𝐈 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐓𝐡𝐢𝐬 𝐠á𝐧𝐬𝐭𝐞𝐫| 𝐈𝐬 𝐈𝐭 𝐋𝐨𝐯𝐞? 𝐃𝐚𝐫𝐲𝐥

•01• "Liberame..."

|DARYL|

Ya ha pasado un año desde que ella murió aún me siento mal pero sigo avanzando con cada día que pasa, bueno, al menos tengo a mi pequeño hijo conmigo. Su nombre es Joy y a pesar de que no sea mi hijo me enamoré de el cuando lo cargué por primera vez en mis brazos, supongo que esta es la razón por la cual sigo adelante.

—Daryl, Matt ya llego— aparece Emma cargando a Joy.

—Si ya voy...— dejo en su lugar la foto donde estamos mi hermano Eco y yo cuando eramos niños.

Al bajar las escaleras veo a mi hermano acariciando el vientre de su mujer June quien la conoció unos meses después de que Eco muriera, ellos se juntaron y ahora sere tío de gemelos lo cual me emociona mucho.

—Hola chicos me alegra que vinieran tomen asiento por favor.

Abrazo a mi hermano y le doy un beso a June en su mejilla, los tres nos sentamos en el sillón para comenzar con los preparativos de el baby shower ahí es donde sabremos que seran mis sobrinos.

—Se me ocurre que podemos poner como colores el negro y el rojo: El niño seria negro y la niña rojo.

—Eso suena bien un cambio en como se conocé el genero de los bebes ¿Qué dices Matt?— Ambos miramos a Matt que solo asiente.

Miro a mi hermano sonriendo se ve tan ridiculo cuando es dominado por una chica mucho mas bajita que el, Eco también era del mismo tamaño que ella, mañana la ire a visitar para hablarle sobre los planes que tengo.

|ECO|

Me miro en el espejo de los cuartos donde nos arreglamos, a pesar de que trato de cubrir los moretones que me dueño me dejo aún se notan... Pero debo complacer a los clientes si quiero recibir dinero para comer, hace unos meses que trabajo como bailarina y prostituta a pesar de que ya acepte mi destino, aún me da asco ser tocada por muchos hombres.

—¡Oye tu niña! Ya debes ir los clientes esperan.

—Voy en seguida...

Dejo el camerino y salgo no sin antes colocarme una máscara en los ojos, nadie puede saber quien soy ni si quiera cuando mi cuerpo esta siendo subastado. Una vez llego el escenario la musica comienza me pongo en posición en el tubo para mostrar mi cuerpo frente a muchas miradas lujuriosas, me muevo al ritmo de la música pero una mirada capta complatemente mi atención.

Un hombre con un tatuaje en una de sus cejas me mira pero no con ojos de lujria si no con pena y tristeza como si estuviera decepcionado de lo que estuviera haciendo. Cuando acaba el show todas las chicas en su mayoría niñas menores de 18 años se colocan en el escenario la subasta ya comienza.

—Ofrezco 25,000 por la del disfraz de coneja— se refieren a una niña al lado mío de tan solo 16 años, tomo su mano sin que nadie lo note para calmarla.

Al final nadie mas oferto por ella así que se va con el anciano, unos hombres la toman de los brazos pasa sacarla del lugar, ella patalea y pide ayuda pero nadie le hace caso. Nadie ofreció dinero por mi así que seguro me llevaré una buena paliza por parte de mi dueño, llego al camerino donde me comienzo a desmaquillar hasta que escucho unos pasos acercarse.

—Eres una estúpida buena para nada.

Me giro molesta pero al ver que es mi dueño no puedo decir nada, el viene hacia mi tomando mi cabello y acercando su cara a la mía.

—No puedo creer que las demás chicas se vendieran y tu no— el me da un puñetazo en la cara haciendome caer al suelo.

Mi nariz sangra, no puedo hacer nada solo escuchar sus insultos.

—Eres una maldita, ya me canse de ti— el saca una arma y me apunta a la cabeza.

Cierro los ojos esperando a que jale del gatillo para acabar con toda esta miseria pero una detonación que no es la de él hace que abra los ojos y vea el cuerpo sin vida de él tenido en el suelo.

Levantó la vista y cruzó mirada con el mismo tipo del tatuaje que vi hace rato.

—Eco tranquila, estas a salvo.

El hombre se agacha a mi altura para regalarme una cálida sonrisa, su mirada es idéntica a la mía... De pronto escuchamos disparo por todo el lugar asustada miró a fuera.

—¡Eco vamonos no puedes quedarte más aquí!— el me toma de la mano y me levanta cubriendome con una manta el cuerpo.

Corremos entre los hombres que están disparando hasta que siento como una bala a traviesa mi pierna haciendome caer, el tipo me toma entre sus brazos haciendo que salgamos del lugar. Un ferrari se pone frente a nosotros, el abre la puerta y nosotros nos metemos en el.

Cuando avanzamos una enorme explosión se escucha, miro hacia atrás y el lugar donde trabajaba esta envuelto en llamas no se porque pero me genera un placer ver a ese infierno arder. Me siento cansada de pronto así que me quedo dormida en los brazos de mi salvador.

[...]

Cuando despierto me encuentro en una cómoda cama me incorporó en ella descubriendo mis piernas donde una de ellas está vendada, debieron sacar la bala, miro el lugar y es muy grande al igual que super lujoso, me levantó de la cama para observar el lugar con más detalle la chimenea es mitad del tamaño que yo, la bella luz del día ilumina mi cara, me acerco curiosa para abrir las cortinas y sentir la brisa de la mañana sobre mi cara me siento en paz porque hace meses que no sentía algo así.

—Me alegra que hayas despertado Eco.

Me giro bruscamente para toparme con esos ojos verdes que me miran con un brillo, el hombre que me salvo está con una camisa color negro que marca muy bien su cuerpo y hace resaltar sus tatuajes.

—¿Cómo es que tu sabes mi nombre?