~•La tutora (Hanta Sero x Reader)•~

Lo que ocurrió en el pasado se queda en el pasado

Eres cruel...

¡No!, ¡Sabes que no es así!

Todo esto fue por tu culpa...

¡No es cierto!, ¡Sabes que no es cierto!

¿De verdad creíste que te librarías de mi?, pues pensaste muy mal.

¡No deberías estar aquí!, ¡Yo no fui, no fue mi culpa!

Por supuesto que fue tu culpa...Si no fuese por ti, nada de esto hubiera pasado...yo seguiría viva.

¡Nunca quise lastimarte!

Porque eres un simple...

No..

Horrible...

Por favor no...

Y asqueroso

¡Para ya!

MONSTRUO

¡NOO!

Biip Biip Biip

El ruido del despertador me hizo levantarme sobresaltada, agitando el cuerpo. Mi almohada, así como mi ropa, estaban sudadas. Esa horrible pesadilla me había dejado los pelos de punta...tenía un nudo en el estómago. No podía creer que había vuelto a soñar con ella. Creí que las pastillas me ayudarían...pero no fue así, ahora entiendo por qué mis padres decían que los medicamentos no sirven de nada si el verdadero problema está en tu mente.

Me levanté de la cama, mientras me cambiaba despacio, inmersa en mis pensamientos. En la cocina no había nadie, seguramente mis padres ya estaban en el trabajo y mi hermana en la universidad, así que estaba sola, como siempre.

Después de desayunar, me dirigí a la academia, de mala gana. De por sí la noche anterior hacía mucho frío afuera y me era imposible dormir, pero con ese mal sueño, tenía muy poca energía para hacer nada. Cuando llegué, todo estaba normal, la gente murmuraba, algo asustados, esperando la nota del examen. Fui hacia donde estaban las chicas, que no parecían muy preocupadas por el dichoso examen, en vez de eso, todas observaban a Ochako, la cual sostenía un hermoso brazalete en su mano. -¡TN!- dijo Tsuyu apenas me vio. -¿Has visto el nuevo brazalete de Uraraka?, ¡Es increíble!- y en efecto, lo era, cubierto con unas piedras muy bonitas y las iniciales "UO" grabadas en el metal. -Muy bonito, ¿Quién te lo regaló?- pregunté, mirándola. Ochako se sonrojó, mientras reía y evitaba mi mirada -Un amigo...- las demás la observaban con poca convicción. -¡No seas mentirosa!, todas sabemos que fue o Deku o Iida- dijo Toru en señal de reproche. -Está bien...puede ser- respondió con la mirada perdida -¡Pero dejemos de hablar de eso!, ¡Me da mucha vergüenza!-. -Y hablando de amor...- dijo Mina con picardía -TN, ¿Qué hay entre Sero y tu?-. De pronto noté como mi rostro enrojecía y se calentaba más y más, estaba nerviosa -P-pero, ¿Qué dices?- pregunté confundida. Todas se voltearon a mirarme, entre risas, excepto Momo, que por alguna razón estaba seria. -Chicas chicas- exclamó ella -No la molestemos, seguro que ella sólo queda con Sero para estudiar, ¿No?- preguntó, mirándome. -Claro, claro, para estudiar...¡Anatomía!- rió Mina. En este punto yo me había quedado callada y quieta como una ostra. Miré a mi alrededor para ver si alguien estaba escuchando esto y por suerte, no fue así. Seguí viendo como se reían entre ellas, porque parecía más un chiste que otra cosa el hecho de que Sero y yo solo "estudiásemos" en mi casa (pero era así). De la nada, Jirou miró por detrás de mi hombro y por consecuente, las otras también. -Y hablando de Sero...- empezó a decir Tsuyu, mirando un punto invisible del cual yo no me estaba dando cuenta. Giré mi cabeza a un lado en señal de incomprensión, pero pronto una voz muy familiar me dejó clara la situación. -Oye...TN...estaba pensando...¿Quieres almorzar conmigo?- dijo Sero, detrás de mi. Me voltee por completo (con la cara aún roja) mientras las risitas de las chicas me ponían más nerviosa aún. -Yo...Ehmm...¡Claro que si!- dije sin pensar. -¡Genial!, te espero después de la ultima clase- a lo lejos se oyó la voz de Kaminari, que lo llamaba -Bueno, ¡Hasta luego!- giró hacia donde estaba Kaminari y se fue, perdiéndose el pequeño saludo que le hice con la mano derecha. -¡TN tiene una cita!, ¡TN tiene una cita!- canturreaban las otras a mi alrededor...¿Ya mencioné lo nerviosa que me encontraba?

Sonó la campana del fin de clase y por ende, el inicio del almuerzo. Saqué mi cajita de bentō, mientras me acercaba a la puerta, donde Sero me esperaba. -Dios...es horrible que no podamos ir a la cafetería- dijo él, abrumado. -Sólo porque se quemó la cocina, ¡Ahora me tengo que traer comida de casa!- volvió a decir. -¿Te la preparas tu?- pregunté, sonriendo. El negó con la cabeza. -¡Entonces no te quejes!, ¡Yo al menos me la preparo sola!-