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—¿De verdad crees que soy imbecil?— murmuró en el oído del hombre que se encontraba de espaldas a el, rozando su garganta con su cuchillo provocando un pequeño corte.

—No mi señor— respondió temblando.

—Entonces ¿por que demonios pensaste, siquiera por un maldito segundo, que podrías engañarme?

—Fui muy estúpido mi señor —tartamudeo soltando un sollozo— por favor, perdóneme la vida.

—Debiste pensar en tú vida antes de traicionar me— sentenció antes de cortar profundamente la piel de su garganta, y este poco a poco se desangró hasta morir.

El alfa -sin sentimiento alguno- sacó un pañuelo de su bolsillo y limpió la sangre de su cuchillo para luego tirarlo sobre el cuerpo sin vida frente a el, viendo con asco como la sangre manchaba sus zapatos. Sin más guardo el arma blanca en la funda colocada alrededor de su cintura y salió de la habitación, como si nada hubiera pasado.

—Desaste de el— ordeno a uno de sus subordinados -que se encontraba de pie al lado de la puerta- refiriendose al cadáver del hombre dentro de la habitación. Este asintió en silencio inclinando levemente su cuerpo hacia adelante en una pequeña reverencia, mientras él caminaba por los pasillos de aquella mansión de estilo oriental rumbo a su habitación.

—Mi señor— una joven omega de cabellos castaños y mirada otoñal corrió detrás del Alfa al verle pasar. Más este no se detuvo por lo que le siguió el paso sin problema.

—¿Sí?

—Recuerda la reunión de esta noche ¿verdad?— Izuku bufo.

—No. La olvidé ¿Qué era?— pregunto cansado adentrándose en su habitación con la omega pidiendo permiso en voz baja antes de seguirle al interior mientras sacaba una agenda de su cintura.

—Rusia le ofrece un contrato, y le han invitado a uno de sus bares para hablar y firmar la constancia del mismo.

—Ah es cierto, quedé con esos desgraciados la semana pasada —suspiro quitándose sus anillos— Muy bien, dame 20 minutos y dile a Shinso que prepare el vehículo, vendrá conmigo— la omega asintió saliendo rápidamente de la habitación, no sin antes hacer una pequeña reverencia, cerrando la puerta tras de si.

Izuku se metió en su cuarto de baño para tomar un ducha, y de esa manera intentar serenar sus pensamientos ya que no se encontraba de humor, y si se encontraba malhumorado y tenso durante aquella reunión y alguien abusaba de su paciencia ese alguien terminaría con una bala en el cráneo sea quién sea, y no quería problemas por el momento.

Al salir seco su cuerpo y se calzó un traje ajustado color negro junto a una camisa del color de la sangre y un sacó oscuro, encogiendo las mangas del mismo dejando a la vista los tatuajes y cicatrices de sus brazos; también peinó la parte izquierda de sus rizos húmedos hacia atrás y acomodo el cuello de la prenda antes de volver a colocarse sus anillos.

Cuatro anillos con diferentes significados, dos en su mano izquierda y dos en su mano derecha.

El primero estaba hecho de oro, y poseía una rosa de diamantes esmeraldas en el centro del mismo. El símbolo de su familia y por ende, el de la mafia.
El segundo tenia un símbolo -que para ojos ajenos se vería extraño- también de oro, que si le mirabas de cerca se transformaba en un rojo carmín, su significado: persona al mando.

Por otro lado en su mano derecha uno de los anillos significaba protección, cualquiera que lo viera sabría a donde pertenecía y lo que sucedería si osaban meterse con los suyos o con el, cabe destacar que solo las personas más cercanas a él poseían uno de estos anillos.
Y el último anillo lleva el sello de la mafia, usado para firmar contratos o cualquier tipo de papeles importantes en reuniones como a la que se dirigía en este preciso instante. Bajando las escaleras en forma de espiral a paso relajado.

Obey | DekuKatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora