~•La tutora (Hanta Sero x Reader)•~

El sótano

POV de Sero:

La luz del sol iluminó mi cara...ya era de día. Pero, eran las seis* cuando estaba despierto, eso significaba que....¿Había dormido en la enfermería de la escuela?

*A lo que Sero se refiere es que ellos dos almorzaron a las 3 y T/N estuvo inconsciente 3 horas más o menos, por lo que, efectivamente, ambos se quedaron dormidos a las seis. Esto significa que pasaron toda la noche en la enfermería y ahora son más o menos las 7 de la mañana.

Sentí algo sobre mi mano. Era T/N, que seguía dormida, pero por alguna razón me sujetaba terriblemente fuerte. Se veía muy bonita, la luz del amanecer se reflejaba en su pelo (C/P) y sus labios finos mantenían un leve color cereza. Parecía una princesa sacada de un cuadro...

Sacudí la cabeza, ya me estaba empezando a sonrojar y no quería que la chica se despertase solo para encontrarme mirándola fijamente. Me levanté despacio y miré a los lados. No había nadie...¿Donde demonios estaría Recovery Girl?. De repente, la puerta se abrió, dando paso a la anciana, que nos miró sorprendida. -¿Pero qué carajos hacen ustedes dos aquí?, ¿No le había dado el alta a T/N?-. Su voz chillona taladró mis tímpanos. -Lo siento muchísimo Recovery Girl, pero T/N estaba realmente cansada, así que decidimos quedarnos, pero, ya nos íbamos-. La mujer se calmó y se me acercó. -No, discúlpame tú a mí. Me habré olvidado de decirle a T/N que ya podía irse y habrá estado esperando a escucharlo. Estaba muy ocupada y lo olvidé por completo, lo lamento-. Un ruido me hizo dirigirme de nuevo hacia T/N, que se encontraba un tanto desorientada. -¡R-Recovery Girl!, ¡Lamento mucho haberme pasado la noche aquí !, ¡Ya nos vamos!- exclamó, haciendo un ademán para levantarse de la cama. -Lo que si es una verdadera pena que hayan tenido que dormir aquí , tan incómodos. Pero da igual. Es un maldito sábado, ¡Salgan afuera, que estoy ocupada!- dijo la anciana, dando por finalizada la conversación.

Salimos por la puerta. ¿Qué íbamos a hacer ahora?, era un sábado a las 7 de la mañana, mis padres seguramente estaban en el trabajo y no tengo las llaves de mi casa. Me agarré la cabeza, esto no podía ir a peor...

POV de T/N:

Mientras caminábamos por el pasillo, yo observaba las amplias ventanas. Adoro los amaneceres, siempre me dieron cierto aire de esperanza. Miré a Sero, que se estaba sujetando la cabeza de una extraña manera. -Sero, ¿Te pasa algo?- pregunté, poniendo mi mano en su hombro. -Ah, disculpa, no es nada, sólo que no tengo las llaves de mi casa y mis padres están fuera. Pero tranquila, me las apañaré de alguna forma- dijo, algo avergonzado. -Bueno, si no tienes a donde ir, ¿Quieres que vayamos a mi casa?. Mis padres y mi hermana estarán durmiendo, pero puedo invitarte algo de comer- le sonreí cálidamente, a lo que el se sonrojó un poco. Buscamos nuestras mochilas y marchamos a mi casa. Se percibía una extraña sensación de frío en el salón, pero como fuimos a mi cuarto, eso no importaba.

Ya en la habitación, le pregunté si quería desayunar algo, a lo que él dijo que sólo un café estaba bien, Preparé la bebida y se la di. Ambos nos quedamos mirándonos, sin saber qué hacer o decir. -Así que...¿Sabes cuándo podrás entrar a tu casa?- pregunté. -Asumo que en cuanto mis padres vuelvan de trabajar, que será alrededor de las ocho, por lo que aún queda tiempo- rió, con cierto tono de tristeza, llevándose el brazo a la nuca. Me dio pena verlo allí, sentado sobre mis sábanas color (C/S), en medio de mi habitación, teniendo que esperar para poder entrar a su hogar. Si tan sólo pudiese hacer su estancia más llevadera...

-¡Tengo una gran idea!- exclamé, levantándome precipitadamente de la cama. -Hace tiempo que mis padres quieren que ordene el sótano, dicen que van a vender ciertas cosas, por lo que lo necesitan organizado, ¿Te importaría ayudarme con eso?- pregunté tímidamente. -¡Por supuesto que si!, me gusta el orden y tampoco hay mucho que hacer, así que...¡Vayamos!-. Nos dirigimos hacia una puerta marrón cercana a la cocina. La abrí, encendí la luz y bajamos por las escalerillas. -Entonces...¿Qué tipo de cosas tienes aquí abajo?- preguntó Sero. -Lo típico, reliquias familiares, muebles viejos, etc- respondí, tocando con el pie el último escalón.

Encendí otra lamparita y un suntuoso espacio se mostró ante nosotros. Olía a humedad pero a fin de cuentas, era un sótano. Sero decidió irse por la izquierda y yo me decanté por la derecha, hacía mucho tiempo que no pisaba ese lugar por lo que no recordaba qué cachivaches teníamos escondidos por ahí. No había nada del otro mundo: muchas cajas, un sillón, un armario y una pequeña radio, la cual traté de sintonizar, pero lo único que conseguí escuchar fue un ruido de estática lo suficientemente tétrico como para dejar el aparato en paz. ¿Acaso Sero había visto cosas igual de raras?

POV de Sero:

T/N fue hacía la derecha, yo hacia la izquierda y ahí nos separamos. Aunque olía mal, era mucho más decente que mi sótano, el cual era más pequeño y no tenía tantas cosas. Comencé a rebuscar entre unas cajas, para ver si podía ordenarlas desde dentro, pero la mayoría tenían muy poco contenido. Di un paso atrás y una de las cajas se cayó. Traté de recogerla, pero noté algo bastante peculiar. A diferencia de las otras, esta estaba llena de camisetas, collares y...¿Fotos?. Cogí una de las fotos, desempolvándola con la mano. En ella se conseguían distinguir dos siluetas bastante pequeñas, de dos niñas al parecer, que permanecían abrazadas en lo que parecía ser el campo. Mirando un poquito más, descubrí que una de esas niñas era T/N. ¡Nunca hubiese imaginado que pudiese ser tan adorable de pequeña!. Entonces...¿Quién era la otra?. Miré el reverso de la foto, donde una bonita inscripción rezaba: "T/N y Aiko de vacaciones, verano del 2009". Eché un vistazo a la dichosa Aiko, de pelo morado y ojos azules. No era tan tierna como T/N, si no que su expresión rozaba más la tristeza. Comencé a recordar lo que T/N me dijo en la enfermería...No quiero ni imaginar lo que debe sentirse el pensar que tu amigo está muerto por tu culpa. ¿Qué ocurriría si Kami o Kiri muriesen y yo depositase toda la culpa en mí por el resto del tiempo?, estos pensamientos me generaron una inmensa pena hacia T/N. Es una chica tan fuerte...pobrecita.

POV de T/N:

Y nada: otro armario más grande, otro sillón igual de feo que el anterior y enormes pilas de discos. No había nada interesante, curioso o mínimamente entretenido para mirar. Como ya había ordenado la mayor parte de las cajas que encontré y corrido el armario, decidí agacharme para inspeccionar si teníamos algo desperdigado por el suelo. Entre una pila de toallas, se percibía un extraño bulto color carne, pequeñito, pero con apariencia frágil. ¿Qué sería?

Lo recogí y lo di vuelta. -¡AHHHH!- grité espantada, al encontrar delante de mi nada más ni nada menos que una muñeca victoriana, con ropas horrendas, cara desgastada, labios finos y ojos infernales, la cual me observaba fijamente. ¿¡POR QUÉ MIERDA MI FAMILIA QUERRÍA GUARDAR UNA RELIQUIA DE FINALES DE SIGLO TAN FEA!?. El miedo provocado por la muñeca me hizo perder el equilibrio, por lo que me balanceé para atrás y caí sobre algo...¿Donde demonios había caído?

POV de Sero:

Abrí los ojos en confusión. ¿Qué había pasado?, lo último que escuché fueron los gritos de T/N. Cuando mi vista se hizo menos borrosa, me encontré cara a cara con...¿T/N?...Oh Dios esto es incómodo...

POV de T/N:

Abrí los ojos, encontrándome cara a cara con...¿Sero?. ¡Oh mierda!, ¡HABÍA CAÍDO Y AHORA ME ENCONTRABA ENCIMA DE SERO!. La caída había hecho que ahora todo mi cuerpo estuviese encima del suyo, mi pecho estaba contra el suyo y nuestras cabezas casi se tocaban...¡Trágame tierra!😫. Traté de moverme hacia adelante, pero eso sólo hizo que ahora mi pecho se hallase cerca de su cabeza. ¡Sólo empeoro las cosas!. -Oye, ¿Estás bien?...- preguntó él tímidamente. -S-si, ¡Lo siento muchísimo!, ¡Sólo tengo que mo-!-. No pude terminar la frase porque, de la nada, la lámpara que iluminaba la mayor parte del lugar se apagó, dejando el sótano en completa oscuridad. ¡Estábamos solos, encerrados y en medio de la oscuridad!. -Maldita muñeca...- fue lo único que me limité a decir.