M.Y

Destinos I

Al día siguiente

—¡Liam! - se acerca mi jefe a mi lugar —¿puedes venir un segundo a mi oficina por favor? - con un tono algo entre preocupado y ansioso.

Me levanto al instante y camino casi detrás de él, intento adivinar la razón por el cual quiere conversar conmigo, pero no encuentro motivo alguno.

— Adelante por favor, toma asiento - me extiende la mano en señal de que debo ingresar mientras él espera a que logre sentarme para cerrar la puerta.

El ambiente está muy helado, creo que se sobrepasó con el aire acondicionado, en pocos segundos mis manos ya están prácticamente congeladas, pero trato de no tomarle importancia

«estar aquí, frente al jefe de casi toda la empresa y con unos ánimos no muy alegres me comienza a preocupar un poco y a llenarme de intriga el porqué yo estoy ahora sentado en su oficina y porque se tomo el tiempo de buscarme y pedirme conversar.»

—¿Deseas algo de tomar? - pregunta muy amable

—No Javier, descuida, así estoy bien, te lo agradezco

—De acuerdo, y coméntame, ¿cómo has estado?

«no creo que en realidad me haya traído hasta aquí solo para preguntarme cómo he estado, Javier es un hombre muy amable a diferencia de mis antiguos jefes, el siempre a tenido una gran empatía, respeto y consideración por sus trabajadores, pero sé que este no es el motivo principal por el cual me tiene aquí sentado en este momento.»

—Pues muy bien, todo muy bien - trato de seguirle la corriente para ver a donde quiere llegar con todo esto

—me parece estupendo, es lo que aquí se requiere, que las cosas vayan muy bien - responde caminando lentamente de un lado a otro

—no quiero sonar grosero Javier, pero, quisiera saber el motivo por el que de verdad me tienes aquí

—¡vaya, vaya , que listo eres! -sonríe — Bueno ya que quieres ir directo al grano, específicamente el motivo por el que me acerque a llamarte, siéndote sincero es porque vengo haciendo unas evaluaciones hace unas semanas atrás y la verdad es que te noto muy desconcentrado en tus funciones, los números no son los de antes, y tu rendimiento está en descenso, no digo que lo hagas mal, pero... quiera saber si puedo ayudarte en algo.

«Debí imaginarlo, quizá fue por el informe que no entregué a tiempo, o las reuniones que he cancelado porque decía que me encontraba indispuesto»

—Tu evolución laboral estas tres ultimas semanas no han sido de las mejores que hayas tenido en la empresa, sé que eres un buen chico, bastante alegre, dinámico y muy ágil para todo, pero algo tiene que estar pasando para que ahora te encuentres como si recién fueran tus primeros días en esta empresa, nuevamente te repito ¿hay algo en el que te pueda ayudar?

«¡Demonios!, se claramente cual es el motivo, pero esto no tiene porque afectar mi trabajo, creí estar bien, me siento muy bien, pero hay algo que estoy haciendo mal y voy a averiguarlo»

—Lo siento Javier, estaré más al pendiente con mi trabajo y te aseguro que volverás a tener al mismo Liam que ascendiste hace unos meses y el que te convenció de que estos últimos proyectos funcionarían

—Perfecto, eso era lo que quería escuchar, vamos se que eres una excelente persona, pero si tienes algún problema o algo que no te deja tranquilo, aquí tienes mi oficina, sabes que somos amigos y te ayudaré con lo que pueda, quizá unos días de vacaciones, disminuirte un poco el trabajo, lo que sea, tú solo házmelo saber.

—te agradezco mucho Javier, pero descuida, en lo que acaba esta semana, me tendrás de vuelta al mil por ciento - suelto una carcajada que le inspira confianza y me estrecha la mano.