Capítulo 33

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La sesión de sexo entre dos amantes cuando se desean es fructífera e interminable, yeso fue lo que ocurrió. Cuando llegaron a casa de Jungkook, su erótico juego de seducción continuó durante horas con grandes dosis de morbo, seducción y pasión. Sobre las cinco de la madrugada, agotados y felices, bajaron a la cocina para reponer fuerzas. Estaban hambrientos. 

—¿Qué te apetece? —preguntó Jungkook abriendo la nevera solo vestido con unos bóxer negros—. ¿Quieres que preparemos algo o prefieres leche con algún dulce? 

La palabra dulce le hizo suspirar y acercándose provocativamente susurró mientras tocaba su duro abdomen y su sensual tatuaje del brazo. 

—Mmm para dulce ya te tengo a ti. 

Jungkook sonrió y besándolo lo izó sobre la encimera de la cocina e indicó: 

—Si sigues mirándome así con esos preciosos ojos y diciéndome esas cosas, creo que al final me voy a decidir por comerte a ti. Por cierto, ¿te he dicho que tienes los ojos más preciosos que he visto en mi vida? 

—No... pero acabas de decírmelo. 

Jungkook soltó una risotada y hechizado por su pícaro gestó lo besó y segundos después la camisa que Taehyung llevaba cayó sobre la encimera. 

—Kookie... —rió con ternura al ver como rápidamente se animaba—. Comamos algo antes de que caigamos desfallecidos.

Divertido, lo soltó y el ahora pelinegro que ya no portaba consigo la peluca volvió a colocarse la camisa sobre los hombros. Una camisa que, por cierto no era de su propiedad. Jungkook sacó de la nevera huevos y embutido, y de un armario, pan de molde y una caja con bollos. 

—¿Quieres cocinar? —pregunto mirándolo. 

—¡¿Yo?! —respondió sorprendido. Pero sin querer dar más explicaciones preguntó—: ¿Tienes mayonesa? 

—Sí. 

—¿Pavo? 

—Sí. 

—¿Y lechuga? 

—También. 

—¡Genial! Estoy hambriento— sonrió al ver la mesa repleta de comida. 

—Come TaeTae... come —rió divertido al verlo abrir animado el bote de mayonesa. 

Cinco minutos después, sorprendido, observó como Taehyung engullía con un apetito voraz un sándwich de tres pisos con mayonesa, pavo y lechuga. Una vez acabó con aquello,mientras charlaban lo vio dudar, pero finalmente cogió un paquete de galletas Oreo. Lo abrió con cuidado, sacó una de las oscuras y redondas galletas y acercándosela a la nariz murmuró: 

—Mmm... ¡qué rico! Me encanta el dulce y las Oreo son mi debilidad. 

Jungkook preguntó sorprendido: 

—¿Y por qué en casa de mi padre comiste tan poca tarta en el cumpleaños del abuelo?Si mal no recuerdo dijiste que no le gustaba el dulce. 

Sonriendo como un chiquillo asintió y tras morder la galleta reveló: 

—Adoro el dulce. ¡Me vuelvo loco por el dulce! Pero no puedo permitírmelo. Ya sabes, he de mantener la línea para mi público. Cuando firmo un contrato, no puedo incumplirlo y eso significa no engordar más de cien gramos. Pero es que es ver estas galletas ¡y volverme loco! 

Aquello le hizo gracia, pero calló. Era evidente que Taehyung era de complexión delgada y estaba seguro de que por mucho que comiera, poco engordaría. 

—¿Qué tal se te presentan las Navidades? —preguntó Jungkook con curiosidad. 

—Uf... pues como todos los años. Mi padre organizará una de sus grandes fiestas en la casa de Beverly Hills, y bueno, aunque no es lo que más me divierte asistiré y luego ya veré... —sin querer pensar en ello le miró y preguntó— ¿Y las tuyas? 

Mi novio es una estrella ❀ KookVWhere stories live. Discover now