Capítulo 13

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Agotado tras una noche movidita por su trabajo, Jungkook llegó a su casa. Había sido un operativo laborioso. Cuatro terroristas rumanos en busca y captura internacional habían sido interceptados en una casa de un templo cercano a Seoul y los agentes habían entrado en acción para detenerles. El operativo había sido un éxito pero la tensión de las horas previas y el momento de entrar en acción le dejaban extenuado. Soltó las llaves en el recibidor y saludó a su perro Gureum que rápidamente acudió a la puerta a recibirle.

—Hola, precioso ¿me echaste de menos?

El animal, feliz por la llegada de su dueño, saltaba como un descosido a su alrededor, haciéndole reír.

—Ok... Ok... para ya. Ahora vendrá Andrew a sacarte. Estoy agotado para pasear contigo.

Tras conseguir que el perro se calmara, se encaminó hacia la cocina. Una vez allí cogió un vaso y la leche y se sirvió café de la cafetera. Sacó unas magdalenas y se sentó en la mesa. Necesitaba comer algo. Después se ducharía y se acostaría.

Cuando terminó, metió la taza en el lavavajillas y cuando salía de la cocina se quitó la camiseta, quedándose desnudo de cintura para arriba.

De pronto sonó el timbre de la puerta. Seguro que era Andrew, el muchacho al que pagaba para que sacara a Gureum los días que él no estaba. Siempre llamaba antes de entrar, por lo que Jungkook continuó su camino. Andrew tenía llave y entraría para coger al perro. Pero no. No entró y el timbre volvió a llamar con más insistencia.

—¿Quién es? —preguntó Jungkook apoyado en la pared con el telefonillo en la mano.

Al escuchar su voz Taehyung, inexplicablemente, se paralizo. ¡Era él! Miro a ambos lados de la calle y susurro:

—Soy Taehyung.

Apoyado en la pared y con el telefonillo en la mano volvió a preguntar.

—Perdona pero no he oído bien. ¿Quién eres?

—Taehyung...

—¿Quién?

—V —bramó enfurecido—. Abre ya la maldita puerta.

Ahora el sorprendido era él. ¿V? ¿Qué hacía aquel hombre en su casa?

Apretó el botón de entrada y oyó cómo la puerta de fuera se abría y se cerraba mientras bajaba los escalones de cuatro en cuatro. Sin perder el tiempo abrió la puerta de la calle. Él entró como un vendaval, mirándole parapetado tras sus enormes gafas negras y su gorra.

—Nunca pensé que pudieras ser tan desagradecido. Te estuve esperando hasta Dios sabe cuándo y casi no he dormido, cuando para mí dormir las horas necesarias es una obligación. ¿Por qué no viniste?

Jungkook se quedó boquiabierto. Efectivamente aquel hombre era quien decía, pero la sorpresa fue tal que apenas pudo articular palabra. ¿Qué hacía él en su casa? ¿En Busan?

Taehyung, a diferencia de él, no paraba de moverse y de hablar. Parecía que alguien le hubiera puesto pilas hasta que, finalmente, cuando sintió que este cerraba la puerta se calló.

—¿Se puede saber qué haces tú aquí?

Escuchar aquel tono grave de voz hizo que él se paralizara y se sintiera pequeñito ante aquel gigante, pero clavando su mirada en su torso desnudo murmuró en un hilo de voz:

—No... no lo sé. Solo sé que ayer te envié una nota desde el Castillo invitándote a cenar y...

—¿Me la enviaste tú? —cortó él al recordar la invitación de la suite cuarenta y seis.

Mi novio es una estrella ❀ KookVWhere stories live. Discover now