa —.

— ¿Cómo estás mi vida? — preguntó Jeon a su pequeño hermano quién soltó un montón de balbuceos tiernos — ¿Ah sí?, pues también estoy feliz de verte — Jungkook giró hacia Xan — hoy era el último día de su medicamento, ¿verdad?

— Si — los dos mayores tomaron asiento — a sido un alivio que se recuperara pronto —.

— Lo sé — coincidió Jungkook.

— Por cierto, me tomé la libertad de buscar un suéter parecido al que Jimin uso para limpiar tu sangre — la mayor hizo un gesto de desagrado y Jungkook rio.

— Le apuesto que Jimin solo usa una vez su ropa — habló Jungkook mientras jugaba con las rechonchas mejillas del bebé.

— ¿Tan rico es? — preguntó.

— Ni se imagina — contestó.

— Aún así deberías regresarle lo que es suyo — comentó la anciana — y vamos a comer porque mi estómago se está quejando —.

— Vamos — Jeon se paró y con su hermano en brazos camino al sencillo pero lindo comedor — yo, ¿puedo hacerle una pregunta?

— Dime, corazón — habló la Señora Xan sirviendo algo de sopa en dos platos.

— ¿Por qué Jimin me gusta tanto? — soltó de repente — hay algo en él que me pide buscarlo y llenarlo de cosas, de mimos, de todo... y me asusta, porque usted y Lisa no están de acuerdo —.

나를 알아 ° 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗠𝗶𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora