Capítulo 36

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En la habitación del parador de Busan, la joven estrella de cine miró por última vez por la ventana. Deseaba que aquel paisaje invernal y su paz lo acompañasen el resto de su vida. Cerró los ojos y pensó en Jungkook, en su sonrisa (mi conejito), en su voz, en su mirada cuando le hacía el amor. 

—Oh my God! ¡Basta de martirizarse! —gritó Jimin de pronto. 

Abrió los ojos, cogió su bolso y sin pensar en nada más salió de la habitación. 

En la recepción del hotel, Eun Woo, con gesto agrio observó salir a Jackson. No entendía la amistad que lo unía a aquellos jóvenes que lo acompañaban, y que, además, la noche anterior aquel rubio le había privado de Jungkook. Deseó ir a reprenderlo, pero al estar atendiendo a los nuevos huéspedes en el mostrador no pudo y se quedó con las ganas. Sin embargo,cuando vio aparecer al joven rubio, y recordó lo ocurrido la noche anterior, llamó a un compañero para que lo sustituyese y salió escopetado tras él. 

—¡Un momento! 

Taehyung, al escuchar aquella voz, se detuvo, y no se sorprendió al ver quien era el que lo llamaba. Dejando su gran bolso de en el suelo, se colocó bien la peluca y esperó a que aquel se acercara.

—¿Se marcha ya? —preguntó. 

—Sí. En este instante. 

Eun Woo pareció intuir que él sonreía bajo sus gafas oscuras. 

—Me alegra saber que se marcha ¡por fin! 

—Muy amable —suspiró Taehyung. 

Acercándose más a él Eun Woo, murmuró casi en su oído. 

—Y en cuanto a lo de anoche, quiero que sepas, maldito zorro que espero que algún día te hagan lo mismo. Yo era quien estaba con Jungkook y tú lo engatusaste a saber con que malas artes y te lo llevaste para acostarte con él ¿verdad? pero no lo olvides, quien vive aquí soy yo, y no tú. Tú habrás podido gozar de una noche con él, pero yo disfrutaré de él todas las demás. 

Al escuchar aquello, Taehyung se tensó. Imaginar a Jungkook acostándose con aquel plástico le revolvía el estomago. Pero le gustara o no, tenía su parte de razón,aunque no pensaba permitir que le faltara el respeto de aquella manera. 

—Oh... Oh. Oh... Disculpe señor —siseó Taehyung marcando un espacio—, ¿Desde cuándo usted y yo nos tuteamos? 

Eun Woo, que no esperaba aquella reacción, se quedó paralizado y el rubio continuó: 

—Que yo sepa usted trabaja aquí y yo aún soy cliente del parador. ¿Lo ha olvidado? Por lo tanto, si no le importa, me gustaría que me tratara con respeto y no como acostumbra a tratar a la pobre gente que trabaja con usted. Y en cuanto a mi vida privada,a usted precisamente no tengo que darle ninguna explicación. Pero déjeme decirle que yo no viviré aquí en Busan, pero usted sí que trabaja aquí ¿verdad? 

Aquel asintió y Taehyung prosiguió: 

—Pues entonces no olvide que yo aquí soy el cliente, y si no quiere tener problemas cierre la boca, deje de insultarme y aléjese de mí antes de que decida quejarme a dirección para que la pongan de patitas en la calle ¿me ha entendido? 

Eun Woo, a punto de explotar, no tuvo más remedio que aceptar. La gente les miraba, y le gustara o no, tenía que saber comportarse en su lugar de trabajo, y se había dejado llevar por la pasión y celos, rojo como un tomate se dio la vuelta y se marcho. Taehyung, enfadado por lo que aquel plástico había dicho, se agachó, cogió su bolso y continuó su camino hacia el exterior. 

En el aparcamiento del parador, y ajenos a lo ocurrido, Jimin se despedía de un lacrimoso Jackson. 

—Te espero en mi casa. No lo olvides ¡Te encantará! cuando vengas a verme te llevaré al Golden y a VaniTy. Te presentaré a los boys mas guapos que habrás visto en tu life y ya verás lo bien que lo vamos a pasar. 

Mi novio es una estrella ❀ KookVWhere stories live. Discover now