7. ¿Que hay detrás de esos ojos?

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Su respiración era calmada y suave, sus movimientos graciles y fluidos y el estiramiento intenso y consciente.

Al terminar su práctica de Yoga diaria, meditó durante unos minutos y al acabar, agradeció por la práctica.

Le gustaba hacer su propia práctica de Yoga antes de la clase que tuviera que dar ese día.

Se hizo la hora. Ya estaba vestida para la ocasión, con unos legins de color verde oscuro, a juego con el top.

Su cabello estaba recogido en un moño alto y algunos mechones ondulados caían por su rostro dándole un aspecto desaliñado.

Se puso en pie para coger su mochila, donde llevaba el incienso, la práctica que le había preparado a Jerak y una cinta para estirar mejor si era necesario

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Se puso en pie para coger su mochila, donde llevaba el incienso, la práctica que le había preparado a Jerak y una cinta para estirar mejor si era necesario. Metió también su esterilla de Yoga y cogió otra por si él no tenía una propia, para dejársela hasta que se comparara una.

Se puso la chaqueta de chándal y salió de casa.

Paseó por el bosque disfrutando de la naturaleza e intentando que los nervios que sentía por dentro no la delataran.

Ya había dado clases antes, pero solo a chicas. No es que con chicos fuera diferente ni mucho menos, simplemente no había dado ninguna todavía a ningún chico, y ahora tenía la oportunidad. Sin olvidar el hecho de que Jerak, de por si, ya la ponía un poco nerviosa, si es que era eso realmente lo que sucedía.

Llegó al porche de su casa, la cual estaba en mitad del bosque. Era de madera y parecía realmente acogedora, a Edith le parecía un bonito sitio en el que vivir.

Jerak había preparado ya su esterilla de Yoga en el suelo. Estaba un poco nervioso y no entendía por qué, Edith solo era una chica más, pero no era ese el quit de la cuestión, si no, ¿que había detrás de aquellos ojos verdes e inocentes?

Le transmitían dulzura y paz, pero, ¿era lo que realmente era Edith? ¿había algo más? despertaba en él mucha curiosidad, era como si su alma le pidiera a gritos que tratara de descubrir de que se trataba, y aunque no era un chico muy espiritual, pues se decantaba más por la ciencia, lo cual tal vez le limitara un poco el hecho de ver las señales, de escucharlas...

Sabía que algo pasaba con esa chica.

Era un chico calmado, paciente, y se dejaba llevar con facilidad, ni si quiera estando bajo presión en alguna situación poco favorecedora se le veía demasiado alterado, era un as en camuflar sus emociones, esconderlas en su propio beneficio, las controlaba bastante bien, o a lo mejor esa creencia era totalmente errónea y lo que tenía era miedo de mostrarlas. No lo sabía, pero tampoco le preocupaba en absoluto.

Vio a Edith llegar al porche de su casa por la ventana y antes de que pudiera llamar a la puerta, se adelantó en abrirla él.

Edith se quedó callada unos instantes, ya que le pilló por sorpresa, no es que no supiera que la puerta no se iba abrir, eso estaba claro, de todos modos ella misma estaba a punto de llamar a la puerta, pero no le dio tiempo a tomar una respiración profunda antes de que la puerta se abriera para calmar sus nervios, así que optó por ignorarlos y centrarse en hacer lo que había venido a hacer, dar la clase.

La magia que hay dentro de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora