Capítulo 17

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Dos días después, en la suite del castillo, Jimin con una peluca clara en la mano, susurraba mirando a su primo a través del espejo.

—Ay, king, no te entiendo ¿por qué debemos quedarnos aquí? Está claro que ese divine no quiere nada contigo, y...

—Ni yo quiero nada con él —apostilló Taehyung—, pero en toda mi vida nadie me ha echado de ningún sitio y ese imbécil no va a ser el primero.

Sonó el móvil y Jimin lo cogió. Tras hablar durante un rato sonriendo se lo tendió a su primo.

—Toma. Es Penélope.

Durante un rato Taehyung rió con las ocurrencias de su amiga y le agradeció los contactos y teléfonos que le había pedido por email. Habían pasado cuarenta y ocho horas desde el encontronazo que había tenido con el borde coreano, y aunque ya se le había pasado, si lo pensaba, se tensaba. Le contó a su amiga las compras que había hecho en Seoul durante ese día. Un par de pelucas claras y unas lentillas azules. Eso le permitiría andar por la calle sin ser reconocido. Antes de colgar le dio a Penélope recuerdos de las personas de confianza que amablemente la habían atendido. Después de eso colgó.

—Ay, cuchifrito no es bueno llevar peluca tanto tiempo —protestó su primo mirándolo—. Si te quedas calvo como Bruce Willis ¡ni se te ocurra echarme la culpa! No quiero saber nada.

—Tranquilo. Si me quedo calvo será única y exclusivamente culpa mía y yo solito cargaré con las consecuencias. Pero tranquilo, en muchos rodajes llevo peluca muchas horas y aun sigo con pelo en la cabeza.

Como buen estilista que era Jimin se encargó de colocarle la peluca, el resultado fue espectacular.

—Oh, my God! El pelo rubio te queda precioso.

Aquel era un estupendo piropo y él sonrió.

—¡Genial! Espera que me ponga las lentillas a ver qué tal queda todo.

Sacó rápidamente unas lentillas color azul y se las puso. Tampoco era la primera vez que se ponía unas lentillas para cambiar el color de sus ojos. En ocasiones las utilizaba en las películas. El resultado, como siempre, fue espectacular.

—Por el amor de Gucci —murmuró aquel al verlo— No pareces tú.

—De eso se trata —aplaudió mirándose al espejo.

Era increíble lo que hacía una buena peluca y unas lentillas. De ser una chico pelinegro de ojos castaños, a pasar a ser un rubio de ojos azules. Nadie lo reconocería, de eso estaba seguro. Se miró en el espejo encantado.

—Ay Tae me recuerdas a Leonardo DiCaprio en Titanic. ¡Solo te falta la vestimenta que usaban en esos años!

—¿En serio? Hazme una foto con el móvil y así se lo mando a él por email. Conociéndolo, seguro que se parte de risa —rió burlón.

Después de hacerse la foto con el móvil, el joven abrió una cajita de dónde sacó unas finas gafas transparentes y se las puso.

—Aigo... pero si son las gafas que te regalé de Valentino. Oh, Tae pero si pareces un joven estudioso y todo —se guaseó su primo al verlo.

Tras comprobar que con pelo claro, las lentillas azules y las gafas no parecía V, se volvió hacia Jimin.

—Bien, una vez acabada mi transformación, me ocuparé de ti.

—¿De mí? —gritó horrorizado separándose de él—. Fu... fu... ¡Ni te acerques! O juro que te golpeo.

—¿En serio?

—Y tan en serio. Es más, y lo haré de abajo arriba que duele más.

Pero Taehyung prosiguió sin prestarle atención.

—Lo primero que haremos será quitarte ese color rubio y dejarte el pelo de un color oscuro.

—¡¡No!! —gritó horrorizado—. Me gustan mi cabello. I love mi cabello que me puso Chipens. ¡Son muy cool!

—Lo sé, cielo, pero necesito que lo hagas por mí. Muchas personas te conocen Chim, eres muy reconocido en el mundo de la moda. Y tu perfecto cabello llama mucho la atención, suficiente tenemos con el mío, por favor Chim—tras suspirar él asintió y Taehyung volvió al ataque—. También debo pensar en tu ropa.

—¡Mi ropa! ¿Qué quieres hacer con mi ropa?

—No podemos salir a cenar mientras lleves puestos esos pantalones y esa camisa ajustadísima, es demasiado sexi. No Chim, lo siento pero no puede ser.

—Me encantan mi ropa de Dolce & Gabbana. Y no, no pienso abandonarlos en el equipaje por muy witch que te pongas. A ver cuchi, una cosa es que me quite el cabello rubio por ti y otra que no pueda vestirme como yo quiera. ¡Definitivamente no!

Sonriendo como solo él sabía hacer, se acercó a su primo y tras darle un corto abrazo murmuró tirando de la camisa:

—My soulmate, necesito que parezcas normal y no un rey del glamour. Esto no es Hollywood, es un pueblo coreano donde tu estilo de vestir no se lleva, tenemos que ser más sencillos al vestirnos. Por lo tanto, quítate esos pantalones o te juro que te los quemo y te quedas sin ellos para siempre.

—¡Brujo! —gruñó aquel mirándolo.

Divertido y dispuesto a cumplir el plan que había trazado le miró y dijo:

—Lo sé, pero me quieres ¿verdad?

Mi novio es una estrella ❀ KookVWhere stories live. Discover now