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Katsuki

Llevábamos un largo rato con Rai, sentandos en el pórtico del jardín trasero, y papá esperando por Mika. Pero el primero en aparecer fue aquel mocoso de nombre Arata.

Papá no me había dado mucha información sobre quién era, solo que se trataba del primogénito de un socio y cercano amigo de Izuku. Togata Mirio.

—Oi, ¿dónde está Mika?

—Diría que muerto, pero no tengo tanta suerte —respondió con una sonrisita socarrona en sus labios, terminando de acomodar sus cortos y lacios cabellos. Tenía varios cortes en la cara que parecían rasguños.

—Tú... Pendejo de mierda —me puse de pie dejando a Rai a mi lado, pero la mano de papá sobre mi hombro evitó que me acercará de más a él—. ¿Qué fue lo que sucedió?

—Eso no es de tu incumbencia, omega.

«¿Omega? Esta mierdecilla está recolectando todos los puntos para ganarse un puñetazo»

—Papá, ¿me dejas golpear a un niño?

—No, Katsuki. Arata deberías volver con tu padre, ¿no crees? —él asintió y sin vernos siquiera pasó junto a nosotros.

Casi en el instante en que eso ocurrió: Mika apareció en la lejanía.

Raiden fue el primero en salir corriendo hacia él, levantando sus bracitos en el aire para que lo alzará; y Mika lo hizo. Dejando varios besitos en su mejilla izquierda.

—¿Otra vez Mikaela? —regañó Hitoshi viéndolo con su expresión seria.

Él fingió no haberlo escuchado, terminando de avanzar los pocos metros de distancia que le quedaban para subir al pórtico.

—Sólo fue un... ehm...

—Dejemos que piense en una excusa primero, su cerebro es como el de mamá, paciencia —molestó Katsuki, ganándose un gruñido por parte de su hermanito.

«¿Por qué estás desnudo?» —preguntó Raiden moviendo sus manitos. Mika le sonrió.

«Ensucie mi ropa por accidente. Ese chico que viste antes me prestó su camisa» —respondió.

No era del todo mentira. Bueno. Sí fue una mentira. Pero el menor asintió, restandole importancia, quitando de sus rubios cabellos restos de pasto que habían quedado atrapados allí.

—Oigan. Acabo de ver a Arata entrar y tenía todo el rostro lastimado, ¿qué hicieron? —Katsuki volteó a ver a Denki y basto devolver la mirada al pequeño alfa para que su madre comprendiera, cruzándose de brazos—. Mikaela.

—¡Él empezó! Es lo único que diré en mi defensa.

—Sabes que no me gusta que te involucres con personas peligrosas —Mika soltó un fuerte carcajada.

—¿Arata? ¿Peligroso? —volvió a reír—. Lo único peligroso en él es la incapacidad que tiene su cerebro para conectar las pocas neuronas que aún posee.

—Es un Togata, Mikaela.

—¿Y qué con eso? —preguntó está vez un curioso Katsuki. Denki suspiró.

—Togata Mirio es la cabeza de la segunda mafia más importante después del Saiko. Arata es su primogénito, ¿y qué significa eso? Problemas. Y no quiero que mis hijos tengan problemas por meterse en cosas que no entienden.

—Ay claro, como el niño nació en una cunita de oro hay que agachar la cabeza y besar el suelo que pisa —siseó desviando la mirada. Denki frunció el ceño.

Obey | DekuKatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora