Capítulo 14

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Al día siguiente de su encuentro con Taehyung, Jungkook aún no daba crédito a lo que había ocurrido. V, el gran actor del cine americano, había estado en su casa. En un principio pensó contárselo a Jin, pero luego calibró las consecuencias y decidió que no era una buena idea. De todas maneras quedó con él para tomar algo. Ambos estaban sentados en una terraza de su pueblo cuando oyeron una voz tras ellos.

—Hola cucarachas. Ya es hora de que vean al guapo. ¿Me invitan una cerveza?

Levantando la cabeza Jungkook sonrió al ver a Yugyeom. En todos aquellos años su vida había cambiado poco. Seguía siendo en cierto modo el mismo descerebrado que años atrás, con la diferencia de que ahora regentaba la panadería de su padre y se encargaba de algunos negocios junto a su primo. Sentándose junto a ellos que tomaban unas cervezas y tras dejar sobre la mesa unas revistas que llevaba en las manos, ordenó al camarero:

—Oye tú, tráeme una cerveza fresquita. —Después mirando a sus amigos dijo—: Qué, ¿algo nuevo que contar?

—No —dijeron al unísono.

Fuera del trabajo nunca comentaban con nadie lo que ocurría durante la jornada, ambos lo tenían muy claro. No les gustaba.

—Mierda colegas, la movida que se perdieron la otra noche —contó encendiéndose un pitillo—. Resulta que el Pistacho, se f...

—¿Pistacho?—preguntó Jin divertido.

—Sí, joder, el hijo de Hyeun, el de los frutos secos. —Al ver que asentían continuó—. Se fue a Ámsterdam una semanita y el hombre ha vuelto alucinado. Trajo unas sustancias buenísimas de allí y la otra noche le dio una a Nayeon, la hija del Yeeon, y no veas el escándalo que se dio...

—Yugyeom—sonrió Jungkook aprovechando que el sol calentaba aquel día—. Qué te parece si no nos cuentas esas cosas a nosotros. ¿Te recuerdo en que trabajamos?

—No me jodas, Kook. Ustedes para mí son mis coleguitas.

—Lo de cucarachas me toca las narices —se mofó Jungkook. Aquel estúpido apodo era por el que muchos llamaban a los agentes por su indumentaria negra.

—Además — prosiguió Gyeom sin escucharle—, saben que yo, desde hace tiempo, paso de meterme esas sustancias. Yo solo me meto lo que cultivo y...

Jin miró a su amigo y poniéndole una mano en el hombro le indicó:

—Cierra la bocaza. No queremos saber nada de lo que cultivas —sonrió al escucharle—. De verdad. Tú haz lo que quieras con tu vida, pero no nos cuentes absolutamente nada ¿vale? —Y mirando las revistas que había dejado sobre la mesa cogió una y dijo—: ¿Desde cuándo lees prensa del corazón? ¿Te has vuelto ahora cupido? ¿Chicas?

—Son para mi madre, y no me jodas, hombre, que a mí me van más los hombres que a un jilguero el alpiste —se defendió rápidamente—. Me ha llamado la vieja al móvil y me las ha encargado. Y yo que soy un buen hijo se las compro y se las llevo. Hay que tener contenta a la mamita.

Todos sonrieron. Shin Hye, la madre de Yugyeom, era una buena mujer y bastante paciencia tenía con aguantar al descerebrado de su hijo. Jin, cogiendo una de las revistas, la hojeó hasta que en su interior encontró un reportaje que captó su interés y, tras mirar a su amigo Jungkook, que por su gesto supo de lo que iba el tema, dijo:

—Vaya, aquí pone que el actor V ha terminado su gira por Corea.

Jungkook le devolvió la mirada y no dijo nada, aunque le llamó de todo solo con los ojos. Ni siquiera cogió la revista para verlo. No le interesaba. Pero Yugyeom se la quitó de las manos para ver las fotos.

Mi novio es una estrella ❀ KookVWhere stories live. Discover now